El obispo pasará un tiempo en la diócesis, residiendo junto a Buxarrais, Pérez y Catalá Raúl Berzosa, destino (temporal) Málaga

Málaga, como en su día lo fue Valencia, parece destinada a convertirse en 'refugio' de obispos. En este caso, eméritos. Tal y como adelanta Sur, y ha podido confirmar RD de fuentes oficiales, el obispo de Málaga, Jesús Catalá, vive actualmente en la Casa Diocesana San Manuel González junto a otros tres prelados: el centenario Ramón Buxarrais; el emérito de Pamplona, Francisco Pérez; y, desde hace unos días, el obispo emérito de Ciudad Rodrigo, Raúl Berzosa.

¿Qué hace Berzosa en Málaga? Algunos rumores -totalmente infundados, tal y como han subrayado a RD desde la diócesis- apuntaban a la posibilidad de que Catalá hubiera solicitado -como ya hecho Demetrio Fernández en Córdoba- un obispo coadjutor, y que éste fuera Berzosa, pero lo cierto es que el prelado burgalés, de 67 años, ha recalado en la diócesis del sur después de pasar dos meses "de reposo y recuperación" en la residencia que gestiona la Conferencia Episcopal en la calle Arturo Soria de Madrid, tras su inexplicada salida de República Dominicana.

"Tras residir en Roma durante la pandemia, en octubre de 2020 fue destinado a la archidiócesis de Santo Domingo, en la República Dominicana, desde donde ha regresado a España, en concreto a Málaga, donde tiene a algunos familiares, para una estancia temporal", recalca el diario Sur. En Málaga vive Ramón, uno de los hermanos Berzosa.

Durante su estancia en la ciudad, que no tiene tiempo definido, "está celebrando la misa en el Monasterio de Santa Clara de las Hermanas Clarisas y puntualmente colaborando con la parroquia de la Divina Pastora y Santa Teresa de Jesús, parroquia que conforma una unidad pastoral con El Buen Pastor". De hecho, el pasado domingo presidió la misa del quinto día de la novena a la Divina Pastora.

Fuentes consultadas por RD afirman no saber qué tiempo permanecerá Berzosa en Málaga. "Dependerá de él", recalcan, sin saber qué decir ante la pregunta de si su llegada a Málaga, vía Madrid, responde a un nuevo "castigo" o a una nueva "prueba" a la que estarían sometiéndole desde altas instancias para valorar la posibilidad de volver a encomendarle el pastoreo de alguna dióceis en el futuro. 

En todo caso, fuentes eclesiales destacan la "acogida" por parte de Catalá, que otros entienden como una suerte de "favor" al Vaticano para ayudar a aplacar las turbulentas aguas que, hace meses, sacudieron al Obispado con los escándalos de algunos sacerdotes acusados de varios delitos. Uno de ellos, el cura de Melilla acusado por su ex pareja y otras mujeres de abusar de ellas después de drogarlas, está a la espera de fecha para juicio, mientras se mantiene su suspensión.