El producto estrella de una cooperativa de Tarragona, presente en la consagración del templo francés Un aceite catalán en Notre-Dame: "Es fruto del cariño, el sudor y el espíritu cristiano de nuestros antepasados"

Un aceite catalán consagra Notre-Dame
Un aceite catalán consagra Notre-Dame

En la Selva del Camp, en Tarragona, se produce el aceite de la cooperativa Coselva, que el año que viene vivirá su particular jubileo cumpliendo 125 años de historia

El domingo 8 de diciembre, el aceite surgido de los olivos plantados por todas estas generaciones era esparcido por el arzobispo de París, Laurent Ulrich, encima del altar de la catedral de Notre-Dame para consagrarlo

Una mujer parisina, Maïten de Saint Paul, que veraneaba en este pueblo, ha sido clave para convertir decenas de litros del aceite en el Santo Crisma, pero también en el Aceite de los Catecúmenos y en el Aceite de los Enfermos

"Nos gustaría aparecer durante el ritual de consagración del altar que se celebre en la basílica de Sagrada Familia de Barcelona", reconoce Domene, su presidente

(Agencia Flama).- En la Selva del Camp, en Tarragona, los padres, los abuelos y, probablemente, otros antepasados de los actuales representantes de una de las dos cooperativas agrícolas que hay en el municipio —en este caso, de Coselva, que el año que viene vivirá su particular jubileo cumpliendo 125 años de historia— han trasladado a sus descendientes una pasión por trabajar los frutos que es capaz de dar la tierra que todavía se mantiene.

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A raíz de ello, el hecho de observar cómo, el pasado domingo 8 de diciembre, el aceite surgido de los olivos plantados por todas estas generaciones era esparcido por el arzobispo de París, Laurent Ulrich, encima del altar de la catedral de Notre-Damepara consagrarlo generó una doble satisfacción, sobre todo, para su presidente, Antonio Domene, y para la secretaria del Consejo Rector de la entidad, Núria Cochs.

Núria Cochs en el exterior del edificio de esta cooperativa situada en la Selva del Camp
Núria Cochs en el exterior del edificio de esta cooperativa situada en la Selva del Camp Agencia Flama

“Es el fruto del esfuerzo de todos los campesinos que han cuidado, con cariño, sudor y espíritu cristiano, sus tierras y, por consecuencia, el aceite de oliva virgen extra que hoy en día podemos seguir haciendo”, insiste la segunda, que continuó los pasos de su padre en esta empresa, a la que ha dedicado casi medio siglo de vida.

La relación con el emblemático templo francés, que ha podido reponerse tras la sacudida provocada por el incendio sufrido en el 2019, se propició gracias a los contactos hechos por una mujer parisina, Maïten de Saint Paul, que veraneaba en este pueblo catalán durante la década de 1980. “Tenía unas amistades en la Selva del Camp, que le hicieron probar este providencial líquido”, recuerda Cochs. Éste fue el inicio de un vínculo con el territorio diocesano parisino que, con la mediación de esta mujer, ha sido clave para convertir decenas de litros del aceite en el Santo Crisma, pero también en el Aceite de los Catecúmenos y en el Aceite de los Enfermos.

"Sería un orgullo poder ver nuestro aceite en la Sagrada Familia"

Si bien, por una cuestión de proteger sus datos, no es frecuente conocer el nombre de los clientes que acaban adquiriendo el producto estrella de esta cooperativa, “Notre-Dame quiso desvelarlo”, constata su presidente. Esto ha provocado, desde que la imagen del aceite en manos de Ulrich se difundió en todo el mundo, un alud de peticiones para adquirirlo, pero también que este zumo de oliva, surgido en su primera prensada, haya pasado a ser "más virgen de lo que ya lo es", añade Cochs haciendo un juego lingüístico.

Con el nuevo premio bajo el brazo (“es un premio social, espiritual y patrimonial, más allá de tener forma de trofeo”, destaca Cochs), esta empresa es, en el Camp de Tarragona, una de las que han abastecido a la Iglesia mundialmente a partir de sus producciones: "En Reus, por ejemplo, tenemos la bodega de un vino de misa, el De Müller, que incluso ha llegado al Vaticano", señala la representante de Coselva. Para lograr el próximo reto, no será necesario salir de Cataluña: “Nos gustaría aparecer durante el ritual de consagración del altar que se celebre en la basílica de Sagrada Familia de Barcelona”, reconoce Domene, haciendo el ofrecimiento para que alguien coja el guante. "Esto nos seguirá incentivando para trabajar, con pasión, nuestra tierra", concluye.

Antonio Domene
Antonio Domene Agencia Flama

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