Concluye el XXVI congreso interamericano de Educación Católica con un llamado a "acompañar a los marginados de este tiempo" Siro López: "¿Cuál es el centro de las escuelas? ¿El escudo, el retrato del fundador? No, las personas. Allí es donde habita Dios"

“El interés no era dar respuestas, sino generar preguntas. La gente que ha participado se lleva sus interrogantes para mejorar la escuela católica en el continente”. El secretario general de CIEC, Óscar Pérez Sayago, resume para RD los tres días del XXVI Congreso Interamericano de Educación Católica, que ha congregado en Santiago de Chile a 1.500 personas, unidas por el deseo de unas escuelas unidas en lo esencial.

¿Y qué es lo esencial? Lo que nos mostró el artista español Siro López en una memorable conferencia de clausura, en la que habló de la transformación de los espacios educativos, sanitarios y religiosos, para poner en el centro lo esencial: la persona humana. “El centro de las parroquias no es el altar, ni la cruz, son las personas. ¿Cuál es el centro de las escuelas? ¿El escudo, el retrato del fundador? No, las personas. Allí es donde habita Dios. Los espacios tienen que ser una respuesta al poder de la vida”, incidió Siro.

“El 90 por ciento de los conflictos en el mundo se generan por falta de espacios”, denunció Siro López, quien abogó por que las aulas dejen de ser “jaulas” donde no se fomenta la libertad ni la creatividad. “Debemos hacer de las escuelas espacios que alimenten la felicidad”, reclamó, reivindicando una infancia “con cuevas, con nidos, con espacios para el silencio y la oración”. También en los templos.

No a los templos-nevera

“Digamos no a los templos nevera u hoguera, donde te hielas o te asas, pero no encuentras a Dios”, subrayó Siro. Y muchos se preguntan, nos preguntamos, qué demonios hace la Iglesia española prescindiendo de genios como el artista de Vallecas.

Y uno se pregunta qué demonios hace la Iglesia española prescindiendo de genios como @_Sirolopez_#CongresoCIEC2020@FundacEdelvives@ReligionDigitpic.twitter.com/stwR1HXEUn

— Jesus Bastante (@BastanteJesus) January 10, 2020

Mirando hacia el futuro, el secretario general de CIEC abogó, junto al Papa Francisco, en la importancia de “más que administrar el pasado, mirar hacia el futuro, a los problemas reales que vive América Latina”. “Todos los países están en protesta, hay un inconformismo, es un camino exodal hacia las nuevas marginalidades, los inmigrantes, aquellos que son alejados por motivo de raza, sexo...”, reivindicó Pérez Sayago.

“Hay que acompañar a estas nuevas realidades, serían los marginados de este nuevo tiempo, aquellos a los que acompañaría Jesús”

La mañana arrancó con la concesión del Premio Jesús Maestro a Juan Pedro Castellano, en representación de la Fundación Edelvives, por su trabajo por el cambio en las estructuras educativas y su apoyo constante a la Escuela Católica Interamericana. “Si perdemos la esperanza, perdemos las otras dos virtudes: la fe y la caridad”, comentaba a RD Castellano.

Los religiosos, con las protestas en la 'Plaza Dignidad'

Otro de los momentos pico de la jornada la protagonizó el presidente de los religiosos chilenos, el capuchino fray Héctor Campos, quien reivindicó la presencia de la vida religiosa, y también de una vía ecuménica, en el epicentro de las protestas en el país, la plaza Italia, hoy rebautizada como “Plaza de la Dignidad”.

“Los religiosos acompañamos a los jóvenes que protestan, poniendo 'limón' entre tanto gas lacrimógeno de la policía”, subrayó. La valentía de la vida religiosa, que se la está jugando en Chile, es fiel reflejo de una Iglesia que quiere resurgir de las cenizas y el oprobio que trajeron los abusos al país. Y un nuevo eje de esperanza para la Iglesia en Latinoamérica. “Volvamos a Galilea, no nos aferremos tanto a los edificios”, clamó el presidente de la Conferencia de Religiosos de Chile.

Como broche final, el concierto de una orquesta formada por chicas, estudiantes del Liceo Santa Marta de Talca, uno de los rincones más desfavorecidos del país, que tocan con instrumentos tirados o regalados, y que nos ofrecieron una muestra más de que, con imaginación, fe y esperanza, todo es posible. Hasta lograr que la escuela sea realmente católica.