Como los superhéroes de las pelis

Tú tienes dos caminos.

Ayudar sin que nadie te observe,

Estar siempre presente pero siempre en la sombra,

Dando sabor al mundo,

Llenando de matices de bondad el menú de la vida,

Siendo como la sal discreta

Que se mezcla y desaparece de la vista.

Pero ahí está, insustituible,

Conservando la esperanza,

Acabando contra el hielo y abriendo los caminos entre todos.

No eres sosa caustica que destila odio

Y todo lo corroe,

Eres sal que se vuelve invisible

Pero constante y fuerte.

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También puedes brillar,

Estar en el candelero de la vida,

Sin esconderte,

Hablando de tu fe, de tu vida de tus cosas,

Explicitamente y sencillamente luminoso,

Venciendo a la oscuridad y al miedo,

Sin complejos, siendo como tu eres,

Dando calor y alegría

A los que habitan en tu mundo.

La falsa humildad, la timidez, el respeto humano,

El miedo al qué dirán,

Te los cargas de un plomazo

Porque eres luz, y así te hizo Dios.

La gente te señala, te apunta con el dedo

y a ti te importa un bledo.

Eres faro cuando la tempestad rompe,

Chimenea cuando todo esta frío,

Lamparita de mesa en la noche tan larga,

Linterna desde el móvil que encuentra las llaves

De la vida.

¿Eres sal? ¿Eres luz?

Puedes ser las dos cosas, superheroe:

Sal en el día y luz en la noche.

Pequeño pero terriblemente poderoso

Para cambiar tu mundo.

Sal y luz.

Ese eres tú.