Tierra azul moviendo el to-tó

Ese ha sido el eslogan del Encuentro Región Norte de la JEC en Sullana, girando en torno al cuidado del medio ambiente con la encíclica "Laudato si" del papa Francisco como inspiración. Pero pucha, esta ciudad no es tan azul, es más bien del color pardo del desierto, y por momentos parece un estercolero donde las casitas apenas logran regatear la basura. Otro Perú pobre y extremo.

Es también el título de una canción que hemos repetido hasta aprenderla de memoria. Un grupo de 70 personas, entre jecos y asesores, zanconchándonos en el calorcito de la costa norte y luchando contra los zancudos, sufriendo ponencias, trabajando por grupos, limpiando el comedor, celebrando la Eucaristía... y por supuesto floreando (ligando), tonteando como es propio de chicos de 15 años, riendo a todas horas, llegando tarde y pasándolo pipa puesto que la vida es una.

Y bailando. Mueve el to-tó, mueve el to-tó, to-tó to-tó to-tó to-tó to-tó to-tó to-tó to-tó to-tó to-tó o-tó to-tó to-tó to-tó to-tó to-tó to-tó to-tó to-tó... Jajaja. No he podido entrenarme para el plazapiche o la nochevieja porque estoy renqueante de mi tobillo, así que aproveché para ir al hospital de la solidaridad a hacérmelo mirar. Primero la hermana Marita me sacó con antelación la cita para el traumatólogo, 10 soles (3,5 euros), que es a las 3. Entretanto y ganando tiempo, se va uno a hacer la radiografía, 25 soles (multiplica). Las chicas de rayos X, muy simpáticas, me dicen que no ven fisura ni fractura. Empieza la cola del trauma a la 1:30. A toditos nos toman la presión, nos pesan y nos miden como para ir a la mili, y luego nos colocan en círculo en sillas de plástico; es muy divertido, porque cuando entra uno todos nos tenemos que levantar y mudarnos a la silla contigua, así que parece el juego ese de bailar con una silla menos (to-tó to-tó to-tó...).

Como la cosa demora, te vas haciendo amigos de tus vecinos, que emigran contigo constantemente. Me doy cuenta de que no he almorzado, pero no pasa nada porque la familia de al lado me invita a galleta (¿será porque he pesado 72 kg?). Finalmente a las 4:15 entro y el médico mira la paca y el tobillo a la misma distancia, no hay fisura ni fractura, pero el esguince ha sido fuerte y me quiere enyesar. "Sihombreeeeee" - le digo. "¿Y entonces que pasa con el to-tó?".

Me meto con los muchachos (o sea, les fastidio), pongo chapas (motes), por ejemplo a Jenny-qué-roche, madrugo para preparar el desayuno, les hablo en guayacho y se ríen, enseño a lavar los platos, y en la misa les explico que lo mismo que nos une a Dios es lo que nos une a la naturaleza, y se llama amor. Eso no lo dice el Papa, lo digo yo pero no me sé de dónde lo he sacado. Pasan los años, me hago viejo, lidio con mi timidez, pero funciona: me encuentro a gusto con los jóvenes, ellos no lo saben pero me ayudan a curar mis roturas y me hacen ser yo mismo.

Y me enseñan a mover el to-tó.

César L. Caro
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