27 de agosto
Lo que nunca ocurrirá al riachuelo que discurre tranquilo entre la maleza de la sabana, puede ocurrir a los amantes que como el mar calmo con la tormenta ruge y se levanta en olas, una cierta tristeza como un vendaval puede zarandearlos después de las aventuras del amor. Aunque sea en sueños, hurgar en viejos recuerdos, dulces imágenes acariciantes, que encierran delicias y encantos inagotables, al despertar, puede sumergirnos en una horrible y profunda soledad o, como un vino generoso, infundirnos ánimos que conviertan la vida en un tejido de aventuras inauditas. ¿Cómo quieres que no beba si no tengo ninguna otra cosa que hacer?, le dijo. No se necesita ser sabio para echar broncas, pero si para acompañar, hacer reaccionar y seguir amando. La suela mojada se adapta a todas las formas y el amor permite, a pesar de los pesares, “repoblar el mundo de emociones”.