Preocupación por las personas vulnerables que se desplazan
Instituida en 1914, la JMD es una ocasión para que los católicos del mundo expresen su preocupación por las personas vulnerables que se desplazan, se unan en la oración y aumenten la concienciación sobre las oportunidades que puede ofrecer la migración.
La Semana Nacional de la Migración ha sido observada por la Iglesia Católica en los Estados Unidos desde 1980, el mismo año en que se promulgó la histórica Ley de Refugiados. Desde sus inicios, la Semana Nacional de la Migración ha coincidido con la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado por solidaridad con la Santa Sede y la Iglesia Universal. Las diócesis católicas, las escuelas y otras instituciones celebrarán la semana con Misas especiales, servicios interreligiosos, oportunidades educativas, esfuerzos de promoción y mucho más.
El Papa: "Construir el futuro con los migrantes y los refugiados"
El tema elegido por el Papa Francisco para la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado de este año es "Construir el futuro con los migrantes y los refugiados", y este mismo tema se utilizará para la Semana Nacional de la Migración en los Estados Unidos. En su mensaje anual, el Santo Padre subraya que nadie puede ser excluido de la obra de construcción que conduce al Reino de Dios. "El proyecto de Dios -afirma el Papa- es esencialmente inclusivo y da prioridad a quienes viven en las periferias existenciales. Entre ellos hay muchos migrantes y refugiados, desplazados y víctimas de la trata."
Monseñor Dorsonville: “Una ocasión especial para el encuentro”
En vísperas de la Semana Nacional de la Migración, Monseñor Mario E. Dorsonville, Obispo auxiliar de Washington y presidente del Comité de Migración de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos (USCCB), dijo:
"Nunca ha habido un momento más crítico para reflexionar sobre el tema de la migración, ya que somos testigos, por primera vez en la historia, de más de 100 millones de personas desplazadas por la fuerza en el mundo.
Esta semana ofrece una oportunidad especial para el encuentro, el acompañamiento y la oración, así como una oportunidad para que los católicos y otras personas de buena voluntad se unan en apoyo de aquellos que dependen de nuestra voz colectiva.
Tengo especialmente en cuenta a los Dreamers, a nuestros nuevos vecinos afganos, a los ucranianos que huyen del conflicto en su país, a los que tienen protección temporal y han hecho un hogar en los Estados Unidos, y a los trabajadores agrícolas indocumentados, todos los cuales tienen un papel importante en la construcción del futuro de nuestro país, al igual que tienen un papel en la construcción del Reino de Dios. Que esta semana nos ayude a experimentar un sentido renovado de lo que significa vivir como hermanos y hermanas, recorriendo juntos en el mismo viaje".
Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME