Presidente de la CEM: "La solución para la crsis en México no es sencilla, pero la hay" Monseñor Cabrera: "Francisco quiere una Iglesia que viva el Reino y un mundo mejor para todos"
"Si algo ha distinguido el pontificado del Papa Francisco ha sido su preocupación y acción por los menos favorecidos en la Iglesia y sociedad"
"En las sociedades e instituciones, la evolución significa revolución, así, el Santo Padre busca que como Iglesia vivamos y difundamos los valores de Cristo en este momento de la historia"
"El Papa no hace lo que hace solo: quienes entendemos sus decisiones pastorales y hacemos nuestras sus propuestas continuaremos este camino que él ha empezado"
"Somos una Iglesia con libertad de expresión, pero de unidad en la fe. Que podemos decir de frente lo que pensamos y lo que quisiéramos"
"El Papa no hace lo que hace solo: quienes entendemos sus decisiones pastorales y hacemos nuestras sus propuestas continuaremos este camino que él ha empezado"
"Somos una Iglesia con libertad de expresión, pero de unidad en la fe. Que podemos decir de frente lo que pensamos y lo que quisiéramos"
Monseñor Rogelio Cabrera, (24 de enero de 1951, Santa Catarina, México), arzobispo de Monterrey, presidente de la Conferencia Episcopal de México y presidente del consejo económico de la Conferencia del Episcopado Latinoamericano (CELAM),responde a nuestras preguntas en el marco del décimo aniversario del Papa Francisco y comparte sus deseos de lo que le gustaría en un futruro para la Iglesia y para su país.
Considera que "si algo ha distinguido el pontificado del Papa Francisco ha sido su preocupación y acción por los menos favorecidos en la Iglesia y sociedad". Y señala: "el Papa no hace lo que hace solo: quienes entendemos sus decisiones pastorales y hacemos nuestras sus propuestas continuaremos este camino que él ha empezado". Así, "será recordado por su deseo de una Iglesia que viva el Reino y de un mundo mejor para todos los que lo habitamos", que "no es otra cosa sino buscar continuar viviendo lo que como Iglesia hemos buscado hacer durante más de dos milenios"
-¿Qué le desea al Papa Francisco en el décimo aniversario de su pontificado?
-Además de desearle salud, bienestar y bendición de parte de nuestro Dios, le deseo que, como pontífice, siga mostrando el rostro amoroso y cercano de Dios para todas las personas, en especial los menos favorecidos. Si algo ha distinguido el pontificado del Papa Francisco ha sido su preocupación y acción por los menos favorecidos en la Iglesia y sociedad, no solo materialmente, sino incluso en aceptación y acompañamiento por parte de nosotros como pastores.
-¿Está siendo un pontificado de evolución o de revolución en la Iglesia?
-En las sociedades e instituciones, la evolución significa revolución, así, el Santo Padre busca que como Iglesia vivamos y difundamos los valores de Cristo en este momento de la historia. Su manera de acercarse a los más alejados e invitarnos a hacerlo; su manera de buscar la unidad en la celebración de nuestra fe e invitarnos a así hacerlo; su manera de buscar una Iglesia que entiende que su posición no es de privilegio sino de servir a la comunidad no es otra cosa sino buscar continuar viviendo lo que como Iglesia hemos buscado hacer durante más de dos milenios.
-¿Tendrá fuerzas y tiempo para acabar sus reformas o, al menos, dejarlas empistadas?
-Es importante tener en cuenta que el Papa no hace lo que hace solo: quienes entendemos sus decisiones pastorales y hacemos nuestras sus propuestas continuaremos este camino que él ha empezado. Obviamente quien le suceda en el ministerio petrino tendrá libertad de evaluar el rumbo y de tomar decisiones para que continúe la Iglesia resplandeciendo en medio de la sociedad como signo del amor de Dios.
-¿Por qué y cómo le recordará la Historia?
-Como una gran persona y un pontífice entregado a su ministerio, como lo hacemos de aquellos que a inicios de este siglo y el siglo pasado nos han pastoreado. Más allá de la popularidad o no de sus acciones, está su amor en el servicio y su deseo de una Iglesia que viva el Reino y de un mundo mejor para todos los que lo habitamos.
-Parece que los 'enemigos' internos y externos del Papa Francisco ya no se esconden.
-Más allá de si estoy de acuerdo o no con el término enemigos, me gusta pensar en aquellos que piensan distinto y quisieran las cosas distintas: alzan su voz y son escuchados en actitud pastoral y sinodal, aunque le corresponde al pastor tomar las decisiones. Bendito sea Dios que somos una Iglesia con libertad de expresión, pero de unidad en la fe. Que podemos decir de frente lo que pensamos y lo que quisiéramos, pero que nos esforzamos en estar unidos bajo el amoroso báculo de Pedro y creo que así seguirá nuestra Iglesia, pues de las promesas de Cristo, Buen Pastor, es que los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella.
-¿El Sínodo de la sinodalidad será el broche de oro de su pontificado?
-Mi percepción, y creo que es la de la Iglesia, es diversa: si bien el ministerio petrino de una persona en específico termina con su renuncia o muerte, su enseñanza se incorpora al magisterio de la Iglesia y ahí persiste y sigue enriqueciendo a lo largo de los siglos. Así como nosotros nos enriquecemos con la enseñanza de los primeros Papas, dentro de algunos siglos la Iglesia continuará enriqueciéndose con la enseñanza de los grandes pontífices, incluido Francisco, que nos ha tocado disfrutar. Más que un broche de oro, es una labor continua del ministerio de Pedro y de la acción del Espíritu que reviste diversas formas y que tendrá, como ya te lo he dicho, que acoplarse al paso del tiempo sin perder los valores esenciales del Reino.
-¿Cómo ha visto al Papa en su reciente encuentro con él en Roma?
-Con un gran deseo de servir a pesar de sus dificultades físicas y un gran amor para la Iglesia universal y la Iglesia en México. El Papa y cada uno de nosotros tenemos que estar conscientes de nuestras debilidades humanas y, ofreciéndolas por el bien de todos, servir hasta donde nos sea posible. Una persona carismática, que sabe acoger, escuchar y que llevado por el don del Consejo busca, por su oficio petrino y su fraternidad sacerdotal y cristiana, transmitir un mensaje de amor y esperanza de nuestro Señor.
-¿Oración, diálogo, mediación...? ¿Cuáles son las armas para acabar con la guerra de Ucrania?
-Lo que has mencionado definitivamente es el camino, incluso es la enseñanza de Cristo que cuando algo se desea se debe pedir (orar), buscar (analizar la situación) y llamar (con el diálogo y la mediación). Estando nosotros algo alejados de Ucrania, aunque resintiendo los efectos globales del conflicto, es importante orar constantemente y pedir al Santo Padre y a las autoridades de nuestro país buscar mediar la situación y ser puentes para el diálogo. El análisis del conflicto no es sencillo, aunque sabemos que muchos inocentes sufren de manera que tenemos un ardiente deseo que esto termine.
-¿Qué le pide, en estos momentos, el presidente de la CEM al presidente AMLO?
-Como hasta ahora, seguir trabajando en conjunto por los que más necesitan nuestra cercanía: los pobres, los olvidados, los necesitados. Es importante seguir unidos en aquello que es de suma importancia para nosotros. Pero que también podamos escucharnos mutuamente, al igual que al resto de actores de la sociedad: la realidad del país es compleja y solo con un análisis desde diversos ángulos podremos transformarla.
Es cierto que los obispos hemos alzado la voz pidiendo se respete el estado de derecho y no se vulneren las garantías de personas e instituciones, la Iglesia incluida, pero siempre nuestro punto de partida ha sido y será que juntos podemos hacer muchas cosas para transformar a México, más cuando nuestra primera preocupación es la cercanía a quien más nos necesita.
"Me duele cuando pienso en la violencia y veo sicarios que son casi niños y pienso: hace unos pocos años estaban en nuestro catecismo y ahora están destruyendo la paz. Me duele cuando pienso en los sueldos injustos y humillantes de algunos trabajadores y pienso: y vi a su empleador en misa este domingo. Me duele cuando pienso en los abusos sexuales, de conciencia y físicos cometidos por sacerdotes y pienso: y se formaron en nuestros seminarios y compartimos la vida, la forma y la fe muchos años"
-¿Hay solución para la crisis que está viviendo México?
-Claro que la hay, no es sencilla, pero la hay. Tenemos que partir de involucrarnos todos y hacer las cosas lo mejor posible: como Iglesia buscar difundir los valores cristianos en aquellos que la conformamos. Me duele cuando pienso en la violencia y veo sicarios que son casi niños y pienso: hace unos pocos años estaban en nuestro catecismo y ahora están destruyendo la paz. Me duele cuando pienso en los sueldos injustos y humillantes de algunos trabajadores y pienso: y vi a su empleador en misa este domingo. Me duele cuando pienso en los abusos sexuales, de conciencia y físicos cometidos por sacerdotes y pienso: y se formaron en nuestros seminarios y compartimos la vida, la forma y la fe muchos años. Y podría seguir hablando de diversas crisis que atraviesa el país, en las que como Iglesia no supimos calar en lo profundo de quien las provoca y tenemos que buscar caminos para hacerlo. De igual forma, todas las personas e instituciones que formamos el país tenemos que ver como colaborar en la erradicación de la violencia, de la pobreza, de los abusos, de toda situación injusta.