Pedro Pablo Achondo, teólogo de una Iglesia en salida es el editor general En Chile nace editorial Simbiosis para la teología latinoamericana sin limitaciones
"Esta editorial es un proyecto que refleja precisamente la idea de una "teología en salida", que busca ser libre, abierta, crítica y en diálogo con la realidad contemporánea".
"Hoy, la identidad religiosa es más fluida, más abierta, y eso es algo que la Iglesia debe aceptar y acompañar. Este cambio no implica abandonar los fundamentos de nuestra fe, sino ser más receptivos a las nuevas formas en que las personas viven su espiritualidad. La Iglesia debe estar dispuesta a dialogar con estas realidades sin intentar imponer un modelo único o exclusivo".
| Aníbal Pastor N. | Corresponsal en Chile
Pedro Pablo Achondo Moya, con sus 44 años está en una fructífera paternidad. Hace poco nació su hijo y próximamente dará nacimiento a Simbiosis, una editorial especializada en teología con nuevas publicaciones.
Fue religioso y hoy es laico, chileno, licenciado en Filosofía y Magister en Teología (Francia), Bachiller en Teología (Brasil), doctor en estudios territoriales y estudios socioecológicos. A sus libros "Desde el abismo clamo a ti, Señor. Dios, el sufrimiento y lo que podemos hacer", de 2017; "Una Iglesia híbrida. Aproximación a las comunidades de Jesús" de 2020; "Los llamo amigos. Redescubriendo la amistad como tejido de vida" de 2022, suma ahora “La Iglesia después de la Iglesia”, libro publicado en México por la editorial Buena Prensa y que esta semana se presenta en Chile.
Achondo ha emergido como una de las voces más audaces y relevantes en el campo de la teología latinoamericana. Suele combinar una profunda libertad intelectual con un compromiso firme con la teología en salida, una teología que busca aportar a la realidad contemporánea y estar en sintonía con el proyecto eclesial del Papa Francisco. Su trayectoria incluye experiencias en comunidades afrodescendientes en Brasil y en comunidades mapuche en el sur de Chile, lo que le ha permitido desarrollar una perspectiva teológica profundamente encarnada en las realidades sociales y culturales de América Latina. Actualmente es muy solicitado para talleres y cursos lo que combina con labor docente en la Universidad Cardenal Raúl Silva Henríquez.
Además de sus estudios y su trabajo en la academia, Pedro Pablo es también un prolífico autor y ha sido clave en la creación de una editorial independiente dedicada a la teología latinoamericana, especialmente para autores que no encuentran espacios en las editoriales tradicionales. Su obra y su pensamiento se inscriben en lo que él mismo denomina una "teología en salida", una teología que no teme desafiar las estructuras establecidas para abrir nuevos caminos de fe y reflexión.
— En un momento en que la Iglesia enfrenta desafíos profundos y se encuentra en un proceso de transición, usted ha estado promoviendo ideas que, sin duda, resuenan con la visión del Papa Francisco. Desde esa perspectiva ¿cómo debería evolucionar la iglesia?
— Estamos en un momento crucial para la Iglesia, donde muchas de las estructuras que antes definían nuestra identidad están cayendo en la irrelevancia. No se trata de que el cristianismo esté perdiendo su relevancia; todo lo contrario, sigue siendo un faro de luz en un mundo cada vez más complejo. Lo que propongo es que, a medida que estas viejas estructuras desaparecen, están surgiendo nuevas formas de ser Iglesia, más adaptadas a la realidad contemporánea.
"Estas nuevas formas no se limitan a lo sacramental o a lo jerárquico, sino que abren espacio para una multiplicidad de expresiones que responden mejor a las necesidades espirituales de las personas hoy en día. En este sentido, mi trabajo busca acompañar y fomentar estos procesos de cambio, en lugar de resistirlos, alineándome con lo que el Papa Francisco ha llamado una Iglesia en salida".
— Algunos autores señalan que los jóvenes están buscando nuevas formas de vivir su espiritualidad, y que estas no siempre pasan por los canales tradicionales. ¿Cómo ve la relación entre espiritualidad y religión en el contexto actual?
— La espiritualidad y la religión están tomando caminos diferentes, aunque relacionados. La espiritualidad se ha vuelto más personal, menos dependiente de las instituciones, lo que no significa que se haya abandonado la fe. Lo que veo es que los jóvenes, en particular, están explorando nuevas formas de vivir su espiritualidad, formas que a menudo no encuentran en las estructuras tradicionales de la Iglesia. Participan en actividades religiosas, pero lo hacen de manera menos institucional, más enfocada en la experiencia y en el encuentro comunitario. Esto no es algo negativo; al contrario, es una señal de que la fe sigue viva y que la Iglesia debe aprender a acompañar estas nuevas formas de expresión espiritual sin tratar de imponer estructuras rígidas que ya no resuenan con las personas de hoy.
— Hablando de nuevas expresiones de fe, la participación masiva de jóvenes en eventos como la peregrinación a Los Andes y recientemente la caminata al santuario del Padre Hurtado, o en Argentina con Luján, parece ser un fenómeno que no deja de sorprender. ¿Cómo interpreta esta participación dentro de la dinámica que mencionas?
— Es un fenómeno fascinante y refleja la complejidad de las motivaciones que mueven a los jóvenes hoy en día. La peregrinación a Los Andes, por ejemplo, es mucho más que un evento religioso; es una experiencia comunitaria que mezcla lo espiritual con lo social y lo estético. Los jóvenes participan no solo por motivos religiosos, sino porque buscan formar parte de una comunidad, vivir una experiencia significativa, y, en muchos casos, tener algo que contar en redes sociales.
"Es importante que la Iglesia reconozca y valore estas experiencias, pero también que entienda que no todas ellas se traducen en una mayor adhesión a la estructura institucional. Lo que motiva a los jóvenes es la búsqueda de comunidad y sentido, más que la pertenencia a una institución".
— En este contexto de cambios y nuevas expresiones, ¿cómo cree que la Iglesia institucional puede adaptarse y comprender estos nuevos desafíos?
— La Iglesia necesita cambiar el chip, como decimos en Chile. Ya no se trata solo de modificar el lenguaje, sino de entender que las prácticas y las identidades religiosas están cambiando profundamente. La identidad católica ya no se define únicamente por la participación en los sacramentos o por la asistencia regular a misa. Hoy, la identidad religiosa es más fluida, más abierta, y eso es algo que la Iglesia debe aceptar y acompañar. Este cambio no implica abandonar los fundamentos de nuestra fe, sino ser más receptivos a las nuevas formas en que las personas viven su espiritualidad. La Iglesia debe estar dispuesta a dialogar con estas realidades sin intentar imponer un modelo único o exclusivo. Esto es fundamental si queremos seguir siendo relevantes en el mundo de hoy.
— Estamos próximos a la segunda asamblea del Sínodo de la Sinodalidad. ¿Qué espera de este Sínodo, especialmente en el marco de esta "Iglesia en salida" que menciona?
— Mis expectativas son cautelosas, pero optimistas. Creo que lo más importante que podemos esperar es una mayor flexibilidad en la jerarquía eclesiástica. Si el Sínodo logra que las decisiones importantes en la vida de la Iglesia sean más inclusivas, que no solo involucren a clérigos, sino también a mujeres, jóvenes y laicos, habremos dado un paso importante.
"Sin embargo, esto es solo el comienzo. La verdadera transformación vendrá si tomamos en serio las ideas de Laudato Si’ y la ecología integral. La naturaleza, tal como se describe en Laudato Si’, ya es sinodal, está llena de relaciones y comunicación entre lo diverso. Si la Iglesia puede aprender de esto, podríamos avanzar hacia una sinodalidad que integre no solo a la humanidad, sino a toda la creación. En este sentido, aunque espero mucho del Sínodo, también creo que es solo un paso en un camino mucho más largo que la Iglesia debe recorrer".
— ¿De qué se trata el nuevo proyecto editorial que están lanzando esta semana?
— Simbiosis como editorial, vendrá a cubrir una necesidad teólogos y teólogas de América Latina, creandoi un espacio donde puedan publicar sus trabajos sin las limitaciones que a menudo imponen las editoriales tradicionales. Nuestro primer libro se titulará “Teología de otro modo” y será un compilado de trabajos de cinco autoras mujeres que han aportado una visión fresca y necesaria en el ámbito teológico
"Esta editorial es un proyecto que refleja precisamente la idea de una teología en salida, que busca ser libre, abierta, crítica y en diálogo con la realidad contemporánea. En un contexto donde la teología a menudo se ve limitada por estructuras rígidas, creemos que es esencial abrir nuevos caminos para que las voces de nuestra región puedan ser escuchadas".
— Es un proyecto muy alineado con la visión de una Iglesia en salida. ¿Cómo planean distribuir este libro y qué expectativas tienen?
— Planeamos distribuir el libro tanto en formato impreso como digital, conscientes de que es fundamental estar presentes en ambos formatos para llegar a un público más amplio. Ha sido un esfuerzo considerable, especialmente porque financiar una editorial independiente es un reto, pero estamos convencidos de que hay una necesidad genuina de este tipo de publicaciones. En Chile y en gran parte de América Latina, los espacios para publicar teología de manera libre son escasos, y esta editorial busca llenar ese vacío, en sintonía con el pensamiento del papa Francisco e ir más allá.