Bright Star: La arriesgada tarea de poner imágenes a la poesía



La literatura y el cine se necesitan mutuamente. La palabra escrita es fuente de argumentos visuales y el cine presta imágenes sensibles a expresiones minoritarias que llegan así al gran público. Esto es lo que consigue Bright Star, traducir los poemas de Keats a imágenes, una tarea arriesgada llena de limitaciones pero también inteligente y de marcada sensibilidad como en este caso. No suple la imagen al poema pero no deja de ser una invitación a perder el miedo y comenzar a gustar el lenguaje de la lírica. Intentémoslo pues:

Estrella brillante, si fuera constante como tú,
no en solitario esplendor colgada de lo alto de la noche
y mirando, con eternos párpados abiertos,
como de naturaleza paciente, un insomne Eremita,
las móviles aguas en su religiosa tarea
de pura ablución alrededor de tierra de humanas riberas,
o de contemplación de la recién suavemente caída máscara
de nieve de las montañas y páramos.
No, aún todavía constante, todavía inamovible,
recostada sobre el maduro corazón de mi bello amor,
para sentir para siempre su suave henchirse y caer,
despierto por siempre en una dulce inquietud,
silencioso, silencioso para escuchar su tierno respirar,
y así vivir por siempre o si no, desvanecerme en la muerte”

Con los versos que comenzamos concluye esta película en la que está permitido contar el final. En ella se nos cuenta la historia de amor y muerte del poeta John Keats. Su relación con Frances Brawne “Fanny” aparece desgranada en este poema visual que ha construido con delicadeza y contención, la directora Jane Campion, autora de la oscarizada El piano (1993) pero también de obras como Retrato de una dama (1996) o la fallida En carne viva (2003).

Aquí la directora vuelva a su especialidad: el romanticismo, el ambiente novecentista y preciosismo visual. La película busca plasmar en imágenes el alma de los poemas que se recitan y que nos colocan en la clave del amor romántico por excelencia. Un amor imposible y trágico que descubre en su limitación la hondura de lo efímero y busca en la infinitud el único lugar en el cual poder descansar. La construcción de la película cuenta con unas interpretaciones sobresalientes, especialmente Abbie Comish en el papel de Fanny y Paul Schneider en el papel del señor Brown, amigo inseparable del poeta; menos brillante, Ben Whishaw en una interpretación desigual de John Keats. La puesta en escena es espectacular en los exteriores y rebuscada y minuciosa en los interiores, cuidando una iluminación que plasma cromáticamente los sentimientos llegando a ser una luz sentimental. La evolución del vestuario de Fanny pasará a expresar el contenido de su conciencia, lo que también supone explorar a fondo en un interesante territorio cinematográfico. Sus vestidos serán como su corazón, pasarán de la sencillez deslumbrante a la exuberancia espectacular para avanzar por la austeridad sufriente hasta el luto invernal. La banda sonora acompaña sin manipular para dejar la prioridad a la imagen y a la palabra que se despliegan en variada gama de registros. Los símbolos de coser y cortar, de las mariposas y las velas de lo efímero o de las estaciones de año sirven como vehículo para elaborar los sentimientos de los que trata esencialmente la narración.

Desde el punto de vista espiritual lo importante es que los románticos cuestionan la exclusividad de la razón y exploran el sentimiento hacia paisajes mucho más abiertos y probablemente mucho más humanos. Son los antepasados de la inteligencia emocional. La sombra alargada de la finitud viene definida, en primer lugar, por la maldición de la tuberculosis del protagonista y por la incomprensión de su obra que no será reconocida hasta cincuenta años después de su muerte. También más allá de la muerte. Pero sin embargo, el romántico cree en el amor trascendente y en otra vida. Como dirá Fanny en el momento de la separación: “Despertaremos y descubriremos que esto es un sueño. Tiene que haber otra vida. No pueden habernos creador para sufrir así”. Frente a cientifistas y racionales los románticos nos recuerdan que el ser humano el algo más que endorfinas y demostraciones fiables. Excesivos, de acuerdo. Trágicos, también. Creyentes en los ratos donde la melancolía no les ciega. Pero más trasparentemente humanos de los que con sus razones olvidan el Misterio. Y como llega a decir Fanny, la contra protagonista de este amor imposible “a mí me gusta el Misterio”.

Puntuación (7/10)

Aplicación didáctica

Destinatarios: A partir de 4º, 5º ESO y Bachiller
Temas: Romanticismo, la poesía como forma comunicativa y artística, elaboración de los sentimientos, afectividad y decisión, muerte y más allá.
Cuestionario orientativo:
a) ¿Qué te parece el amor romántico que aparece en la película? ¿Crees que está pasado de moda?
b) ¿Cómo viven Fanny y John Keats la relación entre amor y responsabilidad?
c) ¿Qué esperan de la muerte? ¿Cómo viven el sufrimiento?
d) Repasar a la luz de la película el poema "Bright Star"
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