Bach, coral BWV 684



¡Feliz domingo! Para este primer domingo, como para todos los del año, te tengo preparada música de Bach que, ya a estas alturas del catálogo BWV, vamos por sus piezas para órgano. Esas piezas que tanto le caracterizan porque la música para el rey de los instrumentos era su especialidad. La relación que tuvo Bach con el órgano durante toda su vida fue radical, esencial y llegó a tener un conocimiento del instrumento (en todos los aspectos) como casi no hubo otro.



Voy a hablarte algo de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. Como he dicho, la relación que tuvo Bach con el órgano marcó toda su vida y su carrera como compositor. No solo era un extraordinario organista y compositor para el instrumento sino que frecuentemente era convocado para probar nuevos órganos y aconsejar sobre su construcción. Decía que «un órgano debía tener buenos pulmones» por lo que cuando tenía que probar uno no dudaba en sacar todos los registros para probar su potencia y la de los fuelles, haciendo sudar a más de un organero. Cuando era convocado a probar algún instrumento para que diese el visto bueno solía interpretar un preludio con el que medir la potencia del mismo, la calidad del tutti y la construcción de los fuelles, y luego una fuga en la que probar cómo sonaba en el instrumento el contrapunto, cómo era capaz de separar las voces, cómo se empastaba todo con el eco del tempo, cuál era la agilidad de los teclados y el pedalero, etc. En fin, ¡quién pudiera haber asistido a uno de esos test para escuchar a Bach tocar directamente! Sin duda hubiera sido un acontecimiento memorable.

Hoy te ofrezco el coral Christ unser Herr zum Jordan kam, BWV 684. La composición lleva especificado «a 2 Clav. e Pedale», lo que significa que es en realidad un trío (aunque no es para tres voces), con una mano sobre cada teclado y luego el pedal. La obra desborda alegría por todos los sitios y se basa en un coral de Lutero, en el que se nos promete que Cristo nos traerá la nueva vida. Este fue bautizado en el Jordán y con ello se limpiaron nuestros pecados. La melodía coral se escucha en valores largos en el pedal, mientras las ondas y los sonidos del río aparecen en notas largas en los dos teclados sin que dejen de fluir. Una obra luminosa, llena de contenido y también de esperanza.

La partitura de la composición puedes conseguirla aquí.

La interpretación es de Daniel Brunn al órgano Carsten Lund de la Iglesia Garnisons de Copenhague.

Volver arriba