Lectura creyente ante la muerte de Salvador, joven estudiante MORIR EN EL FRACASO O EN EL SENTIDO (Despidiendo a Salvador, joven estudiante mexicano, en Badajoz)

MORIR EN EL FRACASO O EN EL SENTIDO  (Despidiendo a Salvador, joven estudiante mexicano, en Badajoz)
MORIR EN EL FRACASO O EN EL SENTIDO (Despidiendo a Salvador, joven estudiante mexicano, en Badajoz) Jose Moreno Losada

Ayer asistía a una conferencia en la parroquia de Guadalupe,  con el título paulino sugerente de "La esperanza no defrauda". Recibo mensajes en el transcurso de la misma, de personas conocidas de la universidad. Salgo ante la urgencia y me comunican que ha fallecido un joven estudiante de Méjico que estaba de estancia en la facultad de educación y psicología. Sus padres iban a llegar en breve, desde Méjico, y que si podría yo hacerme presente para acompañarles , ya que parecía ser que eran católicos. Me acerqué y he participado en este duelo y despedida del Joven Salvador Hernández Islas. Una vez más recibo interpelación, en este caso tambén como  delegado de migraciones. Así lo entiendo.

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La vida de un Joven estudiante

Salvador Hernández, joven universitario, del Distrito federal de México, arribó a Badajoz en agosto acompañado por sus padres y su hermana, Ulises, Celida y Karla. Entonces estuvieron diez días de gozo, viaje, conocimiento de nuestra tierra y sus alrededores.

Comenzó sus estudios de Derecho Legal, pero tras la pandemia y al comenzar presencialmente en la facultad, sentía que esa disciplina no era su lugar propio para prepararse profesionalmente y dio un giro a su formación comenzando el grado de psicología. Su madre da cuenta de que, aunque al principio le contrarió la decisión, cuando comenzó a verlo gozar de sus estudios y a ilusionarse con ellos, tuvo que reconocer que había hecho lo propio.

En su proceso de estudiante su papá le animó siempre ha tener una experiencia académica fuera de su país, tanto a él como a su hermana mayor, porque él también lo vivió en Londres y le marcó. Por eso cuando Salvador le propuso venir a España para un semestre de intercambio académica lo aceptó de buen grado, comprometiéndole a que fuera él quien agenciara toda la burocracia mostrando así su verdadero interés.

Venir a por él... en el mayor dolor

Ayer noche, llegaban a Badajoz, tras haber aterrizado en Madrid, en vuelo y viaje urgente, porque le habían comunicado el fallecimiento de su hijo. Los padres y la hermana. Destrozados y rotos venían, en esta ocasión, a hacerse cargo de su cuerpo sin vida, para transportarlo a su tierra y poder despedirle con sus familiares y amigos de allí, que han quedado totalmente desconsolados con la noticia. Vienen para enterrar a su hijo muerto en las condiciones de ternura y de amor en las que ha vivido.

salvador

En el velatorio, estaban decenas de compañeros estudiantes que durante las veinticuatro horas no habían dejado sólo el cadáver. Habían acompañado la sala con las fotografías queridas del finado, murales elaborados por ellos de los momentos gozosos y felices que habían compartido. En ellos están las fotografías de un corazón vivo y alegre, hermano y amigo, la vida. 

Junto a los estudiantes, el rector de la universidad de Extremadura, el decano de la facultad de educación y psicología, la responsable de la dimensión internacional de la universidad y otros profesores, incluidos los que se preocupan de lo humano y lo psicológico en circunstancias como estas. Allí estuve también yo que me llamaron porque, considerando que la familia sería católica, pudieran tener cerca también la presencia de un sacerdote. Su llegada estuvo marcada por el dolor, el silencio, el llanto, el abrazo, la cercanía y también la oración cristiana. También se ha unido Manuel Fernández Rico, capellán universitario.

Lectura de su vida desde los suyos

Hoy, tras informarse médicamente de las causas y condiciones de su muerte en el hospital, con los doctores que le atendieron y estar con personas conocidas del hijo. Nos hemos vuelto a encontrar en el acompañamiento del tanatorio. Ahí ha sido un momento de encuentro y conversación de vida y memoria, yo diría que viva y agradecida, por la persona y el ser de este familiar tan querido e insustituible, para sus padres.

Determinación

Pensando en la celebración de la tarde, les preguntaba yo que para ellos caracterizaba a Salvador y estuvieron confesando, testimoniando, agradeciendo, ofreciendo, compartiendo signos y señales de un joven lleno de vida y de esperanza. El padre tomó la iniciativa de definirlo como una persona con determinación, en la formación de su carácter, había ido dando pasos de decisión y compromiso que le hacían se fuerte y aventurarse en aquello que realmente le interesaba y por lo que optaba, eso había ganado la confianza de él y el apoyo en todo aquello que quería emprender con verdadera coherencia y proyecto pensado.

Arriesgado y comprometido

Karla, la hermana, desde la admiración al pequeño hermano, destacaba su capacidad de riesgo para vivir cosas nuevas y enfrentarse a etapas y mundos por descubrir. Ella que es menos decidida había encontrado en él impulso para ser más lanzada y comenzar cosas nuevas, tras haber estudiado Imagen, había comenzado psicología muy animada por los relatos de su experiencia y su ilusión compartida. 

Tierno y cariñoso

Celida, su madre, nos compartía algo lleno muy de ternura y profundidad, me enseñaba fotos de él con el fondo de la puesta de sol en el océano pacífico, y me mostraba un video de él, ofrecido a ella, donde con una música de ensueño, mística diría yo, se va viendo un reportaje tranquilo y sereno de un sol que se esconde en el mar con el color rojizo de un cielo acabado y entregado en la orilla. Momento de luz y de esperanza, de gozo y ensueño… le encantaba estar en el atardecer y aguardar el amanecer, como reflejo de la vida y su luz. Presagio del morir como nacimiento, de la oscuridad como paso a la luz más maravillosa que nunca tendrá ocaso, con la intuición de que siempre” el amor es más fuerte que la muerte” como canta la biblia en el cantar de los cantares.

Salvador

Amigo auténtico

Los tres convenían en que algo transversal y profundo de su vivir ha sido siempre la amistad. En este trance, nos decían, se han visto rodeado de sus amigos de allá que acudieron a escoltarlos hasta el aeropuerto y allí estuvieron hasta que se alzó el vuelo con destino a Madrid. Les sorprendía cómo aquí, al llegar, se han encontrado la sala de vela totalmente llena de compañeros y compañeras que les abrazaban y lloraban con ellos, diciéndoles palabras bellas, llenas de ternura y de consuelo. Manifiestan que desde que llegó aquí siempre ha estado dando muestras de que se encontraba genial con una acogida extraordinaria y gozando hasta el último momento, y hacían referencia a su último viaje, en fin, de semana, Sevilla con compañeros.

Mientras conversamos y tomamos un café, en el centro de la mesa están las tostadas de tomate con jamón, de las que él les hablaba tanto a y también a su familia. La familia quiere hacer lo que él hace, sentirlo en su vivir de aquí. Hasta sonreímos porque el papá cuenta como él suele jugar tenis con un amigo mejicano que importa jamón ibérico de Extremadura y que su hijo Salvador, que también se unía al grupo para hacer deporte, en más de una ocasión lo había probado distinguiendo bien lo que es jamón serrano de jamón de bello, “pata negra”. Y le comentábamos el dicho de que cuando un pobre come jamón es porque o está malo el pobre, o está malo el jamón… Y así vamos viendo el vivir y los sentimientos de esos padres para encarar esta tarde una celebración cristiana de su vida y su muerte.

Homilía para esperanzar en Cristo

Para la homilía se me ocurren dos claves muy sencillas:"la vida es momento y encuentro". La vida no son los largos años, sino los momentos vividos con profundidad y los encuentros que se realizan llenos de amor. Y todo envuelto una radical vulnerabilidad que se hace presente de modo no programado, sea en Valencia o en las circunstancias del morir de Salvador. Todos somos vulnerables, todos necesitamos de todos. La vida cobra sentido no en la fuerza y el poder ante los demás, sino ante el cuidado mutuo y amoroso que generamos para fortalecernos y asegurarnos cuando nos llega la vulnerabilidad. El cuidado y el amor son las únicas armas con las que podemos enfrentarnos a lo débil y a la muerte.

 Todo lo que se ha vivido en el amor y en la alegría del don, reclama permanecer y pide eternidad. La vida de Salvador, tal como la narran sus seres queridos, padres y hermana, como su más allegados amigos y compañeros, reclama eternidad. La muerte puede ser sentida y vivida como fracaso, o puede estar llena de sentido y de esperanza. La vida de Salvador, lo dicen sus seres queridos, aun rotos por el dolor de la separación, ha merecido la pena, ha estado llena de sentido, de lucha, de determinación, de amigos, de momentos inolvidables, de riesgo, de ternura y de atardeceres y amaneceres.

Desde esa vida, que ahora sentimos en el mayor dolor de la separación, creemos, confiamos, necesitamos gritar que el amor - el que ha recibido y ha dado en su trayectoria de niño y de joven- es más fuerte que esta muerte. Por eso enterramos su cadáver pero no su persona ni su vida, esa la ponemos en manos del creador y del salvador, en el Cristo Joven crucificado, que supo hacer del fracaso de su condena la referencia de la vida y el abrazo definitivo para todos los que se encuentran con la muerte. Jesús resucitado ya ha abrazado a nuestro joven, como amigo suyo para la eternidad.  Salvador no está muerto, duerme y resucitará para la vida y el amor que aquí ha comenzado a conocer y gustar. Ahora viene a su corazón herido lo definitivo y lo eterno, su viaje ha acabado y ya está en la otra orilla que no conoce ocaso, ni muerte, ni luto ni dolor, aquella que él vislumbraba en los atardeceres. Ahora vives para siempre. Esperamos llegar contigo a la gloria, sabiendo vivir nuestros momentos y nuestros encuentros con el mayor amor y ternura, con los mayores cuidados de unos para otros. (amor y vida)

trigo

Interpelaciones para los que aún vivimos

Ahora nos queda a nosotros la interpelación de este signo en la muerte de este estudiante, es fracaso para el olvido o será sentido para vivirlo. Hemos leído el pasaje del evangelio de Juan sobre el grano de trigo que cae en tierra y muere, el fruto que puede dar. Dará fruto en nosotros lo que hemos vivido con esta persona querida:

  • - ¿La universidad dará frutos de cuidado y respuesta a lo que causa injusticia, muerte y sufrimiento en el mundo? Propiciemos un estudio consentido.

    UEX

  • - Para sus compañeros: aprenderemos que la vida es momentos y encuentros, que estamos llamados a vivirlo con profundidad, autenticidad y amor.
  • - Para sus familiares: No se trata solo no de olvidar, sino como hacer fuerte en vosotros las huellas de su vida en lo que tenía de cuidado, de ternura, de alegría, de empuje, de deseo de hacer feliz a los suyos. ¿Cómo vivir en el deseo de lo mejor que él os manifestaba para seguir en comunión y relación con él?
  • - A los creyentes: ¿somos conscientes del tesoro de la fe en la resurrección que nos ayuda a entender desde la muerte que cada momento y encuentro es único y que si lo vivimos desde el amor se harán capaces de eternidad.
  • - A toda la sociedad: ¿Nos convenceremos de que todos somos realmente vulnerables, que necesitamos todos de todos y que la mayor vocación de lo humano es el cuidado mutuo entre nosotros, la cultura del servicio mutuo?

Ojalá esta muerte, esta relación, la vida de esta persona, no sea infecunda, sino que sembrada en nosotros, como buena tierra, de frutos que nos ayuden a comulgar con esta vida ya glorificada y resucitada.

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