Desde el primer momento, el equipo de capellanes del hospital, coordinado por Francisco Javier Iglesias Casanova, se volcó en la organización para que la experiencia fuera inolvidable: «Lo primero que hice fue llamar a Charo, madre de Belén. Acogieron la noticia con gran ilusión. Belén, tenía muchas ganas de conocer a nuestro cardenal en persona».
La jornada comenzó con la acogida del cardenal en la entrada del hospital, seguido de un recorrido por la capilla del centro, que el cardenal destacó como una de las más grandes de los hospitales madrileños. Más tarde, tuvo lugar el esperado encuentro con Belén. Antes de entrar a su habitación, el cardenal pudo conversar con los padres y Emilio, el novio de la joven: «Fue un encuentro muy importante para que conociera don José las inquietudes y los problemas por los que están pasando. Este diálogo facilitó mucho el encuentro posterior con Belén, fue providencial».
«Al entrar en la habitación fue inmensa la alegría de Belén al ver a don José. Estuvimos mucho tiempo escuchando a Belén y a nuestro cardenal. Fue muy emotivo. Una experiencia maravillosa», asegura el capellán coordinador del hospital. Belén regaló al cardenal un ejemplar de su libro "La vida es bonita, incluso ahora", mientras que el cardenal le entregó un rosario del Papa Francisco, un obsequio personal del día en que el arzobispo de Madrid fue creado cardenal: «Emocionó mucho a Belén este regalo».