Hay cosas que rayan el infantilismo más absoluto. Pensar como dice la revista ¡Despertad!, en su número de Abril de 2013, que la solución a la violencia doméstica está en estudiar la Biblia es una gilipollez con balcones a la calle. No sé si acaso esa revista se dirige a un público infantil y débil, pero es demencial que ante un problema de una gravedad en la que hay mujeres que sufren lo indecible se espere resolver todo con unas sesiones de estudio Bíblico.
No por más conocer la Biblia y los preceptos, se van a aplacar los arrebatos de ira. Lanzar un mensaje tan peligroso solo puede llevar a que ciertas situaciones acaben de una forma más dramática. Lo peor del caso es tratar de apoyar esta idea sacando la historia anónima de una pareja en la que el marido golpeaba a la mujer, y en la que el se reformo estudiando la Biblia. Es la historia de siempre de manipulación, la historia feliz como base a decir que porque a una pareja le ha ido así muy bien, a otros muchos les irá igual de bien. Lo que no dice la revista es cuantos fracasos matrimoniales se han producido por violencia doméstica sin que la Biblia y los “estudiosos” hayan podido parar el problema.