El encuentro entre exreligiosas abusadas y las nuevas responsables propicia una etapa de sanación El ¡basta ya! de las benedictinas de Montmartre: “Necesitábamos volver a ponernos en pie”

Benedictinas con algunas novicias
Benedictinas con algunas novicias BSCM

La noticia de la "violencia física y espiritual" cometida durante décadas en la emblemática comunidad de benedictinas del Sagrado Corazón de Montmartre, en París, retumbó en los medios de comunicación con gran estruendo

Las religiosas eran conscientes de esa trascendencia, pero lejos de amilanarlas, en su difusión hay un efecto liberador, un ajuste de cuentas con el pasado del que esperan salir purificadas de cara al futuro inmediato

El comunicado en el que lo ha hecho público, es una historia de sanación, que muestra un camino difícil, pero necesario, para afrontar la lacra de los abusos, empezando por el propio reconocimiento, la denuncia, la investigación y el acompañamiento

La noticia de la "violencia física y espiritual" cometida durante décadas en la emblemática comunidad de benedictinas del Sagrado Corazón de Montmartre, en París, retumbó en los medios de comunicación con gran estruendo. Las religiosas eran conscientes de esa trascendencia, pero lejos de amilanarlas, en su difusión hay un efecto liberador, un ajuste de cuentas con el pasado del que esperan salir purificadas de cara al futuro inmediato. Ellas, las que siguen en la comunidad, pero también las que la abandonaron incapaces de soportar más vejaciones. Por eso, el comunicado en el que lo ha hecho público, es una historia de sanación, que muestra un camino difícil, pero necesario, para afrontar la lacra de los abusos, empezando por el propio reconocimiento, la denuncia, la investigación y el acompañamiento. 

"Después de muchos años de lazos rotos con el Instituto de las Benedictinas del Sagrado Corazón de Montmartre (BSCM), varias hermanas que se fueron se han vuelto a conectar con la actual Priora General. Los días 11 y 12 de febrero de 2023 se emprendió un inicio de relectura del pasado del Instituto entre las BSCM y varias hermanas salientes. Apoyado en testimonios orales y escritos, este encuentro permitió poner palabras comunes sobre todo un sistema de control, con consecuencias graves y duraderas, instaurado a lo largo de varias décadas por la autoridad de la época. Al cierre de este fin de semana, de mutuo acuerdo, y en un diálogo redescubierto, se decidió la publicación de un comunicado oficial expresando el reconocimiento de los abusos sufridos al interior de las BSCM".

Comunidad de benedictinas en Montmartre
Comunidad de benedictinas en Montmartre BSCM

Así comienza esa declaración que, reconoce, tiene "carácter tardío" tras "casi 20 años después de las conclusiones de la visita apostólica de 2004, y 10 años después de las de 2012" pero que, sin embargo, "manifiesta la amplitud, el poder y la profundidad de la presión". "Los actuales líderes del Instituto -prosigue el comunicado- deploran fuertemente esta perversión de la vida religiosa durante estos años de presión, así como toda la violencia sufrida y soportada por todas, que provocó graves traumas, cuyos efectos aún persisten en algunos hoy. Estos excesos provocaron numerosas salidas de hermanas, en condiciones demasiado a menudo dolorosas y difíciles, sin que la autoridad de la época las apoyara ni las acompañara, sino que las marginara".

El caso de Roseline de Romanet

"Esta constatación impulsa a los actuales líderes del Instituto a pedir perdón a todos aquellos que han sido víctimas de este abuso, a sus familias y seres queridos, a veces profundamente heridos y angustiados; y en particular a Roseline de Romanet (Madre Marie Vianney), impedida, a su pesar, de ejercer su oficio de priora general de 1998 a 2004, humillada, calumniada grave y duraderamente (así como a su familia) con las hermanas y la Iglesia. Al mismo tiempo, le agradecen a ella y a todos los que han roto el silencio, denunciado los excesos, encontrado la indiferencia o el desprecio, llegando incluso al sacrificio de su vocación".

Roseline de Romanet
Roseline de Romanet Comunidad del Emmanuel

Tras la visita apostólica de 2012 y el Capítulo General de 2020, "el Instituto emprendió un camino de reforma y conversión" que ha resultado ser "dos pasos esenciales en este proceso de renovación". "Han surgido varios puntos de atención y vigilancia con miras al establecimiento de un justo ejercicio de la autoridad, de una formación permanente de las hermanas, en el campo de las ciencias humanas y del derecho canónico, así como a la puesta en práctica del acompañamiento humano y espiritual previsto por personas cualificadas", reconocen en su comunicado.

Una conversión de la que ha salido también un hecho tan significativo como el que ellas mismas, en diálogo entre las que seguían dentro y las exhermanas que habían decidido colgar los hábitos, "solicitan el establecimiento de una comisión independiente y multidisciplinaria, a fin de que el Instituto pueda identificar, comprender y analizar mejor todos los excesos que se han producido, así como considerar los contornos. de justa reparación".

Reconstruir vínculos

"Damos gracias por este camino de restablecimiento de vínculos y reconstrucción con hermanas que abandonaron nuestra congregación durante estos dolorosos años. El encuentro que pudimos vivir con algunas de ellas el pasado mes de febrero fue un momento muy importante para tomar más conciencia de las graves disfunciones que se han producido en nuestra congregación desde hace varias décadas y del sufrimiento que han causado".

Religiosas benedictinas de Montmartre
Religiosas benedictinas de Montmartre BSCM

"A raíz de este fin de semana, hemos decidido de común acuerdo que ha llegado el momento de comunicar públicamente estas disfunciones, nombrarlas, pedir perdón y expresar abiertamente nuestro compromiso con la labor de reconstrucción que se viene realizando desde 2013", indican en la declaración conjunta.

"Comunicar once años después de la última visita apostólica puede ser una sorpresa, y ha sido fuente de sufrimiento para algunos, pero muchas de nosotras necesitábamos este tiempo para liberarnos por completo de este control y volver a ponernos de pie para poder vivir esta etapa de reconocimiento público con gran libertad y lucidez, habiendo podido asumir paulatinamente estas oscuras páginas de nuestra historia pasada".

Gratitud a las que tuvieron que abandonar

"Este acercamiento a la verdad será, esperamos, fuente de fecundidad para el futuro. Damos gracias por haber podido escribir esta declaración con hermanas que no han podido permanecer en la Congregación y que todavía están, para algunas, en un gran sufrimiento. Este proceso, vivido en un diálogo redescubierto, es un paso importante en un camino de sanación y apaciguamiento para cada una". "Que el Señor, Dios de misericordia, nos dé la gracia de continuar humilde y resueltamente este camino de renovación y conversión ya iniciado, para que nuestra Congregación dé buenos frutos para la Iglesia y para el mundo", concluyen.

Las benedictinas de Montmartre
Las benedictinas de Montmartre BSCM

De las dificultades -pero también de la trascendencia de este proceso- dan idea las declaraciones al diario La Croix (recogidas por Rispote Catholique) de la expriora, Roseline de Romanet, dejó la congregación en 2004, fue liberada de sus votos en 2010, se convirtió en enfermera de cuidados paliativos y conferenciante.

"Este comunicado de prensa -señala en la entrevista- es el resultado de un largo, muy largo proceso. Tardamos más de veinte años en nombrar cosas juntas. Se trata de expresar el poder colosal de una influencia con sus múltiples y dramáticas consecuencias y de una grave disfunción en el seno de la Iglesia, de una abismal falta de responsabilidad".

"No es por falta de haber alertado a los hombres de la Iglesia al más alto nivel, ciertamente Roma despachó dos visitas apostólicas pero eso no impidió que transcurrieran veinte años antes de que empezáramos a resolver las dificultades. ¡Que perdida de tiempo!", señala la exbenedictina, quien acaba denunciando “una grave cobardía dentro de la Iglesia. Salvo contadas excepciones, el acompañamiento de las autoridades de la Iglesia no tomó medidas cuando todo estaba dicho y sabían. Fui recibido con verdadero desprecio. Incluso me replicaron un día que era 'un caso de buenas mujeres' y que se resolvería por dentro. Es enloquecedor Si tuviéramos que esperar a que la reforma viniera desde dentro… el mal seguiría siendo rampante”.

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