Angola no es noticia, aunque la pobreza se agrava de forma alarmante
La crisis del petróleo ha puesto en evidencia la enorme fragilidad de la estructura económica del país. Y ha producido una vertiginosa subida de los precios de los bienes de primera necesidad.
Como ejemplo de la gestión poco escrupulosa de los bienes públicos señalan la falta de criterio en el uso de los fondos públicos, los gastos exorbitantes y la importación de cosas superfluas.
Describen un país en el que conviven viviendas lujosas cuyos habitantes viven en un oasis de lujo, con suburbios en los que viven millones de chabolas hundidas en una terrible desolación.
Como consecuencia de la escasez de alimentos hay un aumento de la tasa de mortalidad debido al abandono de la salud pública y preventiva y una falta de saneamiento e higiene pública y privada.
La respuesta social está empezando a surgir en forma de revueltas por parte de algunos sectores de la población, y en algunos casos ya se habla abiertamente de hambruna y agitación social.
El documento de la Conferencia Episcopal Angoleña surge en un momento especialmente delicado, pues recientemente han sido sentenciados en Luanda 17 activistas de derechos humanos acusados de preparar (siempre según las autoridades) un golpe de Estado contra el Gobierno del MPLA y contra el presidente José Eduardo dos Santos, que ejerce el máximo cargo en el país desde hace 36 años.
En ese contexto RádioEcclesia (propiedad de la Iglesia) está siendo censurada y discriminada por parte del poder político.
Desde la Iglesia dicen que no son un partido de la oposición pero que nunca se callarán ante las violaciones de los derechos humanos.
Una vez más la voz del profeta suena alta y clara. Que Dios les bendiga y apoye.