acciones esperanzadoras para desencantados El Papa que trajo esperanza a los desencantados con la Iglesia (I)

El Papa Francisco ha sido reconocido por su enfoque más compasivo y abierto en comparación con sus predecesores, lo que ha generado esperanza entre muchas personas desencantadas con la Iglesia Católica. Desde su elección en 2013, el sucesor de Pedro ha recalculado aspectos esenciales del cristianismo en un mundo en cambio y en un cambio de era.
Junto con su talante de cercanía y rechazo de separaciones sacralizadas, ha resaltado temas como la misericordia, la justicia social, la atención a los pobres y la necesidad de una Iglesia más inclusiva y menos dogmática. Un Reino de Dios para la Vida Eterna y la Vida Entera. Es un papa que escucha, que tiene "calle" y cintura política para esquivar los asfixiantes círculos del narcisismo clericalista.
Al comenzar su ministerio, Francisco publicó la exhortación apostólica Evangelii Gaudium (La alegría del Evangelio), que marcará el reclamado cambio de perspectiva en la Iglesia Católica. Allí no solo establece las bases teológicas y pastorales de su pontificado, sino que también propone una visión renovada de la misión de la Iglesia más cercana a las personas, más fiel al mensaje del Evangelio, más misionera, inclusiva y comprometida con los desafíos del mundo contemporáneo.
Este documento, elaborado por toda una vida de estudio y experiencia cristiana en comunión, sigue siendo una guía fundamental para entender el pontificado de Francisco y su impacto en la visión que la gente común tiene de la Iglesia católica. Es la manera de bajar a tierra la preocupación del Concilio Vaticano II: “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez los de la Iglesia” (Gaudium et Spes 1)
No podemos negar que Francisco también tiene, por formación, su sesgo clerical. Pero con su autocrítica ignaciana lo ha ido recortando en su confrontación con la realidad de la gente, que forma junto con el Evangelio, un todo indisoluble en una verdadera espiritualidad cristiana, un proceso de síntesis vital.
¿ QUÉ ACCIONES CONCRETAS HAN SIDO VISTAS COMO ESPERANZADORAS ?
Los Pobres
En primer lugar, “no se ha olvidado de los pobres” en un lugar tan encumbrado en que es fácil “creérsela”, sino que ha comenzado a mudar el centro de la Iglesia, concebida como Hospital de campaña, hacia las periferias de la humanidad. La voz de la Iglesia está llamada a ser la voz de los que no tienen voz, la de aquellos que ven amenazadas sus vidas en cualquier momento de la existencia y en cualquier circunstancia.
Sus gestos y convocatorias para el Día mundial de los Pobres, los encuentros con los Movimientos Populares que lejos de los falsos populismos, reivindican el pan, techo y trabajo para los más excluidos, son algunos de los ejemplos de este interés para que los pobres no solo sean receptores, sino agentes de cambio para el Bien Común.
En su jerarquía de verdades cristianas ha restablecido la prioridad de las Bienaventuranzas, el buen Samaritano y Mateo 25 (criterios del Juicio Final). Ha enfatizado la ayuda inmediata a los necesitados a la vez que incentiva la lucha contra las injusticias sistémicas que los producen. Por eso, fiel al Evangelio y no a ideologías que son pan para hoy y hambre para mañana, ha criticado la economía de exclusión y ha pedido una Iglesia "pobre y para los pobres", que dé el ejemplo.

Este enfoque ha resonado con muchas personas que sienten que la Iglesia debería estar más comprometida con la justicia social y menos atada a la connivencia con los poderosos, como tantas veces ha pecado en la historia.
El Poliedro inclusivo frente a la endogamia clerical
En segundo lugar, fiel a una imagen integradora que él ha llamado “Poliedro”, ha mostrado una mayor apertura hacia personas y grupos consuetudinariamente marginados por la Iglesia, como los divorciados y vueltos a casar, la comunidad LGBTQ+ y otras religiones. Es cierto que hay grupos que aún faltan, incluso dentro de la Iglesia, como los sacerdotes casados, estigmatizados por una ley no escrita. Pero de todos modos, ha promovido un enfoque más misericordioso y menos inquisidor, hacia una Iglesia más abierta y menos autorreferencial. Esto requiere enfocarse en discernir un camino propio, el del evangelio que se encarna, pero evita las simplistas tentaciones retrotópicas y los entusiasmos identitarios novedosos.

Francisco fue elegido Papa por sus compañeros cardenales y la acción del Espíritu Santo, con un poco de "desesperación" por el estado caótico en que se encontraba la iglesia. Él ha traído una visión fresca desde los confines del mundo y no quiere dejar morir la iglesia de “endogamia clerical”, de miedo al cambio, de falta de innovación y de adaptación al lenguaje de la época. Una "Iglesia en salida" vive para contagiar misericordia, no para "defenderse y anatemizar", como venía haciéndolo antes del Concilio...y que tanto les gusta a quienes buscan "seguridad" y no desafíos.
No estar atento a los "Signos de los Tiempos" con los que la Palabra nos sigue guiando, sería el pecado contra el Espíritu Santo, “el alma actualizadora” de la Iglesia en la Historia. La iglesia de Francisco, en la línea del Evangelio y el Vaticano II, busca enriquecer su identidad a través del diálogo sincero y el combate contra prejuicios y tradiciones humanas obsoletas.
Una Curia al servicio del Evangelio
Ha emprendido una lucha sin cuartel por la Reforma de la Curia Romana, una estructura institucional necesitada de conversión y transparencia, como todos. La burocracia, el mal histórico de toda institución, que la convierte en un fin en sí misma, es uno de los mayores obstáculos que impide en vez de facilitar, la misión evangelizadora de la Iglesia.

El Papa ha emprendido esta reforma desde el primer día, incluyendo el combate contra la corrupción, la mala gestión financiera a la vez que ampliando la participación en ella, de cristianos y cristianas de todo el mundo.
La Medicina de la Misericordia
Francisco ha declarado un "Año de la Misericordia" y ha enfatizado su importancia como el más potente agente transformador de la Historia traído por Cristo. En la encíclica Fratelli tutti hace una meditación social sobre el Buen Samaritano, que reconoce el amor y la atención como la ley sublime, y nos ofrece como modelo la amistad social creadora de Bien Común.

Francisco siempre concibe al ser humano en su doble dimensión personal y social, a imagen de la Trinidad, la Encarnación del Verbo, la Resurrección pascual y la acción del Espíritu Santo en la Historia.
Este enfoque ha sido bien recibido por aquellos que sienten que la Iglesia, con una actitud farisaica, ha sido demasiado rígida y punitiva, mirando más la paja en el ojo ajeno que las vigas en el propio. Más preocupada en condenar errores que en “convertir al enemigo en amigo”. Más obsesionada por levantar murallas para proteger a “los puros”, que en establecer puentes para una cultura del Encuentro y el diálogo con todos, especialmente con los descastados de las falsas “meritocracias” vigentes.
Francisco retoma la teología del Corazón de Jesús despojándola tanto de adherencias ideológicas conservadoras como de emocionalismos postmodernos. Ya nos había adelantado algo al publicar un documento sobre lo que significaba "el corazón" para Blas Pascal. Así nos recuerda que necesitamos el auxilio del amor divino, simbolizado en el Corazón que es donde nos reconocemos finalmente a nosotros mismos y aprendemos a amar no solo “a los nuestros” sectariamente, sino expansivamente, como Dios.
La casa de todos
Con su encíclica "Laudato Si'", el Papa ha llamado la atención sobre la crisis ambiental y ha pedido una acción global para proteger el planeta. Este enfoque ha atraído a personas preocupadas por la justicia ambiental y ha mostrado una faceta de la Iglesia comprometida con los problemas contemporáneos. Su postura no es la simple repetición de ecoposturismos de moda, sino una profunda reflexión que hunde sus raíces en la Sagrada Escritura y la Tradición para abordar un problema mayor para la supervivencia de la humanidad.

Su preocupación ha sido mostrar la vinculación intrínseca entre la ecología ambiental y la ecología social. No hay medio ambiente sano sin justicia social, uno y otro se necesitan mutuamente.
Clericalismo y abuso de poder
El clericalismo es una distorsión de la vida cristiana que reduce la Iglesia a secta clerical en vez de Pueblo de Dios. Es la concentración excesiva de poder, autoridad y protagonismo del clero. De este modo, margina a los laicos y perpetuando estructuras de dominación y exclusión. El clericalismo es un obstáculo para la sinodalidad que anima a que la Iglesia camine junta con la participación de todos.

El Papa Francisco ha sido muy crítico con el clericalismo, señalando que es una de las principales causas de los problemas que enfrenta la Iglesia hoy. Sin embargo, queda un largo camino por recorrer, comenzando por el cambio en el estilo de vida de los clérigos y la posibilidad que tengan una vida más normal y menos aislada, como es el matrimonio, la educación de hijos y el trabajo secular.
La pederastia es un Signo de los Tiempos que destapa grandes hipocresías clericales y si bien poco a poco se va tomando conciencia que el ocultamiento solo agrava el problema, que” hay que” pedir perdón e indemnizar víctimas, faltan aún grandes cambios eclesiásticos, que son el caldo de cultivo de este tipo de aberraciones.
Diálogo interreligiosocon los otros que hacen bien en Tu nombre (Mc 9,38)
El Papa ha promovido el diálogo y la cooperación entre diferentes religiones y otras visiones, lo que ha sido visto como un esfuerzo por construir puentes y fomentar la paz en un mundo dividido.

Estas acciones y enfoques han generado esperanza entre muchos que buscan una Iglesia más compasiva, inclusiva y comprometida con los problemas del mundo actual. Sin embargo, también han generado controversia y resistencia dentro de algunos sectores más tradicionales de la Iglesia
Constructores de la Paz en un mundo en guerra y armamentismo en alza
El Papa ha sido un firme y constante defensor de la paz y un crítico implacable de la guerra y la violencia en todas sus formas. Su postura se basa en el Evangelio, que llama al diálogo, a la reconciliación, el perdón y la no violencia. Francisco ha denunciado la guerra como un fracaso de la humanidad y ha pedido a los líderes mundiales que busquen soluciones pacíficas a los conflictos, que las hay. "La guerra siempre golpea a los más débiles, a los que no tienen voz, a los que no tienen poder".

Francisco ha denunciado el comercio de armas como una de las principales causas de la guerra y el sufrimiento en el mundo: "El comercio de armas es un escándalo. Mientras se habla de paz, se fabrican y venden armas que alimentan la guerra". Es absurdo que el "complejo militar industrial" sea "el motor" que saque adelante la economía de unos países a costa de hipotecar la paz de otros. Por eso, el Papa, a quien a cualquier bando en conflicto le gustaría tenerlo de su parte, siempre impulsa gestiones para la paz y no para dar la razón a unos u otros que justifiquen sus tropelías destructivas.
En estos tiempos en que Europa y el mundo han decidido invertir cifras estratosféricas en armas, ignorando por intereses espurios, que la mayor causa de violencia en el mundo es la desigualdad aberrante y no las razones de los nacionalismos exacerbados por esta moda populista que ya nos dejó guerras mundiales y destrucción al por mayor.
Inmigración,
Hay que ser ciego para no ver que el mayor movimiento de masas humanas, en aumento, que transformará el mundo es el de la inmigración. No habrá murallas que lo impida. Francisco se adelanta a la problemática desde el Evangelio. Rescata así, un fenómeno que nace por diversos males frutos del egoísmo humano. Mira con esperanza su parte positiva si se lo asume desde justicia y misericordia que trascienda las fronteras. Él es un papa universal, no se queda encerrado en diagnósticos xenófobos y mira como un padre un drama mundial provocado por un orden injusto.

Los inmigrantes, con su presencia y su sufrimiento, denuncian las injusticias de un sistema global que privilegia a unos pocos a expensas de muchos. Es necesario acoger, defender, integrar y promover a los nuevos hermanos sin perder de vista las causas diabólicas que los alejaron de sus lugares de origen provocados por la insaciable depredación occidental y las guerras que promueve. Su primera salida "oficial" como Papa, fue precisamente para visitar las víctimas de la inmigración en la costa de Lampedusa, Italia.
En otras épocas se justificaba la conquista y colonización de otras tierras en nombre de una errónea evangelización “a la fuerza” que justificaba sistémicas depredaciones de recursos naturales y humanos que condicionaron el desarrollo en forma continua hasta nuestros días.
Hoy los cristianos tenemos la oportunidad de reparar este pecado histórico del cual han pedido perdón los últimos papas. Podemos hacerlo recibiendo solidaria e inteligentemente a los inmigrantes y modificando la injusticia estructural que somete sus países de origen, promoviendo su desarrollo en vez de tanto lujo vernáculo e inversión en armas de destrucción. No solo es solidaridad, es un buen negocio…para todos.
En la próxima nota iremos completando los motivos de esta esperanza frente a la oposición de grupos y enfoques opuestos a esta reforma tan ansiada de la Iglesia desde el Vaticano II y que ha sido impulsada por el Papa Francisco en este momento de la Historia.
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