Mensaje de Leonardo, en su convalecencia

Una de las claves del mensaje cristiano es la locura de la Cruz. En la fe, no hay nada ni nadie a lo que aferrarse, sino a Cristo crucificado. Buscamos signos, razones de sentido en la enfermedad y sufrimiento. La debilidad de Dios manifestada en la Cruz de Jesús, su Hijo, se hace fortaleza para los que creemos en él. Se trata de aprender a asumir, con asombro y alegría profunda, que la sanación integral nos llega de un perdedor, de Cristo crucificado.

Esto no es posible sin vigilancia, sin oración constante llena de alegría de saber que está con nosotros el esposo. Él nos acompaña. Hay que vivir desde el deseo y la esperanza de encontrarnos con él en medio del dolor, descubrir en nuestra relación con Él, su sentido. Pues él lo ha asumido y lo ha vivido desde dentro.

Desde la calma que da su presencia y la ayuda de los fármacos hacen que los malos momentos se mitiguen. Señor que siga vigilando.

Hoy, tras un momento más duro de dolor me he animado a estar en la novena de la mañana en la ermita. Me he encontrado con Cipri, carmelita que está en Victoria. Nos ha indicado que pertenecemos a una familia, a un pueblo. Pero sobre todo somos hijos de una promesa. Dios nos acompaña en nuestra historia.

Ayer se reunieron los 8 sobrinos para celebrar que coincidían todos. Estuve un rato con ellos. A ellos hay que unir ya los sobrinos nietos.

Señor que esté estos días vigilantes, que sepa verte y descubrirte fuera de mí, que me preocupe y rece por los inmigrantes, que intente vivir una vida pobre y entregarla a los demás.

Pongo ante Dios los desvelos e inquietudes de mi familia, también de sus días de vacaciones, unos en estos días, otros acompañándome y después encontrarán otros días para tornarse. No estoy solo, me siento acompañado. Comparto el rato de la comida, algo de visita al taller (cerrado a partir de mañana por vacaciones) un rato de campo. Me acuerdo de los Santos, de sus gentes, de la novena. Hoy la Virgen (una pequeña imagen) estará en la residencia de ancianos. Momento de alegría para ellos, de satisfacción para los que van. Hoy liturgia de la palabra.

Palabra que ilumina su realidad, predicada estos días para iluminar los derechos humanos. Intercambio de predicador. Anoche termino Antonio Sáez y hoy comienza Pepe Losada. Los compañeros del arciprestazgo sustituyen, suplen, se hacen presente hasta que José Mari se haga presente y yo también pronto pueda volver. Nueva realidad, nuevo compañero. Camino sinodal y fraterno junto a los laicos comprometidos de la parroquia. Esperanza en el resurgir de un gran grupo juvenil. Que siga teniendo motivos para la esperanza. Paciencia. Día a día.