Rogad al Señor, por los obreros eclesiales... Un joven estudiante y los obispos
Escuchar a los jóvenes es un reto eclesial de primer orden. Contemplarlos también puede ser importante para aprender de sus gestos y sus modos de vivir y hacer verdad lo que van descubriendo en el evangelio y en la comunidad eclesial. Rubén, un joven estudiante católico, que acaba de llegar al servicio de la presidencia del movimiento JEC se plantea su relación con los pastores de las iglesias, comenzando por aquellos en los que hay grupos de este movimiento, desea conocerlos y compartir camino con ellos en la fe y el apostolado. Sinodalidad en vena... Yo me lo apunto y se lo envío a mis pastores diocesanos.
| José Moreno Losada
Jóvenes que rezan por los obispos
Hoy, como cada miércoles, a las nueve de la mañana nos hemos reunido en la capilla de Alfonso XI, donde están las sedes de los movimientos de acción católica para celebrar juntos la eucaristía. Nos ha servido Jorge Hernández, consiliario de la HOAC, allí hemos estado alrededor del altar dejándonos tocar por la Palabra de Dios. Son momentos celebrativos que nos ayudan a compartir luz en el camino junto al maestro de Nazaret, hecho pan y vino. Hoy en las reflexiones compartidas, me ha llamado la atención un detalle que contaba el celebrante Jorge.
Me gusta y me educa este modo de entender la relación con los pastores que va más allá de la organización y de los proyectos pastorales, de las ideas y de las ideologías, una relación que se gesta ante el Padre, donde se pide para que envíe su Espíritu al corazón de estos pastores para que entren en ellos los sentimientos del Buen Pastor al que seguimos y buscamos en nuestras vidas. Mirarlos desde la debilidad y la necesidad, sentirlos como hermanos que también buscan la fidelidad al evangelio y les fortalece la fraternidad de los que los rodeamos.
Rubén, es un joven, que nació y creció como creyente en su parroquia de referencia en Plasencia, desde ahí ha conocido la comunidad parroquial de Cristo resucitado, a su sacerdote Pepe, a los animadores y compañeros de grupos de catequesis, de campamentos infantiles, de movimiento juvenil. Más tarde haciendo sus estudios en Salamanca, donde también supo situarse en la pastoral universitaria diocesana, conociendo a otros hermanos de fe y compromiso, siempre encarnado en su ambiente juvenil. Ahora está en Madrid para servir, junto a Raquel y Julia, a la JEC. Hoy mismo están preparando la comisión de comienzo de curso, donde se encontrarán con militantes jóvenes de las distintas diócesis. Seguro que este espíritu eclesial se derramará en todos a la hora de programar la vida en cada diócesis.
La acción católica habla en sus notas del cuidado de su eclesialidad y de su relación con los pastores, no hay duda de que estos jóvenes no sólo tienen la idea, sino que intentan vivirla desde su interior, cuidando su oración ante Dios por ellos, amén de trabajar y colaborar en la misión de evangelizar los espacios juveniles de estudiantes como son los institutos y las universidades. Es fundamental que esa relación sea bidireccional y cuidada por ambas partes, necesitamos apóstoles jóvenes que lleven a cabo el primer anuncio en los ambientes propios y que estén dispuestos a acompañar, compartir y cuidar procesos de vida y de fe.
Yo me sumo a esta oración y este gesto de este joven presidente de movimiento apostólico, que ha priorizado este servicio al mundo juvenil por encima de su propio currículum académico, confiado en el Padre. Ojalá su experiencia en el encuentro con las iglesias diocesanas y sus pastores esté al nivel de su deseo de comunión y colaboración en la misión apostólica entre la juventud española.