¿Oración o Gimnasia? (Incongruencias en la santa Misa)

Sometimiento 1



Traigo hoy a colación un ejemplo visual de la irracionalidad y pertinacia con que se domina a los creyentes. Me preocupa mi Iglesia. Aunque, seguramente, ocurren cosas similares o peores en otras religiones.

La raíz está en la espuria dominancia tradicional de los líderes religiosos. Confunden la fidelidad a Dios con la obediencia a ellos mismos. Esa irracional prepotencia -por delegación divina, dicen- es la causa de que muchísimos rechacen al "Dios de la vida" y huyan del "yugo religioso".

Mientras el Evangelio nos empuja a la plenitud humana, es decir, a la conquista de la "autonomía" y "libertad individual", la Jerarquía nos sigue encerrando en la "obediencia ciega". Y eso se ejerce hasta en los más mínimos detalles, como el que hoy traigo a reflexión.

¿Estamos sordos los cristianos?"¡Guías ciegos, que coláis un mosquito y os tragáis un camello!" (Mt 23,24). "Sabéis que los jefes de las naciones las tiranizan y que los grandes las oprimen con su poderío. Entre vosotros no debe ser así..." (Mt 20,25). "Llega el tiempo en que no se adorará a Dios en este o aquel lugar sino en espíritu y verdad" (Jn 4,23). Y si en "espíritu y verdad", ¿para qué la distracción de las obligadas gimnasias?
.

Fardo pesado



¡Qué bueno sería que esta meditación provocara algún cuestionamiento en quienes deben afrontar los cambios! Pero si no, al menos motivaré a los creyentes a soltar los multiformes fardos que los líderes religiosos -por activa o pasiva- nos han cargado. "¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías de vosotros: Este pueblo me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí; en vano me rinde culto, enseñando doctrinas que son preceptos humanos" (Mt 15,7).

El ejemplo que traigo se refiere a la santa Misa y a las normas litúrgicas para los fieles. Las que afectan al sacerdote las considero racionales ya que representan la "unidad" del Misterio y de la Iglesia. Esos signos y ritos uniformes del celebrante, "el continente", nos identifican como católicos en todo el mundo. Otra cosa son "los contenidos" tan necesitados de urgente revisión.
.

Misa



Quiero centrarme solamente en las imposiciones al Pueblo de Dios. Asistimos a la santa Misa para considerar el ejemplo del Señor e impregnarnos de su vida y su palabra, para dar gracias al Padre en Él y sentirnos vivificados con su presencia real entre nosotros: "Haced esto en memoria mía" (Lc 22,19).

Desde luego no vamos a Misa para ofrecer un "sacrificio expiatorio", ni para "renovar la pasión y muerte" del Señor. Eso sería como recrear nuestro propio pecado (especialmente el de los religiosos), que fue la "causa real" de aquello.

Vamos a celebrar una comida fraterna con nuestro Señor, a convivir y orar con Él, a enamorarnos de nuevo, a recuperar fuerzas, a reaprender lo que significa "fraternidad" y "seguimiento". En resumen, vamos a alimentarnos: "He venido para que tengan vida y la tengan abundante" (Jn 10,10).
.



Es totalmente ridículo que nos exijan estar de pie durante la mayor parte de la celebración. Si se trata de meditar y orar, lo más racional es estar sentados, relajados e interiorizados. Eso lo saben... no digo los maestros de oración, sino cualquier aprendiz que haya asistido a cualquier grupito de oración una sola vez.

¿Por qué, entonces, los sabios liturgistas nos imponen la gimnasia litúrgica? ¡Por falta de delicadeza y respeto a los creyentes! Así de claro. Una vez más se pone la materialidad de las rúbricas por delante de las personas, en contra del Evangelio: "El sábado es para el hombre y no el hombre para el sábado" (Mc 2,27).

Si nuestros dirigentes católicos, apostólicos y romanos, no son capaces de poner en el centro de su misión la "dignidad de las personas", entonces más les valdría ir buscando ruedas de molino.



Estoy seguro que tienen buena intención y buscan que la "uniformidad" represente "la unidad de los fieles". Y eso lo plasman en los movimientos al unísono: "Todos a una como en Fuenteovejuna".

Es decir, prefieren el signo externo al bien interior, priorizan la uniformidad (externa) a la unidad (interior). En mi humilde opinión la "unidad" se vive desde dentro y no tiene nada que ver con mi postura corporal. No entiendo cómo se puede imponer una "religión mimética" en vez de suscitar una "religión vivida".

Se han inventado la abstracción formalista de "asamblea". Los que asistimos a la celebración no somos personas individuales sino una "asamblea litúrgica" que ha de manifestarse uniformemente: ahora de pie, ahora sentados, ahora... Y para decidir sobre la postura adecuada se basan en el "simbolismo".

Por ejemplo, el evangelio ha de escucharse de pie para significar "preferencia" y "respeto". Otra vez el símbolo por delante de las personas y de la finalidad de la reunión.
.



Así hemos llegado a simular un ballet, una instrucción militar o un cuadro de gimnasia. Algo muy distinto y distante de la realidad religiosa que pretendemos vivir.

Desde luego, con tanto movimiento externo, muy difícil hacer oración o profundizar en la Palabra. Menos aún si los cestillos de las limosnas están circulando por la iglesia.

Pero hay más. Si en una reunión cristiana no hay misericordia, entonces no puede llamarse cristiana. ¿Y qué observamos en las celebraciones actuales? Os lo diré: Ancianos con bastones o muletas, otros con lumbago, artrosis o cojera, mayoría de personas frágiles, cargadas de achaques, arrugas y años. A mis vecinos de bancada les suelo decir que pueden seguir sentados… Pero la voz dominante del cura de turno me contradice: ¡De pie!

Y no quiero acordarme de las larguísimas celebraciones de Semana Santa, Pascua, Misas cantadas, Funerales solemnes, etc. La inevitable queja del cuerpo me llevará a pensar más en mis piernas o mi espalda que a rezar, meditar o interiorizar.
.



A algún cura "misericordioso" le he oído el viernes santo decir como mucho: "los enfermos pueden permanecer sentados". Poca misericordia, poco realismo y poco sentido de la finalidad de una Misa.

Hemos convertido el rito en la esencia de nuestras celebraciones y nos hemos olvidado de lo esencial: la vivencia, la oración, la memoria del Anfitrión. Así salimos con la cabeza caliente y los pies fríos, sin que nuestra vida haya sido alimentada.

Definitivamente, la "gimnasia litúrgica" no nos predispone ni nos facilita la interiorización. Habremos bailado al unísono pero será difícil que nos haya quedado una sola nota en el corazón.
.



Ha prevalecido el sometimiento y la irracionalidad del rito a la auténtica "vivencia religiosa". Así degradamos la religión y sus expresiones.

No nos extrañará después que nuestros jóvenes abandonen esa práctica religiosa por aburrida, mecánica, repetitiva, inservible y hasta incómoda.

Hemos perdido la oportunidad de enseñarles, como mínimo, la puerta de entrada a la vivencia interior: la relajación.

Por mi parte, hace tiempo que busco un lugar discreto (para no molestar) y paso toda la celebración sentado, salvo la parte central del Canon en la que me recojo de rodillas, si tengo esa posibilidad.

Os confieso que desde que practico la "santa sentada litúrgica" me concentro mejor, escucho con avidez, me entrego profundamente a la celebración y todo lo que significa. Ese sencillo detalle (que muchos me censurarán) ha mejorado sustancialmente mi participación interior y me ha arrancado de la rutina.



Pienso que "contra el vicio de exigir lo inapropiado, la virtud de no someterse". Al fin y al cabo soy discípulo de un Rebelde que dijo algo así: "Vosotros, para guardar vuestras tradiciones, quebrantáis el mandamiento de Dios" (Mc 7,9).

En este caso concreto, quebráis "la oración más la misericordia y respeto" a los fieles, a quienes manejáis a vuestro modo y manera como si fuéramos maniquís. ¡Cuánto Evangelio por recorrer! ¡Cuánto Evangelio por recorrer!

Por eso os animo a asistir a la santa Misa, desde luego. Pero con el sanísimo deseo de orar y no de hacer gimnasia. Y mucho menos si te duelen las rótulas o los juanetes.

.

.

.



_________________________________________________________________________

_________________________________________________________________________

.



¿En qué Dios crees?
.

¿A quién oras?
.

¿Por qué crees?

¿Porque te lo han dicho o porque has identificado el lenguaje de tu corazón?

Precisamente ahí nacen las certezas y evidencias.
.

¿Tu fe es de papel o de sólida roca?
.

Las meditaciones de este libro te ayudarán a analizarte y a construir sólido cimiento a lo que crees, a lo que oras y a lo obras.

Lo escribí para ti, después de larga búsqueda, para que evites mis dolores y mis errores.

.


Consíguelo en tu Librería o por Internet:

Amazon: http://www.amazon.es/Meditaciones-desde-calle-Expresar-Teologico/dp/8493761508/ref=sr_1_3?ie=UTF8&qid=1318324237&sr=8-3


FNAC: http://busqueda.fnac.es/ia238636/Jairo-del-Agua

.

_______________________________________________________________________

_______________________________________________________________________





.

Si no puedes asistir físicamente a la santa Misa,

aquí tienes un medio para unirte a la celebración desde cualquier ordenador y en cualquier momento.

_________________________________________________________________________

_________________________________________________________________________





_________________________________________________________________________

_________________________________________________________________________

Volver arriba