Influjos para la eleccion de un Papa Las claves del Cónclave

Las claves del Cónclave
Las claves del Cónclave

No hay duda de que el Evangelio, tomado en su plena autenticidad y fuerza, es signo de contradicción y, como siempre ha sucedido, nos provoca también ahora una triste división en la Iglesia.

Junto a un florecer de los valores evangélicos propiciados por Francisco, contra viento y marea y frente a un auge, sin rebozo, del pensamiento neoliberal y el capitalismo salvaje, un sector, creo que minoritario, pretende hacerla volver a los cuarteles de invierno, la involución, la moral tradicional y el dogma por encima de todo

Un fenómeno nuevo ha estado estos últimos años muy presente en la preocupación de Francisco: el florecimiento de grupos y sectas de ultraderecha

¿Cuál es el riesgo? Que se busque a un hombre que, aunque asegure seguir el carisma apostólico y pastoral de Francisco, priorice la pacificación, reconciliación de ambos sectores, a favor de la unidad a toda costa entre los hermanos divididos.

Por otra parte, ¿entrarán en el debate los poderes de este mundo? Hoy, los Estados Unidos, ¿tienen suficiente poder como para influir en el cónclave e inclinar la elección hacia un papa pro-Trump o a favor el movimiento ultraderechista global? 

El pueblo creyente que instintivamente reconoce un corazón que vibra con los pequeños y los pobres, y que sabe ver la presencia liberadora de  un hombre de Dios, no quiere que la Iglesia retroceda un paso en los valores del Evangelio.

Nadie pone en duda que el pontificado de Francisco ha supuesto un tiempo muy especial, diferente para la Iglesia. Desde su aparición sin paramentos, su nombre tomado del poverello, sin número dinástico, hasta su despedida moribunda en la misma logia de San Pedro y su entierro extramuros, ha sido un papa rupturista, libre y evangélico, como ya se ha analizado estos días hasta la saciedad. Pero no hay duda de que el Evangelio, tomado en su plena autenticidad y fuerza, es signo de contradicción y, como siempre ha sucedido, nos provoca también ahora una triste división en la Iglesia.

Especial Papa Francisco y Cónclave

Ello se debe en parte al marco sociopolítico que le ha tocado vivir. El mundo se ha simplificado. La civilización de la imagen, su hipercomunicación instantánea, y las redes sociales han simplificado la vida hasta la saciedad. Han caricaturado a los políticos, tendencia y valores, de manera que más parecen polichinelas que seres reales, cuando no nos trasladan decididas mentiras, fake news.

La sociedad está rota: Sufre tremendas escisiones entre los que creen en el cambio climático y los que lo niegan, quienes convierten la sexualidad en una trinchera, y la política en una frontera de insultos odios y simplificaciones.   O la teología, por desgracia, se reduce en esquemáticos catecismos enfrentados para imberbes. En muchos sectores se ha puesto de moda no creer en Dios y convertir a la Iglesia en un muñeco de feria al que lanzar pelotas, sin matices, sin distinciones entre sus virtudes y defectos reales.

Cardenales
Cardenales

En el interior de la Iglesia hemos vivido estos años algo parecido. Junto a un florecer de los valores evangélicos propiciados por Francisco, contra viento y marea y frente a un auge, sin rebozo, del pensamiento neoliberal y el capitalismo salvaje, un sector, creo que minoritario, pretende hacerla volver a los cuarteles de invierno, la involución, la moral tradicional y el dogma por encima de todo. Detrás no solo hay tradicionalismo, que se revela sobre todo en las formas, sino un desprecio a la misericordia, la justicia social y ternura hacia los débiles. Los viejos ídolos de siempre: el poder, el placer y el dinero sobrenadan en los criterios de la información, la publicidad y las formas más valoradas de vida.

Un fenómeno nuevo ha estado estos últimos años muy presente en la preocupación de Francisco: el florecimiento de grupos y sectas de ultraderecha, que, a través de un intento de reverdecer las formas y las normas sobre la vida espiritual y la fe, buscan, por encima de todo la seguridad, el parapeto dogmático de muros inflexibles. Lo más sorprendente es que algunos de estos grupos están al borde de la herejía; otros han llegado a salirse explícitamente de la comunión de la Iglesia, y no faltan los han sido examinados profundamente por la Santa Sede y expulsadas del catolicismo.

Capilla Sixtina
Capilla Sixtina

Todo esto ¿en qué modo puede influir en el próximo cónclave? Creo que estos días entre los cardenales convocados en Roma hay dos almas: amor a la autenticidad y legado humano, evangélico, libre y carismático de Francisco, en la mayoría de purpurados nombrados por el fallecido papa; y, respondiendo al dualismo imperante en la sociedad y el mundo, otra minoría de ultraderecha eclesial, que amenaza con el peligro de un cisma y quiere un claro volantazo de la Iglesia. Ante esta contrastada dicotomía, pienso que la mayoría piensa votar por la moderación y la tranquilidad que recupere la unidad, la comunión eclesial, la moderación…

¿Cuál es el riesgo? Que se busque a un hombre que, aunque asegure seguir el carisma apostólico y pastoral de Francisco, priorice la pacificación, reconciliación de ambos sectores, a favor de la unidad a toda costa entre los hermanos divididos. Quizás esta tendencia esté buscando una figura entre pastoral y diplomática, cercana y tradicional, que sin traicionar el espíritu del papa Bergoglio, medie entre los extremos que, sin querer, su pontificado ha suscitado. ¿Nombres? Los cardenales papables que mas suenan y están en la boca de todos. Eso supondría que ciertamente no se elegiría al candidato más parecido y continuista a Francisco.

Luego están los imponderables, la irrupción de la sorpresa, la cuarta vía. Mi experiencia como informador en anteriores cónclaves me ratifica en que esto es posible.

Por otra parte, ¿entrarán en el debate los poderes de este mundo? En principio esto resultaría extraño en una civilización que minusvalora la importancia de las religiones y la misma creencia en Dios. Cuando estudié a fondo el influjo de las cortes borbónicas en la elección de Clemente XIV para mi novela histórica El último jesuita, pensé que eso era algo de otros tiempos, irrepetible hoy. Las cortes borbónicas influyeron directamente en la elección de un papa que se comprometió de salida a la supresión de la Compañía de Jesús, hasta llegarlo a conseguir. No fue el único momento de la Historia de la Iglesia donde los reyes y sus embajadores intervinieron en cónclaves a su favor.

Trump en el funeral de Francisco
Trump en el funeral de Francisco

Hoy, los Estados Unidos, ¿tienen suficiente poder como para influir en el cónclave e inclinar la elección hacia un papa pro-Trump o a favor el movimiento ultraderechista global? Espero que no. Pero la verdad, ver cincuenta líderes de todo el mundo reunidos en el funeral de Francisco, me sorprendió. Ojalá sea solo el signo del aprecio y reconocimiento de la vida y labor de este santo papa libre, que acaba de dejarnos.

Vivimos, con todo, un momento lleno de enigmas en medio de un mundo en turbulencias, descomposición o cambio de era. Sin embargo,  algo tengo por muy cierto, que el pueblo que en Roma y en todas partes ha llorado a Francisco, ese pueblo creyente que instintivamente reconoce un corazón que vibra con los pequeños y los pobres, y que sabe ver la presencia liberadora de  un hombre de Dios, no quiere que la Iglesia retroceda un paso en los valores del Evangelio.

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