La familia como fábrica de valores
Mi amigo Juanma me ha remitido un artículo de Reyes Calderón que constituye una magnífica reflexión que quiero compartir
Ya basta de echar balones fuera achacando la crisis a los sectores financiero y del ladrillo. Si alguien vende es porque alguien compra. A los excesos y abusos de banqueros y políticos hay que añadir los de consumidores que hemos vivido muy por encima de las posibilidades.
Hemos adoptado una forma de vida que teniendo al éxito como meta y al consumo por timón ha supuesto un cambio radical en la jerarquía de valores.
El diagnóstico parece certero. Pero ¿cuál es la solución?
No son los políticos los que hacen ciudadanos morales, honestos y trabajadores. Es la familia.
La solución para por potenciar la fábrica de valores. Invertir en familia, como fuente generadora y trasmisora de amor desinteresado, entrega, esfuerzo, austeridad, solidaridad y responsabilidad. Es el poder moral compensador de los estragos generados por el egoísmo.
Decía Tagore que el mayor azote de la vida moderna es dar importancia a cosas que en realidad no la tienen.
Ojalá y cuando nos juzguen nuestros nietos por la crisis que hemos generado, y cómo la hemos abordado, reconozcan que ha servido para algo. Para saber que no basta con aplicar parches sino que hay que ir a lo esencial. Para descubrir que, como dice Benedicto XVI, sólo con estilos de vida inspirados en la sobriedad, la solidaridad y la responsabilidad es posible construir una sociedad más justa y un futuro mejor para todos.