“«Ser salvado», en hebreo, se dice «yacha»: estar a sus anchas, a gusto...” Jesús es nuestra “persona normativa” (Domingo 6º TO A 2ª Lect. 12.02.2023)
“Frenar la desigualdad está en tus manos” (Manos Unidas 2023)
| Rufo González
Comentario: “Nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria” (1Cor 2,6-10)
Pablo nos habla hoy de la “sabiduría”. No coincide con la ciencia. Los razonamientos “sabios” no dependen del Cociente intelectual. La ciencia conoce datos, mide, opera, analiza y evalúa fenómenos. Científicos eminentes (físicos, matemáticos, biólogos, médicos, actores, arquitectos, pintores, ...) son a veces egoístas, soberbios, iracundos, dados a mil vicios... La “sabiduría” cuida la vida armoniosa; busca ser más que tener; promueve la bondad, la realización plena de las personas.
A esta sabiduría de vida se orientan todas las religiones. Hoy existe un vasto consenso en que toda oferta religiosa debe ajustarse al “criterio ético general: una religión es verdadera y buena en la medida en que no oprime ni destruye la humanidad, sino que la protege y fomenta”. Para confrontarse con este criterio se aplica “el criterio religioso general: una religión es verdadera y buena en la medida en que se mantiene fiel a sus propios orígenes, a su auténtica esencia, a esa escritura o persona normativa a la que habrá de referirse constantemente” (Cf.: “Una teología para el nuevo milenio”, de Hans Küng. Círculo de Lectores-Alianza Editorial. Barcelona 1991. P. 304).
Jesús es la “persona normativa” del cristianismo. Su mensaje y vida responden teórica y prácticamente al Amor incondicional. Así lo expresa su pretensión: el Reino, voluntad del Padre. Las Bienaventuranzas y la vida de Jesús son sus referencias ineludibles. Hoy vemos en el evangelio a Jesús actualizando el Decálogo bíblico desde el Amor (Mt 5,17-37). Baste esta cita de Lucas (6,20-49): “si amáis a los que os aman, qué mérito tenéis”. “Mérito” traduce la palabra “jaris” (de aquí “carisma”). Significa “don”, “gracia”. Amar a quien nos ama no es “don”, “gracia”. Es equivalencia. El Amor de Jesús es donación total y gratuita: “amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian... Así seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos” (Lc 6,27-8.35).
Nosotros creemos que el Amor-sabiduría es un don del Espíritu Santo. La vemos en muchísima gente inspirada, incluso no creyente… Personas que denuncian la injusticia y la mentira, invitan a la sensatez, al dominio de sí mismo, al amor, a la lealtad, a la paz... Pablo habla de la “sabiduría entre los perfectos”, los “hombres de espíritu” (v. 13), los que se dejan llevar del Espíritu de Jesús. Son “perfectos”, por aspirar “a la medida de Cristo en su plenitud... Realizando la verdad en el amor...” (Ef 4,13.15).
Pablocontrapone la sabiduría divina (“misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria”) a la del mundo y sus dirigentes, condenados a perecer. Se refiere, sin duda, al Amor de Dios: “el amor no pasa nunca” (1Cor 13,8). Jesús atiende a todos empezando por los últimos, comparte, actúa sin violencia, prefiere morir antes que matar. Ejemplo de que “ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido” es que“han crucificado al Señor de la gloria” (v. 8).
El Vaticano II nos recuerda: “a la Iglesia pertenece hacer presente y como visible a Dios Padre y a su Hijo encarnado, renovándose y purificándose constantemente con la guía del Espíritu Santo” (GS 21). Esta “sabiduría” divina debe abrir la Iglesia a nuevos espacios de libertad, a reconocer toda vocación según el Espíritu, a respetar los derechos humanos, a conceder la misma dignidad a varones y mujeres, célibes y casados...
“Sólo el amor nos salvará” repite una canción popular. Leo: “«Ser salvado», en hebreo, se dice «yacha»: estar a sus anchas, a gusto... El hombre está apagado, le falta aire, se marchita por no poder respirar a sus anchas. Esa es la razón por la qué el Señor envía su soplo a esta tierra... La misión de la iglesia en el mundo es la atención, la apertura, la acogida del Espíritu a fin de que los hombres puedan respirar el aire de Dios” (Paul Guerin: El Credo, hoy. Edic. Sígueme. Salamanca 1985, págs. 133ss).
Oración: “Nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria” (1Cor 2, 6-10)
Jesús del Espíritu, sabiduría de Dios:
meditamos algunas de tus palabras sabias:
“Vosotros no hagáis así, sino que el mayor entre vosotros
se ha de hacer como el menor,
y el que gobierna, como el que sirve.
Porque ¿quién es más, el que está a la mesa o el que sirve?
¿Verdad que el que está a la mesa?
Pues yo estoy en medio de vosotros como el que sirve” (Lc 22, 26-27);
“No será así entre vosotros:
el que quiera ser grande entre vosotros,
que sea vuestro servidor;
y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos.
Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido,
sino a servir y dar su vida en rescate por muchos” (Mc 10, 44s).
Recordamos algunos de tus hechos:
“Al ponerse el sol, cuantos tenían enfermos... se los llevaban,
y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los iba curando” (Lc 4, 40);
“Si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos».
«¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe»” (Mc 9, 22s).
“Siento compasión de la gente,
llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer.
No quiero despedirlos en ayunas,
no sea que desfallezcan en el camino” (Mt 15,32).
“Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle:
«Estamos en despoblado y es muy tarde,
despide a la multitud para que vayan a las aldeas
y se compren comida».
«No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer»” (Mt 14,15-16).
Tu “sabiduría”, mente, sentimientos, obras:
proceden del Amor sin medida del Padre Dios;
miran a los que no tienen, no saben, no pueden, no viven;
no tienen miedo al cambio y la reforma;
alimentan la libertad y la creatividad, guiadas por el amor;
abrazan y valoran la crítica positiva, el pluralismo...;
dialogan, igualan en dignidad, reconocen los carismas de todos;
“frenan la desigualdad” sirviendo a los más necesitados;
valoran más al ser humano que al sistema, la ley, la institución.
Jesús, lleno del Espíritu Santo:
despierta nuestras entrañas para que sientan tu amor;
activa nuestro corazón a seguir sus inspiraciones;
abre la Iglesia a nuevos espacios de libertad,
a reconocer toda vocación según el Espíritu,
a respetar los derechos humanos,
a conceder la misma dignidad a varones y mujeres, célibes y casados...
Preces de los Fieles (D. 6º TO A 2ª Lect. 12.02.2023)
El Amor, manifestado en Jesús, es “sabiduría que no es de este mundo”. Quien ama no sólo no hace daño, sino que “frena la desigualdad que está en nuestras manos” como nos pide hoy Manos Unidas, respetando a marginados, compartiendo bienes con necesitados, creando trabajo digno... Pidamos vivir el Amor diciendo: “queremos, amar como Tú”.
Por la Iglesia:
- que defienda los derechos humanos: vida, salud, alimento, cobijo, libertad...;
- que la vida de Jesús sea la norma básica de la vida eclesial.
Roguemos al Señor: “queremos, amar como Tú”.
Por las intenciones del Papa (febrero 2023):
- que “las parroquias pongan la comunión en el centro”;
- que “sean comunidades de fe, fraternidad y acogida a los más necesitados”.
Roguemos al Señor: “queremos, amar como Tú”.
Por quienes no tienen lo necesario para vivir:
- que les atendamos de verdad, con obras solidarias;
- que se unan y ayuden para superar su situación.
Roguemos al Señor: “queremos, amar como Tú”.
Por la paz del mundo:
- que sea fruto de la justicia, del respeto y la ayuda mutua;
- que descartemos la violencia en todo conflicto.
Roguemos al Señor: “queremos, amar como Tú”.
Por los niños y jóvenes:
- que sean educados en el respeto y en el compartir;
- que trabajen estudiando, buscando más saber que aprobar.
Roguemos al Señor: “queremos, amar como Tú”.
Por esta celebración:
- que nos haga sentir la sabiduría del Amor;
- que nos acerque, nos haga olvidar las ofensas, nos avive el amor.
Roguemos al Señor: “queremos, amar como Tú”.
Bendice, Señor, estos deseos que te presentamos. Queremos de verdad vivir tu Amor, “la gracia en la que estamos”. Queremos “frenar la desigualdad” que humilla, no respeta ni comparte los bienes. Que su Amor guíe nuestro camino. Por los siglos de los siglos.
Amén.