"Viviendo con enorme dolor la muerte inesperada de Ángel a los 70 años" En memoria de Ángel Aguado: "Tus retos, continúan siendo los nuestros"

En memoria de Ángel Aguado
En memoria de Ángel Aguado

"En esta clave, en la que quiero apoyarme para entender y expresar lo que estamos viviendo con enorme dolor con y en la muerte inesperada de Ángel a los 70 años"

"La acción en la pastoral rural para este momento, es el espacio prioritario de acompañar el empobrecimiento y el expolio con sus gentes, la tierra y el agua"

"La colaboración para la construcción de una sociedad más justa, sobre todo con la participación en una nueva cultura juvenil"

"La dignidad humana y el bien común, que, sobre todo, se encuentra pisoteada en quienes se sienten excluidos de un lugar de acogida, las personas migrantes"

Nadie mejor que Ángel Aguado nos ha entendido y nos ha ayudado a comprender la hondura de la experiencia de vida más humana con los empobrecidos; desde Jesús de Nazaret.

Quiero entretejer algunas reflexiones compartidas con Ángel, incluso con sus mismas palabras, para que me ayuden a expresar y compartir, todo lo que de vida me queda (que es mucho), de su profunda amistad y comprensión, de su testimonio, de su sabiduría, de su sencillez y cercanía, de su amor a la comunidad de la iglesia de Jesús, de su bondad; pero, siempre mirando la iglesia en la perspectiva de Jesús, en la del Reino de Dios. Solo así podré ir más allá de su muerte, que de verdad me cuesta.

CAngel Aguado
CAngel Aguado Cadena Ser

Reflexionando con él

Hace poco tiempo, Ángel, escribía y decía “que, en la actualidad, a nuestra generación, no le gusta mucho pensar en la muerte. Parece que va contra la lógica del poder humano”. Pero, él mismo añadía “que la muerte comprendida desde Jesús y desde su final, es necesario entenderla como un paso para llegar a otra vida que solo da Dios”. 

Y es, en esta clave, en la que quiero apoyarme para entender y expresar lo que estamos viviendo con enorme dolor con y en la muerte inesperada de Ángel a los 70 años. Él decía: “¡Esa otra vida que solo da Dios!”. Y, continuaba diciendo: “¡Qué difícil es, en medio del sufrimiento humano, encontrar las apuestas por la vida, por el amor y el servicio, por el diálogo y la búsqueda común!” 

Saber leer su vida, en este momento, como tantas veces nos enseñó él mismo a leer la nuestra a la luz del evangelio, entiendo que es dar el paso de la muerte a la vida. Apostar, como algunos decimos y vivimos, “de la no vida a la vida”.

La primera realidad que esta lectura de la vida de cuanto hemos escuchado de Ángel, nos descubre, en sus mismas palabras, “que hay personas que, a través de los siglos, han irrumpido en medio de la oscuridad para encender una luz de esperanza que es suficiente para sembrar y adelantar que al final no se va a imponer el mal sobre el bien. Entre tantos hombres y mujeres que han sembrado el bien, hoy, no podemos silenciar, la aportación específica y original de Jesús de Nazaret”.

Villamuriel

Reflexionemos con él. “¿Qué puede decirnos la muerte (la suya, fulminante y dolorosa), ante tanta gente que no puede escapar de las garras del paro, que no tiene para acabar el mes por su trabajo precario, que busca huir de la muerte en su tierra para caer en el mar Mediterráneo?… 

Reivindiquemos para todo el mundo, con la muerte de Ángel en nuestras manos, el amor a la Vida…En su nombre, él mismo nos lo sugiere, “debemos apuntarnos a recuperar el valor profundo y transformador de la COM-PASION, y asumir el desafío de cargar en los propios hombros el sufrimiento de los otros: pobres, excluidos etc. Siempre será una propuesta válida para quienes consideran la vida, no sólo desde “las lógicas del poder” sino desde “las lógicas del servicio, la justicia y la compasión”, …como hizo Jesús de Nazaret.” 

La memoria de Ángel, mirada así y solo así, nos pone de manera provocadora, cara a cara, a “piel desnuda” y “a cara descubierta”, como él mismo nos sugería, “ante un tipo de modernidad y postmodernidad que, entregadas al poder, no saben qué hacer con los pobres, con la no vida… ni con la compasión, ni con Dios.” 

“Frente a la cultura del olvido y del descarte,” (que nos dice el Papa Francisco), sugería Ángel, que “hemos de apuntarnos a la reivindicación de la cultura de la memoria de Jesús crucificado y resucitado a la Vida nueva de Dios”.

Tres retos prioritarios que nos quedan de la vida de Ángel.

La vida de Ángel ha apuntado tres retos prioritarios, en los que nos ha ayudado a profundizar y a interpelarnos desde la teología y de la antropología social.

Iglesia de Villamuriel

Desde su punto de vista como creyente y miembro de la Iglesia, en la cual se sentía muy inquieto y en ciertas formas ajeno a ella, Ángel deseaba y anhelaba la necesidad de implicación para cambiar el mundo en tres retos:

1º.- a través del compromiso con los más empobrecidos; 

2º.-de la colaboración para la construcción de una sociedad más justa, en diálogo y en paz, 

3º.- en que este cambio tenga como base, y a la vez horizonte, la dignidad humana y el bien común.

 Primer reto: La acción en la pastoral rural para este momento, es el espacio prioritario de acompañar el empobrecimiento y el expolio con sus gentes, la tierra y el agua.

Este era su planteamiento y reflexión:

“El escenario que vivimos en la Iglesia rural, se ha transformado con la evolución cultural y religiosa y con la expansión que conlleva la globalización. Es desde este escenario plural en lo cultural y lo religioso, desde donde hemos de plantear nuestra presencia misionera y evangelizadora.

Una acción pastoral rural en claves de la hegemonía católica de la etapa de cristiandad, justifica en muchos casos la no presencia en otras parcelas de la misión como son la cercanía a sectores como los emigrantes, el desarrollo de una catequesis más experiencial y menos adoctrinadora , el diálogo interreligioso cada vez más necesario en los pueblos, el tiempo gratuito a los más necesitados en el propio medio rural o en el campesinado internacional, los refugiados, el hambre…etc., el trabajo con el deterioro ambiental y la naturaleza,  y el diálogo con las personas que viven los valores y contravalores de la cultura secular en el mismo pueblo”.

Villamuriel

Segundo reto: la colaboración para la construcción de una sociedad más justa, sobre todo con la participación en una nueva cultura juvenil.

“La Iglesia encuentra muchas dificultades para contactar con los jóvenes. Encontramos ahora muchas dificultades en la Iglesia para contactar con ellos, porque son lenguajes diferentes los que usamos.

Estamos en otro momento, moderno y postmoderno y aquí, a la Iglesia le cuesta más ir ajustándose. Europa tiene un problema gordo de este tipo y solo se ajustará con el tiempo y mucho diálogo. Nada ya de cuestiones dadas y de tener que obedecer. Eso se ha acabado. Hay que razonar con los jóvenes y con los niños. Si no se dialoga, no se hace cultura”.

Tercer reto: La dignidad humana y el bien común, que, sobre todo, se encuentra pisoteada en quienes se sienten excluidos de un lugar de acogida, las personas migrantes.

Compartió durante un buen puñado de años la experiencia del acompañamiento a personas inmigrantes, sobre todo en el tiempo vivido en Villamuriel de Cerrato 

Siempre pensó y defendió que, ante el rostro pisoteado de tantas personas inmigrantes, no hay diferencias religiosas, hay una sola dignidad, la de ser todos y todas Hijos de Dios. Ante la muerte y el dolor permanente de la exclusión en sus vidas, se impone la mesa del bien común como único camino del cambio que debe y urge realizar esta sociedad.

Naufragio del Jónico
Naufragio del Jónico

La Pastoral en el mundo rural de hoy, la nueva cultura juvenil y la realidad de las personas inmigrantes son tres retos a los que Ángel pretendió aportar la luz necesaria desde la hondura de su reflexión y el compromiso que supo y fue capaz de afrontar desde su manera de ser y sentir como persona creyente, como cura y como ser humano lleno de bondad, de una sociedad que, tal como estaba convencido, necesita un profundo cambio.

Tu grano de trigo ya se pudre en el surco de nuestras vidas para poder dar fruto abundante. Tus retos, continúan siendo los nuestros. Por delante “la otra vida que solo da Dios”, pero que va poniendo en nuestras manos.

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