Antaño, hoy víspera de San Antonio, las calles del pueblo eran un hervidero de vendedores y matarifes, de mujeres haciendo roscones y brazos de gitano. Hasta los años ochenta del siglo pasado, la fiesta se celebraba su día propio, mañana, 13 de junio. La calidad de los días se impone a las necesidades y circunstancias del momento. Hoy, la fiesta se celebra el fin de semana más cercano al 13 de junio. Las necesidades se imponen a la calidad del tiempo. “De otro modo ni los estudiantes ni los que trabajan podrían asistir a la fiesta. Las fiestas evolucionan y cambian como cambian los tiempos, pero la esencia de la fiesta sigue intacta para quien sabe mirar al fondo de las cosas”, dijo un viejo en el bar esta mañana. “la esencia de la fiesta es la devoción a San Antonio quien encarna lo absoluto, lo sobrenatural, lo sagrado: la otra dimensión de la vida”, dijo el sacerdote uno de los dijo de la novena.