Encíclicas sociales

Papa Juan XXIII

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Mater et Magistra

(Santificación de las fiestas)


(246) Es bien sabido que la Iglesia ha ensañado siempre, y sigue enseñando, que los progresos científicos y técnicos y el consiguiente bienestar material que de ellos se sigue son bienes reales y deben considerarse como prueba evidente del progreso de la civilización humana.

Pero la Iglesia enseña igualmente que hay que valorar este progreso de acuerdo con su genuina naturaleza, esto es, como bienes instrumentales puestos al servicio del hombre, para que éste alcance con mayor facilidad su fin supremo, que no es otro que facilitar su perfeccionamiento personal, así en el orden natural como en el sobrenatural.

(247) Deseamos ardientemente que resuene como perenne advertencia en los oídos de nuestros hijos el aviso del divino Maestro: ¿Qué aprovecha al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?(Mt 16, 26

(248) Semejante a las advertencias anteriores es la que hace la Iglesia con relación al descanso obligatorio de los días festivos.

(249) Para defender la dignidad del hombre como ser creado por Dios y dotado de un alma hecha a imagen divina, la Iglesia católica ha urgido siempre la fiel observancia del tercer mandamiento del Decálogo: Acuérdate del día del sábado para santificarlo (Ex 20,8)

Es un derecho y un poder de Dios exigir del hombre que dedique al culto divino un día a la semana, para que así su espíritu, liberado de las ocupaciones de la vida diaria, pueda elevarse a los bienes celestiales y examinar en la intimidad de su conciencia en qué situación se hallan sus relaciones personales, obligatorias e inviolables, con Dios.

(250) Mas constituye también un derecho y una necesidad para el hombre hacer una pausa en el duro trabajo cotidiano, no ya sólo paros a proporcionar reposo a su fatigado cuerpo y honesta distracción a sus sentidos, sino también para mirar por la unidad de su familia, la cual reclama de todos sus miembros contacto frecuente y serena convivencia.

(251) La religión, la moral y la higiene exigen, pues, conjuntamente el descanso periódico. La Iglesia católica desde hace muchos siglos, ha ordenado que los fieles observen el descanso dominical y asistan al santo sacrificio de la misa, que es al mismo tiempo memorial y aplicación a las almas de la hora redentora de Cristo.

(252) Sin embargo...Son muchos los que...incumplen con frecuencia la santificación de los días festivos, lo cual origina graves daños, así a la salud espiritual como al vigor corporal de nuestros queridos trabajadores.

---Ver: Ocho grandes mensajesBAC 1974
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