Cuadernos

Cristianismo

22. Datos históricos

2.2.1. Las segundas nupcias.

La primera iglesia se encontró con el problema de las segundas nupcias para aquellos que habían enviudado. La visión sacramental del matrimonio, que hemos delineado, enseña que Dios nos ama incluso más allá de nuestra muerte: cuando el pueblo se convierte "en no pueblo" (0seas 2,9,25), Dios sigue amándolo y lo busca para revivirlo y convertirlo otra vez en "su" pueblo.

Esto culmina con la resurrección de Jesús que rescata de la muerte no sólo a las víctimas, sino incluso a verdugos e indeferentes. Esa resurreccción nos incluye a todos y pone de relieve cómo el amor de Dios a la humanidad no tiene vuelta atrás: cuando el género humano se ha convertido en "género inhumano";Dios acude en su busca para volverlo a la verdadera humanidad.

Este modo de ver, profundamente cristiano, hizo que en la Iglesia primera naciera una corriente que prohibía las segundas nupcias a aquellos que habían enviudado, como un testimonio visible de su fidelidad a la primera pareja y la perennidad de su amor a ella. Atenágoras en el II siglo consideraba que el segundo matrimonio de un viudo era como "un adulterio protegido". Sin embargo la Iglesia no aceptó esa prohibición de las segundas nupcias en el concilio de Nicea (325)encontramos el siguiente canon contra un sector del clero que, por razones de pureza, pretendían imponerla.

Acerca de los que antes se llamaban cátaros (puros)
ha parecido a este concilio que puesto que recibieon
la imposión de manos, permanezcan en el clero. Pero
conviene que confiesen por escrito que aceptarán y
seguirán los decretos de la iglesia (...)y perma-
necerán en comunión tanto con los desposados en
segundas, como los caídos en la persecución (DH 127)

Cabe preguntar pues si algunos cardenales de hoy no tienen cierta analogia con aquellos cátaros del sjglo IV

2.2.2. La "disciplina de misericordia"

En el siglo XVI, el concilio de Trento expone una dosctrina semejante a la que acabamos de resumir: aludiendo al Génesis habla del matrimonio como "lazo perpetuo e indesulible"; y lo fuerza después con el texto de la carta a los efesios ya comentado, criticando a aquellos que confunden el evangelio con la libertad de la carne"(DH 1797, 1799, 1800). A pesar de eso, Trento no quiso condenar ni directa ni indirectamente la praxis de las iglesias orientales.

Las iglesias orientales, más o menos desde el tiempo de Focio, admitía, "una disciplina de misericordia" llamada también oikonomia. El nombre es importante puesto que oikonomía significa gestión o administración: se trata pues de "cómo gestionar la utopía evangélica en este mundo de corazones duros" (Mt 19, 8). Esa gestión, sin renunciar al principio de la indisolubilidad del evangelio,lo que admite es algunos casos al retorno a la práctica
sacramental de divorciados vueltos a casar...
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