"Por una mujer vino el Salvador al mundo, y mujeres fueron las elegidas para anunciar la Resurrección" Las mujeres, protagonistas de la Resurrección

Magdalena arrepentida
Magdalena arrepentida

"Aun así, al menos Pedro y otro discípulo van a la carrera hasta hallar el sepulcro vacío. Se retiran, dejando claro que a ellos no les fue encomendada la transmisión primera del Resucitado, sino a las mujeres que seguían a Jesús"

"Otra cuestión diferente es que pronto desaparece el testimonio de las mujeres sobre Jesús resucitado; no aparece, siendo sustituidas por Pedro como la primicia ante el incipiente empuje del dominio masculino que muy pronto suprimió la relevancia que Jesús dio a las mujeres"

Los cuatro relatos evangélicos canónicos coinciden en presentar a las mujeres como las primeras personas que se encontraron con el Resucitado. Ellas fueron a llegar ungüentos para el cuerpo de Jesús y entonces se encontraron con la tumba vacía y el anuncio de la Resurrección del Maestro. Su testimonio carecía de valor entonces, sobre todo en un asunto de tanta trascendencia. Y para remachar el hecho, transmitir la gran noticia, al principio, no las creyeron.

Aun así, al menos Pedro y otro discípulo van a la carrera hasta hallar el sepulcro vacío. Se retiran, dejando claro que a ellos no les fue encomendada la transmisión primera del Resucitado, sino a las mujeres que seguían a Jesús. Y eso que Pedro fue designado para edificar la Iglesia.

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María, entre san Juan y María Magdalena, de Diriksen
María, entre san Juan y María Magdalena, de Diriksen

En resumidas cuentas, que aquella gran noticia no fue una casualidad que fuese comunicada a las mujeres. El remate es el mensaje en sí: id y decidles a ellos que el Resucitado les espera Galilea. En uno de los relatos (Jn 20), Jesús llama a María la de Magdala por su nombre. Ella lo reconoce al instante y le llama Rabbonní, que es la forma de dirigirse los discípulos al maestro. El teólogo Juan José Tamayo afirma que María Magdalena cumplía las tres condiciones para ser admitida en el grupo apostólico: haber seguido a Jesús desde Galilea (Lc 8, 2-3); haber visto a Jesús resucitado (Jn 20,18); haber sido enviada por él a anunciar la resurrección a sus hermanos (Jn 20,17).  

Otra cuestión diferente es que pronto desaparece el testimonio de las mujeres sobre Jesús resucitado; no aparece, siendo sustituidas por Pedro como la primicia ante el incipiente empuje del dominio masculino que muy pronto suprimió la relevancia que Jesús dio a las mujeres. Por si fuera poco, en las primeras actividades evangelizadoras, las mujeres constituyen el eslabón indispensable de la transmisión del mensaje evangélico, comenzando por Pablo y las muchas mujeres que colaboraron con él como diaconisas. El mismo Pablo reivindica su condición de apóstol en función de la visión de Jesús resucitado: “¿No soy yo apóstol? ¿Acaso no he visto yo a Jesús, Señor nuestro?” (1Cor 9,1).

Sin embargo, quienes podrían narrar en las primeras asambleas eucarísticas las experiencias de la muerte y de la resurrección de Jesús con la máxima autoridad fueron aquellas mujeres, sus primeras testigos, a quienes se les ha ninguneado el papel estelar elegido para ellas por Cristo. Con la pronta instauración de las estructuras patriarcales en la organización de la comunidad cristiana se interrumpieron las posibilidades que se abrían con el reconocimiento de las mujeres como primeras testigos del Resucitado.

María Magdalena
María Magdalena

Lo cierto es que, por una mujer vino el Salvador al mundo, y mujeres fueron las elegidas para anunciar la Resurrección. Curiosamente, hoy es el día en que la mayoría de fieles, en plena crisis de vaciamiento de los templos, son mujeres… Abrumadoramente son ellas las que mantienen vivas muchas comunidades parroquiales. Su fidelidad fue y es encomiable.

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