El cuadro, símbolo de la denuncia de los horrores del siglo XX, se podrá ver por dos meses desde mañana Llega a Roma la “Crucifixión Blanca” de Chagall, una de las obras favoritas del Papa
Rino Fisichella: “La primera vez que lo vi, en Chicago, tuve un impacto emocionalmente fuerte”
El Chagall se podrá ver desde mañana en un nuevo polo mustela de la Ciudad Eterna, emplazado en el Palazzo Cipolla de Roma, sobre la famosísima Via del Corso. Antes, además de un concierto, habían llegado a Roma obras de Salvador Dalí y El Bosco
Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano
“La primera vez que lo vi, en Chicago, tuve un impacto emocionalmente fuerte”. Así recordó hoy el responsable del Jubileo, monseñor Rino Fisichella, su primer encuentro con el cuadro de Chagall que desde mañana se podrá ver de forma gratuita en Roma con motivo del Jubileo dedicado a la esperanza que comienza el 24 de diciembre.
“Crucifixión Blanca”, uno de los emblemas del pintor bielorruso, es uno de los cuadros más admirados por el Papa, al punto que el pontífice tiene una reproducción colgada en su habitación del segundo piso de Casa Santa Marta.
“No quería que Chagall se expusiera en una Iglesia, para permitir que todo tipo de público pudiera verlo”, agregó Fisichella este martes al dejar inaugurado el cuarto de los eventos culturales de preparación al Jubileo. Es que el Chagall se podrá ver desde mañana en un nuevo polo mustela de la Ciudad Eterna, emplazado en el Palazzo Cipolla de Roma, sobre la famosísima Via del Corso. Antes, además de un concierto, habían llegado a Roma obras de Salvador Dalí y El Bosco.
Por primera vez en Roma, la “Crucifixión Blanca” es reconocida por su extraordinaria capacidad de integrar elementos religiosos y simbólicos en un lenguaje visual profundamente evocador. Pintada en 1938, representa un momento fundamental para Chagall. Esta obra no sólo resalta la imagen de Cristo como mártir, sino que llama dramáticamente la atención sobre la persecución y el sufrimiento del pueblo judío en los años treinta. La pintura ilustra el sufrimiento tanto de los judíos como de Jesús, representando conflictos violentos, como el incendio de las sinagogas.
Chagall, nacido en Lëzna, Bielorrusia, en 1887 y fallecido en 1985, fue un pintor ruso, nacionalizado francés, y es considerado uno de los artistas más significativos del siglo XX. Obligado a abandonar su patria, Chagall mantuvo siempre un profundo vínculo con sus orígenes, aunque era consciente de que no podía establecerse allí. Su obra es célebre por las pinturas que representan escenarios oníricos y fantásticos, expresión de un estilo personal que se distancia de las corrientes artísticas de su época, inspirado en las vanguardias para luego superarlas.
¿La verá el Papa?
El cuadro llegó a Roma el jueves por la noche, mientras se terminaba de acondicionar la sala que lo hospedará por dos meses. La gran incógnita, ahora, es si -y cuándo en ese caso- será visitada por el Papa. Las previsiones más razonables indican que podría darse el 8 de diciembre, cuando el Papa esté a pocos metros durante la tradicional celebración en la Plaza de España.
¿Qué hay en la obra?
En el centro, Jesús está representado crucificado, adornado con un manto de oración, representado simbólicamente como judío. La Crucifixión Blanca denota influencias del arte italiano del siglo XIV y presenta un colorismo significativo. Los vínculos temáticos con la pintura religiosa del Renacimiento, en particular con las obras de Miguel Ángel, y las referencias a la elección de la Cruz de Rembrandt, enriquecen el significado de la obra. Alrededor de Jesús están representados tres patriarcas bíblicos y una matriarca, vestidos con trajes tradicionales judíos. A los lados de la cruz, Chagall ilustra la devastación de los pogromos: a la izquierda, una aldea saqueada obliga a los refugiados a huir en barco, mientras tres figuras barbudas escapan a pie, una de ellas con la Torá en la mano. A la derecha, aparecen una sinagoga y el arca de la Torá en llamas, mientras que en la parte inferior, una madre consuela a su niño. Junto con el “Guernica” de Pablo Picasso, la “Crucifixión Blanca” es una de las condenas más elocuentes a la guerra y el odio del siglo XX, con un mensaje que sigue siendo dramáticamente actual.
El Cristo Crucificado
El Cristo crucificado es un símbolo del judaísmo. Representado con la cabeza hacia adelante, su vientre está cubierto por el Talit, el manto que usan los hombres judíos durante la oración. Alrededor de la cabeza, tiene la tradicional aureola, blanca en este cuadro, que simboliza la santidad de Cristo. Sobre la cruz aparece la escritura latina INRI con la misma escritura en hebreo. La escalera apoyada en la cruz asume el papel simbólico de unión entre el cielo y la tierra, el hombre y Dios. Finalmente, el Cristo crucificado es iluminado por un rayo blanco de luz divina que ilumina la cruz como un reflector de escenario.