Por su libro 'Brots de vida', que relata situaciones cotidianas El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, Premio Abat Marcet
La Lliga Espiritual de la Mare de Déu de Montserrat se lo ha otorgado por hacer visible la producción de textos religiosos en catalán
El diseño del galardón hace referencia a la imprenta que introdujo en Montserrat el abad Marcet
El pasado 29 de noviembre, en el Ateneu Barcelonès, la Lliga Espiritual de la Mare de Déu de Montserrat otorgó el I Premio Abat Marcet al obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull. La Lliga, que ha instituido este galardón para reconocer un libro de temática religiosa publicado en catalán, ha otorgado este premio al obispo Sebastià por su libro: “Brots de vida”.
El jurado, formado por la periodista Míriam Díez, el librero Pere Fàbregues, el ensayista Ramon Pla i Arxé, Marcel·lí Pons, secretario de la Lliga y del jurado y Josep Miquel Bausset, monje de Montserrat, ha valorado muy positivamente esta obra del obispo de Mallorca. El libro, con 87 capítulos, está centrado en alguna vivencia que sorprendió al obispo Sebastià, ya que el autor relata situaciones cotidianas desde una visión esperanzada.
En el acto de entrega del premio, el presidente de la Lliga de la Mare de Déu de Montserrat, Carles Armengol, hizo referencia a una oración que el 1892 redactó un grupo de jóvenes, en la que se pedía la independencia de Cataluña. Como el texto de esta oración difícilmente hubiese obtenido su aprobación, como recordó Carles Armengol, fue a partir de ella que Josep Torras i Bages compuso la “Visita Espiritual a la Mare de Déu de Montserrat”. De hecho, fue el mismo Torras i Bages quien fundó la Lliga en 1899.
El ensayista y filólogo Ramon Pla, miembro del jurado, glosó la obra premiada y defendió la lengua “como vínculo de identidad de los pueblos” que no quieren desaparecer. Como dijo Ramon Pla, el objetivo de este premio “es hacer visible la producción de textos religiosos en nuestra cultura”. Por eso destacó “el valor, el estilo limpio y atractivo” del libro del obispo Taltavull.
El galardón, muy bello, diseñado por el Dr. Pere Navalles, hace referencia a la imprenta que introdujo en Montserrat el abad Marcet.
El obispo Sebastià, que recogió el premio de manos de la Sra. Mariàngela Vilallonga, consejera de Cultura de la Generalitat de Catalunya, dijo que sus reflexiones, recogidas en este libro, las ha hecho “pensando que un libro es un medio de comunicación”, que pone a “las personas en relación”. El obispo Sebastià dijo también que cuando escribe piensa en aquellas palabras del papa Francisco, porque los textos sean “un eco de la Palabra de Dios y a la vez, del pueblo”. Con sus escritos, el obispo Sebastià quiere ser como “el portavoz de lo que Dios quiere decir al pueblo y de lo que el pueble quiere decir a Dios”. El libro “Brots de vida”, publicado por la editorial Claret, es un texto que nace de la actitud atenta del obispo Sebastià a la realidad de cada día, para “escribir cosas que ves, que oyes, que descubres entre la gente”.
La consejera Vilallonga, que clausuró el acto y que destacó “la joya preciosa” que es el galardón creado por el Dr. Pere Navalles, recordó La Lliga Espiritual de la Mare de Déu de Montserrat, una entidad “más que centenaria”. La consejera, que recordó al sacerdote Modest Prats, profesor de la Universidad de Girona, también hizo memoria del Institut d’Estudis Catalans, fundado en 1907 y de su Sección Filológica, de 1911, que tuvo como “pilares fundamentales, el mundo clásico y el cristianismo”, que como dijo la consejera Vilallonga, representan “aquello que nos ha hecho como pueblo”: el helenismo y la Biblia.
La Sra. Mariàngela Vilallonga resaltó la importancia del libro galardonado, ya que recoge “un conjunto de reflexiones con mirada esperanzada”. Por eso Mariàngela Vilallonga remarcó el interés de esta obra ganadora del I Premio Abat Marcet y la necesidad que tenemos “de reflexiones como estas”, que son “mensajes de esperanza”.
Como dijo la consejera de Cultura, “la lengua es el alma de un país” y por eso sin ella “nos deshacemos”, ya que “en el lenguaje vivimos, nos movemos y somos” y “creamos realidad”. La consejera clausuró el acto de concesión del I Premio Abat Marcet al obispo Sebastià Taltavull, afirmando que “la lengua propia nos hace ser los humanos que somos”.