Un manual de espiritualidad del budismo Tendai, obra del monje chino Chih-I puede ser lectura refrescante en estos calores de agosto. Está publicado en la editorial Sígueme con el título de Pararse a contemplar.
"Detente un poco, párate a respirar; haz una pausa para ver las cosas como son, sin darles más importancia de la que tienen. Párate a contemplar”
Así aconsejaba hace catorce siglos este monje, poniendo dos ejes de espiritualidad: pausa y receptividad, respirar y contemplar.
Bebió en la tradición espiritual india, resumida en dos palabras: calma y lucidez, parada y mirada, pausa y contemplación. Son dos ideogramas chinos: chih-kuan ( en japonés, shi-kan). El primero significa: pararse a respirar, concentración receptiva. El segundo: mirar de otro modo, contemplación sapiencial.
Con otras palabras, saborear y saber. Sin respirar bien no hay sabiduría. Sin sabiduría, sabe a poco el respirar. Ni el saber de excesivas palabras satisface, ni el silencio ignorante apaciente el espíritu.
Buena lección para la cura de silencio que requiere la teología dogmática occidental...