David López Royo El tejido empresarial, un hilo de esperanza
"Los empresarios deben de ser valientes, lo digo porque muchas veces, por desgracia, terminan perseguidos sin causa justificada y esto aleja a los innovadores de poner en marcha proyectos que tenían como objetivo ser un hilo de esperanza"
Es necesario vivir con la convicción de que se superará la actual situación y que el nuevo rumbo marcado por la experiencia de convivir con la covid nos ayudará a planificar nuestras vidas con más compromiso económico, en donde, el concepto de riqueza social empape nuestro hacer en todos los ámbitos sociales.
El tejido empresarial tiene que ser un eje fundamental en el desarrollo de una economía que tenga como objetivo la generación de riqueza social. A lo largo de mi vida profesional he podido conocer de cerca a varios empresarios que, en su haber de emprendedores, siempre han tenido como preocupación el generar puestos de trabajo y de esta forma lograr que las personas pudieran tener un mayor nivel de dignidad.
Los empresarios, en un porcentaje muy elevado, buscan generar riqueza y que ésta ayude a fomentar una sociedad más equilibrada. El empresario es un emprendedor nato que se empeña en fomentar un ciclo positivo en la vida de las personas; por esta razón tiene que ser apoyado desde el nivel político, porque es quien puede ayudar a que no perdamos lo logrado en las últimas décadas.
En estos momentos es necesario acompañar a la pequeña y mediana empresa, porque si este sector cierra el resurgir de la economía será muy complicado. Nuestra sociedad, la española, tiene fuerza económica si este vector empresarial se mantiene. La economía no es un juego, es el arte de saber intuir lo que es necesario para la sociedad poniendo proyectos en marcha que respondan a las necesidades que la población puede tener. Si esto se logra, el dibujo que se obtiene nos conducirá a interpretar la obra con una crítica constructiva, nos hará tener esperanza en la economía.
Si los responsables políticos no intuyen que es necesario apoyar al tejido empresarial están contribuyendo a que el hilo de esperanza que podrían generar se romperá y esto será terrible para nuestro futuro.
Innovar empresarialmente supone ofrecer propuestas que respondan a las necesidades que las personas generamos; pero el desarrollo de las mismas no se puede hacer sin el apoyo pertinente por parte de los responsables políticos. Se tiene que dar una interacción entre el tejido empresarial, los responsables políticos y los potenciales clientes; para lograr esto se precisa querer trabajar en equipo. El hilo de esperanza viene animado y motivado por la voluntad de ejercitar un trabajo conjunto.
El hilo de esperanza no está en el marketing de los políticos sino en el compromiso de los empresarios por fomentar proyectos que busquen generar riqueza social. Esto significa que la economía tiene que mirar a los potenciales clientes como los verdaderos impulsores de una interacción económica justa y equilibrada.
La innovación empresarial necesita de emprendedores que crean que la economía, además de generar beneficios porque sin éstos no sería posible que los innovadores arriesgaran su capital, busca ayudar a la sociedad generando riqueza social, es decir proyectos que mantengan un estado de bienestar justo y equilibrado.
España está negociando el reparto de los ciento cuarenta mil millones de euros que vendrán a nuestro país. Este dinero, supuestamente, tendrá que ser invertido en proyectos que busquen reactivar la economía articulando una innovación que asegure un marco productivo más adecuado al presente, proyectando al mismo tiempo un futuro empresarial que suponga un hilo de esperanza.
Es un dinero que debe alejarse del clientelismo político, porque de responder a intereses partidistas romperá la inercia positiva que estos recursos deberían de generar en nuestro país; al mismo tiempo que nos estaríamos apartando del motor que debería de sostener la economía y que no es otro que el saber trabajar de manera conjunta. La riqueza social nace de la capacidad que las personas tenemos para trabajar en equipo. La riqueza social no es un intangible, es el sumatorio de proyectos innovadores que llevan el sello de un esfuerzo conjunto.
Existen oportunidades, sin duda nuevas vías de desarrollar respuestas empresariales a las demandas que nuestra sociedad nos irá planteando; el descubrimiento de éstas tiene que hacerse observando y analizando nuestro entorno. Es imprescindible una big data que nos proporcione las variables necesarias para reorganizar nuestro tejido empresarial. Sí, es pertinente una big data de análisis social que interaccione lo social con lo económico. Innovar es saber analizar con espíritu constructivo todas las variables que pueden suponer un hilo de esperanza. Este es el único camino para establecer una economía que tenga en su objetivo final el impulso de la riqueza social.
Una oportunidad, con el sello de ser un hilo de esperanza, es la realización de proyectos innovadores en los servicios a la población que se halla en el espacio de atención sociosanitaria. Proponer proyectos que rompan con la deficiente atención, que la población podemos tener cuando vivimos en situación de vulnerabilidad sociosanitaria, puede ser un hilo de esperanza, no solo para los potenciales clientes sino para el impulso de un sector empresarial que genere riqueza social.
El desarrollar proyectos conjuntos entre el tejido empresarial, el tercer sector y las administraciones públicas puede suponer la generación de miles y miles de puestos de trabajo, al mismo tiempo que una activación económica de muchos sectores empresariales interrelacionados con los servicios que habrá que proporcionar a la población en situación de vulnerabilidad sociosanitaria.
El espacio socioeducativo también es un espacio para la innovación por cuanto puede ayudar a ser un verdadero laboratorio de ideas y de proyectos.
Necesitamos a emprendedores en el tejido empresarial, en el tercer sector y en los responsables políticos que rompan con lo establecido y que se arriesguen a trabajar de manera conjunta, poniendo en el horizonte el objetivo de fomentar un hilo de esperanza que tenga como variable interdependiente la riqueza social.
Los empresarios tienen que ser valientes, el tercer sector tiene que romper su inercia basada en las subvenciones y los políticos deben de alejarse de la generación del clientelismo y de las ideologías caducas; si esto se logra se habrá puesto en marcha el hilo de esperanza que nuestra sociedad está demandando.
Cuando digo que los empresarios deben de ser valientes, lo digo porque muchas veces, por desgracia, terminan perseguidos sin causa justificada y esto aleja a los innovadores de poner en marcha proyectos que tenían como objetivo ser un hilo de esperanza. Escribiré en mis próximas columnas una serie de reflexiones al hilo de los cuatro últimos libros que he leído, les puedo asegurar que existe una interacción entre éstos, tienen per se un común denominador: el emprendimiento, la búsqueda de la innovación y la persecución. Les adelanto quienes son los autores y los títulos de los libros. Sandro Rosell (Un fuerte abrazo) , Francisco Barrionuevo (Presunción de culpabilidad ¿Estado de Derecho?) , Damián Fernández (La segunda conversión), Pedro Miguel Lamet (La Noche enamorada de san Juan de la Cruz).