La confirmación de que este hombre chochea y que ya no está como para dar una Santa Misa nos vino confirmado ayer con su falso intento de rectificación. Ahora el purpurado intenta echarle la culpa de todo a los periodistas, como que ellos son los malos y que le han tergiversado interesadamente sus palabras. Pero no contento con esto, además le hecha la culpa a San Pablo y a la palabra de Dios alegando que él no dijo eso, que fué San Pablo.
Los homosexuales ahora ya se salvan, la repercusión social no creo que le haya hecho rectificar, sino que algunos en el vaticano se habrán escandalizado como para llamarle la atención que eso que el dijo no lo sostiene la Iglesia.
Si vuelve a abrir el pico, puede ser que mañana vuelva a revisar públicamente algo más de la doctrina y nos meta a todos en el infierno. La vez anterior que habló nos creó ilusiones sobre que la Santa Sede iba a revisar su postura sobre los condones y resultó que aquello era una elucubración suya, el único que estaba revisando algo era él en su cabeza y nadie más.
Sugiero que lo retiren ya y pronto, tal vez sea ideal meterlo en un olvidado monasterio donde lo que vuelva a decir se quede entre sus cuatro paredes y alejado de los perversos periodistas, pues en sus delirios mentales, estos no tienen otra cosa mejor que hacer que tergiversarle sus palabras.