Actuaciones ante el drama de los refugiados

Las 330.000 personas que han llegado a Europa huyendo de la guerra de sus países de origen supone la peor crisis de refugiados desde la II Guerra Mundial.

¿Qué podemos y debemos hacer?

Como actuación urgente acoger a las personas desplazadas; escucharlas; empatizar con sus dramas personales; tender puentes de acercamiento y fraternidad.

Pero muchos de los desplazados no están de tránsito, ya que les va a ser muy difícil volver a sus lugares de origen. Precisan, por lo tanto, acompañamiento, con medidas que eviten su caída en la depresión, víctimas de la añoranza. Educación, formación, integración y soluciones que dignifiquen su vida.

Es motivo de alegría que lo que está ocurriendo haya despertado la solidaridad de tantas gentes e Instituciones. Pero acoger y acompañar a los desplazados es necesario pero no suficiente. Es necesario, también, ir a las causas que les han llevado a la necesidad de desplazarse.

Estamos especialmente obligados a ir a las causas si tomamos conciencia de que los desplazados que han llegado a Europa son solo la punta del iceberg de un drama mundial de una magnitud mucho mayor. Porque en el último año han sido 59,5 millones las personas que se vieron obligadas a desplazarse de su lugar de origen a causa de persecuciones, conflictos y discriminaciones.

Hay que cuestionar esas causas. Hacer frente al terror en los lugares de origen. Demandar, a nuestros gobernantes, su implicación para establecer procesos de paz estables y seguros. Con la convicción de que la comunidad internacional si quiere puede conseguirlo. Basta con dejar a un lado los intereses de unos y de otros.

¡Tan fácil y tan difícil como eso! Pero ¿no es denunciar las injusticias misión del profeta? Pues ¡hagámoslo!
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