Ecumenismo sin homofobia

La homofobia es anti-evangélica. Celebramos un debate sobre orientación sexual en el Centro de Formación Teológica “Verdad y Vida”, de Tokyo, parte del curso sobre “Pensar las discriminaciones: cercanía y lejanía de la projimidad”.

En la sesión dedicada a discriminaciones de sexo habló la pastora protestante Yuri Horie para presentar la problemática en torno a la desvelación (“coming out”), en el seno de la comunidad creyente, de su propia identidad lesbiana.

La doctora Horie, tras exponer su propia orientación homosexual y su dedicación al ministerio, presentó la problemática de la discriminación y la necesidad de cuestionar tanto las actitudes personales como las tomas de posición oficiales por parte de las iglesias. Concluyó su ponencia planteando preguntas a la teología católica.

Por parte de la Facultad de teología se expuso el criterio de no discriminar a nadie por su orientación sexual, así como la necesidad de aclarar la postura de la moral teológica: No se puede decir que la orientación en sí misma sea ni pecaminosa, ni extraviada. No se puede decir, de ningún modo, como han dicho (con dudosas motivaciones de política eclesiástica) algunas instancias dirigentes de la iglesia católica en Europa, que la orientación sea en sí misma “desviación, irregularidad, herida o enfermedad”.

Las intervenciones del público insistieron en dos temas: la dificultad sociológica, tanto fuera como dentro de las iglesias, de manifestar abiertamente la propia orientación (coming out) y, por otra parte, la compatibilidad con el ejercicio del ministerio pastoral.
Preguntado por este último punto, respondía J.M.: “No se nos puso como condición para ordenarnos el ser a-sexuales, ni suprimir la orientación heterosexual. Lo mismo se podría decir, por tanto, de quien tuviera orientación homosexual. Nadie se escandaliza de que un sacerdote que es fiel en el cumplimiento de su ministerio y de su celibato, y que no está llevando de ningún modo una doble vidas, admita sinceramente sentirse atraído por el otro sexo al que respeta. En cambio, si su orientación fuera homosexual, dicha manifestación habría suscitado problemas en algunas personas o sectores eclesiásticos. Luego el problema está en quienes reaccionan con prejuicios”.

Terminó la sesión confirmando el paso adelante positivo que supone el que se pueda hablar con serenidad, sin enfrentamientos, ni condenaciones, sobre estos temas ante un público variado de pertenencia católica (laicos, laicas, religiosos, religiosas), protestante y también de ninguna confesionalidad.
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