Ante las necesidades que observas en tu entorno, ¿huyes o te compadeces? XI Domingo del Tiempo Ordinario
Conmovido en sus entrañas
XI Domingo del Tiempo Ordinario, “A”
Texto evangélico
“Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, «como ovejas que no tienen pastor». Entonces dice a sus discípulos: «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies»” (Mt 9, 36-38).
Comentario
Una vez que hemos celebrado el Tiempo Pascual y las solemnidades en honor de la Santísima Trinidad y del Corpus Christi, la liturgia de la Palabra dominical vuelve a proclamar del Evangelio de san Mateo, que corresponde el ciclo “A” del Año Litúrgico.
Ante la reacción compasiva del Señor, recordamos la reciente celebración en honor del Sagrado Corazón de Jesús, al contemplar cómo Él se compadece de la multitud, actitud que define su sensibilidad. Así lo refieren los evangelios respecto a la viuda de Naín y en otros pasajes en los que se nos muestra la ternura de Jesús. “Es la hora de los buenos samaritanos. Esta es la pastoral que necesitamos, la pastoral del encuentro: actuar de tal manera que cada gesto realizado por los cristianos, individualmente o en conjunto, se convierta en una oportunidad para que todos se encuentren con el Señor resucitado y se enamoren de Él.” (AMANDO MATTEO, “Convertir a Peter Pan”, 123)
Cuando cabe observar el distanciamiento de la sociedad de la práctica religiosa, no es remedio el juicio crítico, ni la autodefensa de los agentes de pastoral, sino que la reacción adecuada es la compasión, la misericordia, el acercamiento entrañable, la propuesta liberadora del Evangelio, la mansedumbre, la cercanía, la relación personal… Quienes actúen así serán manos alargadas del Buen Pastor.
Propuesta
Ante las necesidades que observas en tu entorno, ¿huyes o te compadeces?