La Iglesia se hace visible de modo paralelo a la cumbre del clima La COP25 y los cristianos: pongámonos en acción
El Papa Francisco, su proyecto pastoral, está liderando una verdadera preocupación humana, que está siendo un papa del cielo y de la tierra, de lo humano y lo divino, sin separarlo, aunando liberación y salvación
La tentación del buen ángel me pudo y aquí estoy en el corazón de Madrid, desayunando con inmigrantes latinoamericanos, la mayoría venezolanos, que cenan, duerme y desayunan en estos locales de la parroquia de las Angustias, junto Atocha.
Aquí han escuchado la llamada del cardenal de Madrid, haciéndose eco del Papa Francisco, para que se abran las parroquias a los pobres e inmigrantes. Ayer llegué con Trini Ruiz, profesoinal cristiana y militante ecológica, y pudimos estar en la jornada celebrada en el Aula Pablo VI, de la pontificia de Salamanca en la capital, convocados por el movimiento mundial católico por el Clima.
El salón lleno de personas inquietas, algún representante de la conferencia episcopal, pero sobre todo laicos cristianos de distintos colectivos, formados y comprometidos en este reto por una ecología integral, que respete el medio ambiente y el ámbito social ciudadano.
De este modo la Iglesia se hace visible de un modo paralelo y se unen a cientos de iniciativas que estos días van acompañando la COP25 que se presente como una llamada a la acción. En el encuentro había economistas, filósofos, ecólogos, periodistas, ingenieros, abogados, sociólogos, botánicos…todos preocupados por lo ambiental y lo social, deseosos de una conversión ética, económica, política, de modos de vida, y todo esto con mucha urgencia.
En el marco del encuentro una clave transversal como es la marcada por la encíclica Laudato Si, nosotros nos presentábamos con nuestra reciente edición de un libro sobre dicha encíclica. Allí se reconocía que el Papa Francisco, su proyecto pastoral, está liderando una verdadera preocupación humana, que está siendo un papa del cielo y de la tierra, de lo humano y lo divino, sin separarlo, aunando liberación y salvación, que llama a una verdadera conversión a lo humano y a lo fraterno aquí y ahora.
Por eso sentía que no podía faltar, y ahí estaba con Profesionales cristianos y con jóvenes estudiantes católicos (JEC) que están participando activamente en la COP25, representando este deseo profundo de transformación en el mundo. Nosotros participando desde la universidad de Extremadura y desde nuestra iglesia diocesana, no podemos estar ausentes de esta aventura que marca nuestro siglo y que se convierte en piedra de toque de sentido de vida y de humanidad.
Hoy participaremos en la oración programada en la Iglesia de san Jerónimo y , desde allí, nos sumaremos como cristianos católicos en la manifestación aunando nuestro grito al de toda la humanidad –con el símbolo de Greta-, seguimos a Jesús que se vinculó con la creación y con la humanidad, siendo “uno de tantos” y dando la vida por todos, en especial por los más débiles del mundo. Hoy me he sentido impactado por este desayuno con inmigrantes, ha bastado media hora con ellos, para sentir que otro mundo se hace necesario y que la justicia ha de ser integral y armónica porque todos necesitamos de todos. Pongámonos a la acción por una ecología integral, yo agradecido por poder vivir este acontecimiento.