Parábolas del Loto

Dice Kotaró SUZUKI que, como budista, se siente a gusto y en casa con las parábolas de Jesús, porque le recuerdan el estilo de la predicación de Shakamuni, conservada en los sutras. A punto de emprender rumbo a Madrid para presentar el Sutra del Loto, le pedimos que dedique al público de habla hispánica una de esas parábolas. SUZUKI no lo piensa dos veces y elige la parábola de la perla escondida.


“Érase una vez un hombre que visitó a un amigo íntimo, tomó unas copas con él y, con la embriaguez, se quedó dormido. Su amigo tenía un asunto de trabajo y debía partir. Antes de salir le cosió en el dobladillo de su capa una joya valiosa. El embriagado no se dio cuenta. Al despertar se pone en camino, marcha a otro país, y allí lo pasa mal buscando qué comer y vestir. Sufre contratiempos y ha de contentarse con lo poco que obtiene. Un día su amigo lo encuentra por casualidad. Y le dice: “¿Cómo te veo así? ¿No tienes qué comer y beber? Y yo que quería proporcionarte consuelo y alegría, junto a la satisfacción de tus deseos naturales... Tal día de tal mes, cuando paré en tu casa, te dejé cosida en el dobladillo del cuello de tu capa una joya valiosa. Seguro que aún la llevas contigo. Por no darte cuenta has pasado penalidades. ¡Que insensato has sido! Ahora sólo tienes que coger esa joya, cambiarla por dinero y tendrás cuanto necesites, sin padecer sufrimientos ni carencias.
Así es el Buda... "
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