Desde el Episcopado mexicano, a la ONU, el Celam, la Compañía de Jesús o la presidenta Sheinbaum “Su asesinato no puede ni debe quedar impune": Oleada de condenas por el asesinato de un conocido sacerdote en Chiapas
El cardenal Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, México, expresó su profundo dolor por el asesinato del P. Marcelo Pérez Pérez, sacerdote tsotsil que dedicó su vida a la promoción de la paz y la justicia en las comunidades indígenas de Chiapas
Un crimen "absolutamente inaceptable" que debe ser investigado de manera "exhaustiva". Esa fue la condena y demanda expresada este domingo la oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH)
También en breves declaraciones la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum aseguró que su Gobierno ya abrió una investigación y que está en contacto con autoridades de la Iglesia católica
El Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) expresó, por su parte, su profundo dolor y consternación por este asesinato
También en breves declaraciones la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum aseguró que su Gobierno ya abrió una investigación y que está en contacto con autoridades de la Iglesia católica
El Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) expresó, por su parte, su profundo dolor y consternación por este asesinato
| RD/Agencias
El cardenal Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, México, expresó su profundo dolor por el asesinato del P. Marcelo Pérez Pérez, sacerdote tsotsil que dedicó su vida a la promoción de la paz y la justicia en las comunidades indígenas de Chiapas, según amplia información de ADN Celam.
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El cardenal lamenta el asesinato del P. Marcelo Pérez y expresa su profundo dolor, al tiempo que recuerda que fue de los primeros sacerdotes indígenas tsotsiles que él ordenó como presbítero. “Siempre estuvo comprometido con la justicia y la paz entre los pueblos originarios, sobre todo en Simojovel, y acompañando a las víctimas de la violencia interna en Pantelhó.”, indicó el cardenal.
El domingo 20 de octubre, el conocido activista por la paz en los Altos de Chiapas, fue asesinado en San Cristóbal de las Casas, tras salir de una misa. El ataque ocurrió cuando el padre conducía su camioneta y fue interceptado por dos sujetos armados que viajaban en motocicleta. Pérez recibió al menos ocho impactos de bala, falleciendo en el lugar de los hechos.
Luchador por los valores del Reino
Según el cardenal Arizmendi, el sacerdote nunca se involucró en políticas partidistas, sino que siempre defendió el respeto y la justicia entre las comunidades: “Siempre luchando por que los valores del Reino de Dios se hicieran vida en las comunidades. Son los valores de verdad y vida, santidad y gracia, justicia, amor y paz”.
El padre Marcelo Pérez había sido amenazado en varias ocasiones debido a su lucha contra actividades ilícitas en la región, especialmente durante su tiempo como párroco en Simojovel, donde enfrentó al crimen organizado. También había participado como mediador en conflictos sociales en Pantelhó, donde grupos armados se disputan el control territorial desde 2021.
“En las luchas internas de Pantelhó por el poder político y económico, no se inclinó por un partido, sino por el respeto entre todos, por la defensa de los desplazados y por el diálogo entre las partes, para llegar a soluciones pacíficas”, afirmó el purpurado y lo recuerda como un “sacerdote muy centrado en su vocación, de mucha oración, muy pegado al Sagrario, y muy comprometido con su pueblo. Nunca se avergonzó de su origen, en San Andrés Larráinzar. Supo tratar siempre bien a los no indígenas”.
Creciente violencia en Chiapas
El asesinato del padre Pérez es un reflejo de la creciente ola de violencia que azota Chiapas y otras regiones del país. El cardenal Arizmendi subrayó la gravedad de la situación: “Su asesinato nos demuestra, una vez más, el clima de violencia que se ha desatado en Chiapas y en casi todo el país. Hay una descomposición social, que empieza por la destrucción de la familia y se consolida por la impunidad en que actúan grupos armados”.
No todo es culpa del gobierno, pero es indicativo de que el gobierno y todos nosotros, incluso las iglesias, estamos rebasados
“No todo es culpa del gobierno, pero es indicativo de que el gobierno y todos nosotros, incluso las iglesias, estamos rebasados”, sostuvo la autoridad eclesial. Y exhortó al gobierno y a la sociedad a reflexionar y a encontrar formas de desmantelar a estos grupos violentos que tanto daño están causando: “No hemos logrado que la violencia se detenga, sino que va en aumento. Esto nos debe hacer reflexionar a todos, a los creyentes también, pero sobre todo al gobierno en el poder, para que busquen cómo desmantelar a estos grupos armados, que están haciendo tanto daño a la comunidad”.
"La paz es más grande que la muerte"
A lo largo de su vida, Marcelo Pérez se destacó por su compromiso con las comunidades indígenas de Chiapas, sirviendo como párroco en Chenalhó, Simojovel y, más recientemente, en la Parroquia de Guadalupe en San Cristóbal de las Casas.
Su trabajo incluyó la mediación en conflictos relacionados con desplazamientos forzados y violencia vinculada al crimen organizado. Fue particularmente conocido por su papel como mediador durante la formación de autodefensas en Pantelhó y otros municipios donde el narcotráfico y la trata de personas han dejado una huella profunda.
En una entrevista para el medio “El Mañana”, padre Marcelo Pérez había dicho: “No busco una seguridad personal, lo que busco es la paz para el pueblo. Y la paz es más grande que la muerte, que las amenazas y que mi vida”.
Condena de la ONU y del Celam
Un crimen "absolutamente inaceptable" que debe ser investigado de manera "exhaustiva". Esa fue la condena y demanda expresada este domingo la oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH). También en breves declaraciones a periodistas, la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum aseguró que su Gobierno ya abrió una investigación y que está en contacto con autoridades de la Iglesia católica.
El Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) expresó, por su parte, su profundo dolor y consternación por este asesinato y con un mensaje dirigido a monseñor Rodrigo Aguilar, arzobispo de San Cristóbal de las Casas, los miembros de la presidencia subrayaron el compromiso del padre Marcelo con el Evangelio y su entrega total a Cristo presente entre los más vulnerables.
“Sabemos que el padre Marcelo ha sido un incansable buscador de la paz y la justicia en su pueblo, fruto de su compromiso fiel por el Evangelio y su entrega total a Cristo presente entre los que más sufren”, dice el mensaje, donde también se expresó su cercanía a la familia y a la comunidad del padre Marcelo, renovando la esperanza en que su sacrificio dará frutos en el Señor: “Este grano de trigo que hoy muere dé frutos abundantes en el Señor”.
La diócesis de San Cristóbal de las Casas también exigió este domingo a las autoridades paz y justicia tras el asesinato a balazos del sacerdote. El obispo Rodrigo Aguilar Martínez exhortó al Gobierno a establecer la paz en la región, con los criterios de "auténtica" verdad y justicia en el crimen contra Pérez. Asimismo, Aguilar expresó que la diócesis está dispuesta a perdonar a los autores materiales e intelectuales del ataque cometido contra el párroco de la iglesia de Guadalupe.
Entrega de los restos a la familia
Al término de la homilía dominical, justo cuando los restos del sacerdote eran entregados a su padre y hermano, el obispo urgió a los habitantes y quienes transitan por el estado que "recapaciten porque la verdadera paz tiene que ir en unidad a la verdad y a la justicia". El obispo apuntó que, pese a las constantes denuncias del padre Marcelo sobre su seguridad, sus peticiones no fueron escuchadas y, sin embargo, continuó abogando por la justicia.
Luego de que el cuerpo del padre Marcelo fue entregado a sus familiares, cientos de personas recibieron el féretro con banderas blancas y caminaron detrás de él unos dos kilómetros hasta la iglesia de Guadalupe, gritando "justicia" durante todo el recorrido. El cuerpo del sacerdote fue trasladado al municipio de San Andrés Larráinzar para ser sepultado en la tierra de sus ancestros.
"Resistencia y acompañamiento"
También la Compañía de Jesús en México ha emitido un enérgico comunicado de condena sobre este asesinato. “El padre Marcelo ha sido un símbolo de resistencia y acompañamiento para las comunidades de Chiapas durante décadas, defendiendo la dignidad, los derechos de los pueblos y la construcción de una paz verdadera”, señala el mensaje.
La Compañía de Jesús rechaza en su comunicado “cualquier intento de minimizar estos hechos como casos aislados”. Además, asegura que el crimen organizado siembra miedo y dolor en diversas regiones del país, y la violencia en Chiapas refleja un problema estructural que demanda una respuesta integral y urgente del Estado: “Hacemos un llamado urgente a las autoridades para que respondan con firmeza y restauren el orden y el estado de derecho”.
“Los Jesuitas de México condenamos la creciente ola de violencia que asola el estado de Chiapas y otros territorios del país”, apunta el pronunciamiento, denunciando que esta región sufre “no solo asesinatos, sino también reclutamiento forzado, secuestros, amenazas y el saqueo de sus recursos naturales”.
Además, los Jesuitas consideran “fundamental que se atiendan las demandas de la comunidad de Pantelhó y se respete la voluntad de las autoridades legítimamente elegidas por la población”, y aseguran que “la paz no será posible sin escuchar y dar respuesta a las necesidades de las comunidades, que desde hace tiempo luchan por su autonomía y seguridad”.
“Su asesinato no puede ni debe quedar impune”
La compañía de Jesús reitera su fraterna solidaridad con la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, las comunidades afectadas y con la familia del Padre Marcelo Pérez Pérez. También, se une en oración por su eterno descanso y el consuelo de quienes lloran su partida: “Compartimos con ellas el anhelo de paz, justicia y dignidad que él testificó con su entrega pastoral y servicio incansable”, afirma.
Los jesuitas concluyeron su mensaje haciendo un llamado a la justicia para honrar su memoria y continuar su lucha por la paz y la dignidad en Chiapas: “Su asesinato no puede ni debe quedar impune; imploramos que la justicia prevalezca para honrar su memoria y renovar la esperanza en la construcción del Reino de Dios, donde reine la paz verdadera”.