El Cristo de la Vega
¡Feliz miércoles! La obra de hoy se refiere a una leyenda que está enraizada en nuestra cultura y que fue inmortalizada en la literatura. Cuando a esa literatura se le une una buena música, la posibilidad de éxito está casi asegurada.
La música de hoy es de Conrado del Campo (1878-1953), compositor español nacido en Madrid, ciudad en la que también falleció. Justo allí estudió en el conservatorio y también tocó el violín y la viona en la orquesta sinfónica del Teatro Real. En 1915 consiguió un puesto en el conservatorio de la capital y durante mucho tiempo fue consideado el catedrático de composición más importante de España, con quien estudiaron muchos compositores. Su estilo cuando se dedicaba a los pentagramas estaba bastante apegado a los modelos alemanes, especialmente a Wagner, puesto que elaboraba muchas de sus obras por medio del leitmotiv. Del Campo era un maestro como la copa de un pino, muy influyente y autor de una música que está infravalorada.
Escuchemos su Cuarteto de cuerdas n.º 4 El Cristo de la Vega. En la web de la Fundación Juan March puede leerse: «El bellísimo poema de nuestro gran poeta nacional Zorrilla, es una de las obras en que mejor se señala esa íntima tendencia de la poesía lírica a resolverse en expresión musical. [...] Este propósito ha animado al músico a componer este comentario lírico, sin otra pretensión escrito que la de considerarlo como un sincero estudio o intento de asociación de la música en su manifestación más independiente, el cuarteto a la poesía lírica, formas estéticas ambas que tanta afinidad guardan en cuanto a su tendencia expresiva. Pertenece esta partitura, en cuanto a la disposición y estructura de sus tiempos, a la forma suite, introducida en el cuarteto por los compositores modernos bajo el título de novellettes, series de caprichos o impresiones, y por su intención poética al poema sinfónico, ya que en ella se trata de seguir y expresar el proceso interno musical que acompaña al desarrollo de la acción narrada por el poeta.
La interpretación es de Clara Sanchís (recitadora) y el Cuarteto Bretón.