10 II Martes de Adviento: (Isa 40, 1-11; Mt 18, 12-14)
Texto bíblico
«Toda carne es hierba y su belleza como flor campestre: se agosta la hierba, se marchita la flor, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre» (Isa 40, 6-8).
Ventana: La Palabra
Durante este tiempo, la Iglesia nos ofrece en la liturgia eucarística el acompañamiento especial de la Palabra de Dios, a través de textos escogidos, no solo por su concurrencia, sino también por el mensaje esperanzador. Hoy sobresale el anuncio de la identidad de la Palabra, que es eterna y hace lo que dice.
Y si la Palabra permanece, y hace lo que dice, hoy el Evangelio afirma: “¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en los montes y va en busca de la perdida?” (Mt 18, 12) Jesús se proyecta en la imagen del pastor, para decir de su entrañable actitud compasiva, en la que no cejará por más que nos enredemos en las cosas de este mundo.
La Palabra es oportuna y providente, se nos da en el momento justo y necesario. Discernida indica el sentido del sendero, es compañera de camino, disipa miedos y da la capacidad de permanecer confiado. El silencio ayuda a la escucha de la Palabra. y quien la escucha se deja impregnar por su espíritu. En la travesía de la existencia, la Palabra se convierte en bordón y apoyo que defiende de las tentaciones del cansancio.
Propuesta
El Adviento es un tiempo propicio para iniciarse en el conocimiento sapiencial de las Escrituras.