El lío de José María Iraburu.

Raudo y veloz se ha lanzado Iraburu a rectificar a nuestro director. Si José Manuel Vidal cometió un error, eso le puede pasar a cualquiera. Ahora bien, muchas veces en estos debates de teología se procede a llamar herejes a quien o no explica algo claro, o se deja algo sin explicar, o explica algo que no está dentro del magisterio. Llevamos ya bastante tiempo escuchando de ciertos talibanes que uno termina por asumir su criterio. Si escribes sobre el Jesús histórico o no hablas de su dimensión divina te tildan de arriano.

El caso es que Iraburu se metió en un lío con lo del pecado original de Ladaria, y ahora hay que salir del mismo cuando hace años se quiso acusar a todo un libro de contradecir la enseñanza de la Iglesia del pecado original. Pues parece que el equivocado era él, porque a Ladaria no lo ha procesado nadie y encima lo nombran secretario para la Congregación para la Doctrina de la Fe. De la misma forma que exige rectificaciones a José Manuel Vidal practiqueselas usted a si mismo.

Luego están sus simpatías con la Falange. Y en esto como en lo otro no me chupo el dedo. En España la falange está casi tan odiada como los comunistas, si hasta los propios comunistas de hoy parecen aferrarse al ecologismo como nueva ideología, o eso parece la actual Izquierda Unida. El caso es que este señor no le hace ascos relacionarse con la falange y es de suponer que algún tipo de relación tendrá. Tal vez solo sea un favor a un amigo falangista y ya está, o tal vez se trate de un intento de hacer más cristianas a la Falange y que renuncie a esos planteamientos xenófobos y racistas y busca esa proximidad.

Pues también pienso ver si el caballero tiene razón en su juicio a Pagola, de los críticos de Pagola es tal vez de los pocos que se ha leído su obra, porque dudo muchísimo que el Obispo de Tarazona o el de Granada hayan visto incluso la portada del libro.
Volver arriba