El hacinamiento favorece la propagación del virus
La situación que atraviesan los migrantes es muy complicada, ya que a menudo se encuentran sin un lugar donde dormir, sufriendo enfermedades en el camino y enfrentándose al cierre de las fronteras en el norte y el sur del estado, siguiendo las políticas implementadas por el gobierno a causa de Covid-19. Esta situación, según el CEM, ha contribuido a aumentar el problema del hacinamiento de los migrantes en las zonas fronterizas. Esta circunstancia favorece el desarrollo del coronavirus y otras enfermedades y agrava los problemas sociales de las comunidades locales.
Las mismas organizaciones y personas que se dedican a la atención de los migrantes también se enfrentan a constantes desafíos, en un intento por controlar la propagación del virus, adoptando medidas preventivas, gestionando espacios y recursos y tratando de obtener todo el material necesario para la protección de los trabajadores, los agentes pastorales y los propios migrantes.
Se requieren soluciones rápidas e innovadoras
Según el informe, los trabajadores pastorales perciben que la crisis requiere soluciones aún más rápidas e innovadoras en coordinación con los organismos gubernamentales, ya que los recursos se reducen con el tiempo". Además, el estudio pone de relieve el cierre de algunos centros de recepción que no tienen espacio para ocuparse de la cuarentena, como el centro de Belén en Chiapas. En estos casos, los migrantes terminan en las calles, expuestos no sólo al virus, sino también a la violencia y a todo tipo de necesidades. En otros casos, como en el norte del país, los centros siguen recibiendo a los migrantes, respetando un protocolo que prevé el aislamiento.
El gobierno de #Trump suspendió hasta el 1 de junio las audiencias para los solicitantes de #asilo que esperan en #México. Un peligro para la salud de #migrantes que se encuentran confinados en albergues. #covid19#QuédateEnMéxicopic.twitter.com/r5zRC81Ahg
— Agenda Migrante (@agendamigrante) May 3, 2020