"Un poco de moderación y prudencia sería de agradecer" Carta a Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo: "Querido hermano, siento decirte que no eres un hombre de 'Paz y Bien'"
"Te gusta la polémica innecesaria, tanto en el ámbito religioso como político. La hemeroteca es muy significativa. ¿Era necesario entrar al trapo de la impresentable Lastra? ¿Por qué te pones en evidencia cuando te provocan de una manera tan clara?"
Mi querido hermano, siento decirte que no eres un hombre de “Paz y Bien”, lo que nos repetían nuestros formadores cada día, en nombre de nuestro padre Francisco para que lo viviéramos en el día a día como lema fundamental de nuestra vida.
Te gusta la polémica innecesaria, tanto en el ámbito religioso como político. La hemeroteca es muy significativa. ¿Era necesario entrar al trapo de la impresentable Lastra? ¿Por qué te pones en evidencia cuando te provocan de una manera tan clara? Entrar al trapo en esas cuestiones lastra tu tarea pastoral en esa hermosa tierra de mi madre, a la que adoro. ¿No te das cuenta que, insisto innecesariamente, te has situado en medio del juego político entre el partido del gobierno y el partido popular? Si juegas a eso te puedes quemar, ya que lamentablemente los medios afines al gobierno son muy poderosos; y no creo que quieras que tu tarea pastoral se vea empañada.
Lo inteligente, no lo visceral y testerónico, es el “current aquea”, “ que corran las aguas” e intentar, guardando las distancias tener la mejor relación institucional posible para el bien de la Iglesia Asturiana; y para crear un ambiente de diálogo y colaboración positivo. Esto redundará en beneficio de esa hermosa tierra.
Es evidente que no harás migas con la mencionada delegada del gobierno, pero con altura de miras, y por el bien de la Diócesis, no cierres posibilidades de colaboración en los ámbitos que pueden ser muy importantes para el Principado.
Quiero para terminar recordarte el capítulo 8 de las Florecillas, de “Cómo san Francisco enseñó al hermano León en qué consiste la alegría perfecta”: aunque habláramos todas las lenguas y conociéramos todas las ciencias, y supiéramos del curso de las estrellas y convirtiéramos a todos…Mira, que la perfecta alegría no consiste tanto en esos favores, sino que “por encima de todas las gracias y dones del Espíritu Santo que Cristo concede a sus amigos, está el de vencerse si mismo y de sobrellevar gustosamente, por amor de Cristo Jesús, penas, injurias, oprobios…”. No está mal que sufras un poco esa “injurias”, ahora no irías a remolque, sino todo lo contrario hubiéramos demostrado altura de miras.
Un poco de moderación y prudencia sería de agradecer, ya que la humildad y la minoridad no están reñidas con la palabra libre, pero sí con personalismos provocadores de conflictividad. Lo más importante es la “Paz y el Bien”, desde esa hermenéutica la narrativa pueda ser otra, ya que los puentes institucionales aunque frágiles son necesarios.
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