El arzobispo primado les recordó que "no se deben hacer las cosas por mera rutina" El cardenal Aguiar ordena siete nuevos diáconos para la Arquidiócesis de México

Ceremonia de ordenación de los nuevos diáconos
Ceremonia de ordenación de los nuevos diáconos Miguel Ávila

El cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de México, ordenó a siete nuevos diáconos transitorios que se sumarán a las actividades pastorales que realiza la Arquidiócesis de México para difundir el Evangelio y la palabra de Dios entre sus fieles

Al tomar los votos de los siete nuevos diáconos transitorios, el arzobispo primado de México les aseguró que “Dios es nuestro faro de luz, Él es quien nos guía y nos dio la vida, Él es el que los ha llamado a ser diáconos y servidores” y por ello les recordó que entre sus principales responsabilidades está el abrazar a los deprimidos

(Desde la fe).- El cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de México, ordenó a siete nuevos diáconos transitorios que se sumarán a las actividades pastorales que realiza la Arquidiócesis de México para difundir el Evangelio y la palabra de Dios entre sus fieles.

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Al iniciar la Santa Misa, el cardenal Aguiar Retes aseguró que, con ceremonias como la ordenación de los siete nuevos diáconos transitorios, “se nos muestra de esta manera tan visual el amor que Dios nos tiene a cada uno de nosotros y que por ello nos regala vocaciones específicas para seguir construyendo la Iglesia que Él fundó en sus 12 apóstoles”.

“Pidámosle al Señor que sea una gracia especial para quienes hoy serán ordenados diáconos. Nos unimos en oración por su futuro ministerio en el que se manifestará a Jesucristo servidor, para que imitando su ejemplo, ellos puedan ofrecer su vida entera, sean hombres unidos a Dios mediante la vida de oración y resplandezca la alegría y la bondad que brotan de su ministerio al servicio de la Iglesia”, indicó al presidir la Santa Misa en la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe.

Abrazar a los deprimidos

Al tomar los votos de los siete nuevos diáconos transitorios, el arzobispo primado de México les aseguró que “Dios es nuestro faro de luz, Él es quien nos guía y nos dio la vida, Él es el que los ha llamado a ser diáconos y servidores” y por ello les recordó que entre sus principales responsabilidades está el abrazar a los deprimidos.

El cardenal Aguiar con los nueve siete diáconos
El cardenal Aguiar con los nueve siete diáconos Miguel Ávila

“Ahora deben andar en el camino del ejercicio. Hoy hay tantos en nuestra comunidad de fieles que necesitan ser abrazados. Lamentablemente hay tanta gente en nuestro tiempo que cae en depresión, en apatía de la vida, en no tener el sentido de para qué Dios los ha creado. Urge que tengamos los ministros necesarios para realizar esta labor”, aseveró el Cardenal Aguiar Retes.

De la misma manera, les recordó que no se deben hacer las cosas por mera rutina, sino a partir de esa relación personal, formal para “quienes servimos y entonces sentiremos esos sentimientos que inflaman mi compasión”.

“Ustedes están llamados a una vocación especial que es la de servir a esos fieles, como padres, para ir testimoniando, transmitiendo el amor y ayudando a que también los fieles aprendan a transmitir el amor. Eso es lo que tenemos que aprender, a transmitir el amor y a cuidar a que los demás aprendan a transmitir el amor para que alcancen hermosamente su realización como hijos de Dios”, subrayó.

Las 9 responsabilidades de los diáconos

En el marco de la ceremonia de ordenación, el Cardenal Aguiar Retes les indicó a los diáconos cuáles serán sus responsabilidades a partir de este día:

“Es oficio propio del diácono, según le fuere asignado por la autoridad competente:

- Administrar solemnemente el Bautismo.

- Reservar y distribuir la Eucaristía

- Asistir al Matrimonio y bendecirlo en nombre de la Iglesia.

- Llevar el Viático a los moribundos

- Leer la sagrada Escritura a los fieles

- Instruir y exhortar al pueblo

- Presidir el culto y la oración de los fieles

- Administrar los sacramentales

- Presidir el rito de los funerales y de la sepultura”.

Ordenación de los siete nuevos diáconos en la Archidiócesis de México
Ordenación de los siete nuevos diáconos en la Archidiócesis de México Miguel Ávila

Durante la celebración Eucarística, a los siete diáconos transitorios recién ordenados, les entregaron:

- La estola, señal de la autoridad ministerial y del poder del Evangelio, que la llevan desde el hombro izquierdo pasando sobre el pecho hacia el lado derecho del tronco, donde se sujeta y que debe tener bordada una cruz en el centro y en cada uno de sus extremos

- La dalmática, vestimenta litúrgica utilizada durante la celebración de la misa, signo de su dignidad y del ministerio que desempeñarán en la asamblea eucarística y en las demás celebraciones litúrgicas.

 Las vocaciones son fruto de la acción de Dios

Al hablar a nombre de los siete diáconos, Santiago Adame Alemán, señaló que la ordenación que se llevó a cabo representa un de los frutos que deja la batalla que de manera constante libra la Iglesia, porque está claro que “las vocaciones son el fruto de la acción de Dios que encuentra una respuesta de su Iglesia”.

Luego de agradecer el apoyo constante que el cardenal Aguiar Retes le da al Seminario, Adame Alemán aseguró que la Iglesia es ese joven que responde y decide seguir a Jesús; pero también lo es esa familia que acompaña el llamado, son esos padres y abuelos que fomentan y acompañan las vocaciones; y lo es “el pueblo de Dios que nos sostiene espiritual y materialmente”.

Los nuevos siete diáconos de la Archidiócesis de México
Los nuevos siete diáconos de la Archidiócesis de México

Gracias por el cariño que ha puesto en el seminario, hemos podido ver y sentir la atención que le ha puesto a la formación de los nuevos sacerdotes que servirán a la Arquidiócesis de México en esta realidad tan compleja en esta Ciudad de México y en este mundo cada vez más necesitado de la cercanía de Dios y cada vez menos consciente que es Dios quien puede darles el consuelo y la salvación que necesitan”, destacó.

“Quiero repetirlo una vez más”, puntualizó Adame Alemán, “los frutos que hoy se presentan a Dios, estas siete vidas que todavía deben ser podadas para dar más frutos, han sido obtenidos por la batalla de su fe… La Iglesia es nuestra madre, somos sus hijos, nuestro hogar es ahora el altar, ahí queremos habitar, les rogamos que no nos suelten de sus manos, que nosotros no queremos soltarlos”.

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