Desde el Gemelli, Francisco también se preocupa por el resurgir de la violencia en Siria "¡Gracias de corazón a todos! Yo también rezo por vosotros": El saludo de Francisco en el ángelus

Desde la décima planta del Gemelli, donde permanece hospitalizado desde el pasado 14 de febrero, el papa Francisco ha enviado un saludo agradecido a todos los que rezan por él, ha destacado la necesidad "del milagro de la ternura" de quienes -como él- están atravesando un momento difícil y no se ha olvidado de rezar por los países que están también viviendo situaciones particularmente complicadas
Desde la décima planta del Gemelli, donde permanece hospitalizado desde el pasado 14 de febrero, el papa Francisco ha enviado un saludo agradecido a todos los que rezan por él, ha destacado la necesidad "del milagro de la ternura" de quienes -como él- están atravesando un momento difícil y no se ha olvidado de rezar por los países que están también viviendo situaciones particularmente complicadas.
"Hermanos y hermanas, en mi prolongada hospitalización, también yo experimento el esmero en el servicio y la ternura en el cuidado, especialmente por parte de los médicos y de los operadores sanitarios, a quienes doy las gracias de corazón", señala el texto enviado por el Papa.
"Y mientras estoy aquí, pienso en las muchas personas que, de diversos modos, están cerca de los enfermos y son para ellos un signo de la presencia del Señor. Tenemos necesidad de esto, del 'milagro de la ternura' que acompaña a quien está pasando un momento difícil, y lleva un poco de luz en la noche del dolor".

Previamente, el texto recordaba la celebración -unos instantes antes en la Plaza de San Pedro- de la misa por el Jubileo del Voluntariado, definiendo a esos hombres y mujeres que lo encarnan como "profecía y signo de esperanza, porque testimonia el primado de la gratuidad, de la solidaridad y del servicio a los más necesitados".
Ejercicios de la Curia: "Me uno espiritualmente"
"Quisiera dar las gracias a cuantos me están mostrando su cercanía con la oración: ¡Gracias de corazón a todos! Yo también rezo por vosotros", expresó Francisco, quien añadió que "me uno espiritualmente a quienes, en los próximos días, participarán en los Ejercicios espirituales de la Curia romana" y, como es costumbre también, invitó a que sigamos "invocando juntos el don de la paz, especialmente en la martirizada Ucrania, en Palestina, Israel, el Líbano, Myanmar, Sudán y en la República Democrática del Congo".
Y, como signo de que sigue de cerca los acontecimientos del mundo, añadió: "He sabido, con preocupación, que la violencia ha resurgido en algunas zonas de Siria: espero que cese definitivamente, en el pleno respeto de todos los componentes étnicos y religiosos de la sociedad, especialmente de los civiles".
Texto del Ángelus papal
Queridos hermanos y hermanas:
El miércoles pasado, con el rito de las cenizas, iniciamos la Cuaresma, el itinerario penitencial de cuarenta días que nos llama a la conversión del corazón y nos conduce a la alegría de la Pascua. Esforcémonos para que sea un tiempo de purificación y de renovación espiritual, un camino de crecimiento en la fe, en la esperanza y en la caridad.
Esta mañana, en la plaza de San Pedro, se ha celebrado la santa Misa por el mundo del voluntariado, que está viviendo su Jubileo. En nuestras sociedades, demasiado supeditadas a la lógica del mercado, en las que todo corre el riesgo de quedar sujeto al criterio del interés y a la búsqueda del beneficio, el voluntariado es profecía y signo de esperanza, porque testimonia el primado de la gratuidad, de la solidaridad y del servicio a los más necesitados. Expreso mi agradecimiento a todos los que se comprometen en este campo: ¡gracias por ofrecer vuestro tiempo y vuestras capacidades! ¡Gracias por la cercanía y la ternura con las que cuidáis de los demás, despertando en ellos la esperanza!
Hermanos y hermanas, en mi prolongada hospitalización, también yo experimento el esmero en el servicio y la ternura en el cuidado, especialmente por parte de los médicos y de los operadores sanitarios, a quienes doy las gracias de corazón.
Y mientras estoy aquí, pienso en las muchas personas que, de diversos modos, están cerca de los enfermos y son para ellos un signo de la presencia del Señor. Tenemos necesidad de esto, del “milagro de la ternura” que acompaña a quien está pasando un momento difícil, y lleva un poco de luz en la noche del dolor.
Quisiera dar las gracias a cuantos me están mostrando su cercanía con la oración: ¡Gracias de corazón a todos! Yo también rezo por vosotros. Y me uno espiritualmente a quienes, en los próximos días, participarán en los Ejercicios espirituales de la Curia romana.
Sigamos invocando juntos el don de la paz, especialmente en la martirizada Ucrania, en Palestina, Israel, el Líbano, Myanmar, Sudán y en la República Democrática del Congo. He sabido, con preocupación, que la violencia ha resurgido en algunas zonas de Siria: espero que cese definitivamente, en el pleno respeto de todos los componentes étnicos y religiosos de la sociedad, especialmente de los civiles.
Os encomiendo a todos a la materna intercesión de la Virgen María. ¡Feliz domingo y hasta la vista!
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