Consummatum est, sexta palabra
Aunque el texto ha sido para ser proclamado y escuchado, no leído, quiero presentarlo en el blog, porque si alguno quiere sumarse todavía a la liturgia de ese día, agradeciendo a la Hermandad del Cristo del Amor y de la Paz por su invitación (para más actividades de la Hermandad véase su página webb (www.amorypaz.es/)
Ésta es la última palabra de Jesús, según el evangelio de Juan, y equivale a la última de Lucas, según la cual Jesús muere exclamando “Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu” (Lc 23, 46). Ambas dicen en el fondo lo mismo, desde perspectiva distintas.
Esta palabra de Jesús es con el INRI (Jn 19, 19), que Pilato manda poner sobre la cruz una de las más significativas de la historia cristiana. Y por eso será bueno recordarlas en las tres lenguas del imperio, es decir, de la cultura antigua, para indicar después lo que ellas pueden significar para nosotros.
-- En hebreo, Jesús pudo decir nishlam: Todo está pacificado
-- En griego, el evangelio dice tetelestai: Todo ha llegado a la meta
-- En latín, la Vulgata dice consummatum est, todo se ha consumado
Jesús ha muerto pacificando y consumando todo (llegando hasta la meta de una vida entregada en amor a los demás). Pero podemos y debemos añadir que ha muerto consumido (destruido, asesinado por una “sociedad de consumo” que mata a los mejores). Así pacificado, culminado, consumido, abre un camino que no “consume” (destruye) como la sociedad de consumo, sino que ofrece a para todos los hombres y los pueblos un camino de culminación (cf. Hbr 2, 9-10).
INRI
Empecemos por el INRI, que se puede leer y decir de tres maneras, según las tres lenguas que cita la Biblia:
– En hebreo es INMI: Yeshoua ha-Notzri Melek ha Yehudim, Jesús el Nazoreo es el gran Melek, del Rey poderoso y creador del Universo.
– En griego es IINBI: Iesous hô Nazoraios ho Basileus Ioudaiôn, Jesus es el gran Basileus, rey sabio que dirige la historia de los siglos.
– En latín es INRI, como en nuestros crucifijos: Iesus Nazoreos Rex ioudeorum, es decir, el rey de todos los pueblos, rey de reyes.
2. ARGUMENTO, UNA PALABRA EN TRES LENGUAS
Sobre la cruz hay un INRI (que podría ser un INMI en hebreo o INBi en griego). Pero yo quiero que miréis hoy mejor y que veáis otra palabra, escrita en Hebreo, en Griego y en Latín (o en otras lenguas en las que podáis y queráis traducir el evangelio): Nishlam en hebreo, tetelestai en griego o consummatum est en Latín.
Sois de Salamanca, la ciudad de las tres lenguas de la cultura de occidente, que están representadas aquí en la Universidad Antigua (donde se enseñaba el hebreo-arameo, el griego y el latín).
Aquí había una famosa escuela, llamada Trilingüe, la facultad y colegio de las tres lenguas sagradas en las que se ha entendido el mensaje de Jesús en Occidente. Veamos como suena la sexta palabra de Jesús en las tres lenguas:
– EN HEBREO SE DICE NISHLAM,
un término nifal del verbo Shalam, que significa pacificar o culminar (como Shalom, que es Paz). Las cosas todavía no están pacificadas, vivimos inmersos en la gran discordia de la historia y de la vida, esperando el Shalom, que es la paz. Pues bien, culminado su camino, poniendo su vida en manos de Dios Padre, Jesús dice Nishlam: Todo ha sido ha pacificado. Así ha entendido esta expresión la carta a los Efesios, donde se dice que Cristo en la Cruz pacificó todas las cosas, de manera que los antes enemigos pueden ya reconciliarse.
Jesús ha podido decir y ha dicho nishlam. Por vivir como ha vivido y morir como ha muerto, él ha podido poner en concordia todos los seres, los del cielo y los de la tierra, los de un pueblo y otro, a través de una pacificación hecha de verdad, de entrega personal, de amor al enemigo y de justicia. Le han matado, le han expulsado de la sociedad y, sin embargo, él ha pacificado a los hombres, perdonando a todos, ofreciendo una paz que es conversión, transformación interior y justicia.
Por eso, cuando la cruz salga estos días a la calle con el INRI (rey de los judíos, como quería Pilato), tendíamos que poner encima de ella, en hebreo esta palabra (Nishlam), pues Jesús lo ha pacificado todo, y así nosotros debemos pacificarnos y ofrecer a los demás la paz, en un plano personal y familiar, económico y político, en Salamanca y fuera, entre los pueblos de España, entre todas las tribus, lenguas y naciones del mundo, como dice la Biblia.
Portadores de paz (portapaces), eso somos (debemos ser) los cristianos, llevando en el pecho la palabra de Jesús NISHLAM: Yo os ofrezco, nos ofrecemos la paz, no la paz que da el mundo, hecha de guerra y de supremacía de unos sobre otros, hecha de trampas y engaños… Os doy la paz que brota del corazón pacificado, de la obra bien realizada, de la misericordia abierta para todos.
En este contexto me gustaría recordar de un modo especial a los hermanos judíos y musulmanes que dicen también Shalom, Shalam (utilizando en el fondo la misma palabra de Jesús), buscando la misma paz final (el gran Shalom), aunque a veces lo hagamos, lo hagan, por caminos distintos a los de Jesús, que ofreció muriendo la paz a todos los hombres y pueblos del mundo, no para imponerse sobre ellos, sino para reconciliarles. Muchos dicen paz, paz (como recordaba el profeta Jeremías), pero están preparando su guerra. Jesús, en cambio, ha dicho Nishlam, todo está pacificado, y lo ha pacificado, entregando su propia vida.
– EN GRIEGO, LA BIBLIA PONE TETELESTAI,
es decir, todo ha culminado, ha llegado a su meta, a su telos, que es su cumplimiento. Se dice que los astros giran siempre y vuelven, y nunca llegan a su meta, que es la Patria, no tienen un fin propio, están ahí para nosotros los hombres.
Muchos pueblos, muchas personas piensan que todo da vueltas sin fin, en un eterno retorno, donde siempre acontecen y se repiten las mismas cosas, conforme a una famosa ley que establece: Nada se crea, nada de destruye, todo vuelve otra vez y se repite, de manera que lo que fue eso será, como dice incluso un libro de la Biblia, llamado Eclesiastés.
Pues bien, en contra de eso, Jesús dice tetelestai, todo ha llegado a su meta, todo ha culminado, de forma que el ansia de los siglos, la esperanza de los pueblos ha encontrado sentido y llega a su plenitud. Ya no giramos por ahí, vagando en los espacios sin fin, como los astros fugares, perdidos, sino que podemos decir, ante la Cruz, con Jesús: Ya ha culminado y se ha cumplido todo. Él lo ha culminado, ha llegado hasta la meta, ha recorrido el camino, como explorador (la carta a los Hebreos dice como pro-dromos, pionero), y nos asegura: Todo ha culminado bien, todo tiene sentido.
Hay un mito griego, llamado de Sísifo, en el que se afirma que un viejo y durísimo Titán tiene que subir una piedra inmensa hasta la cumbre de la gran montaña, y cuando llega agotado y se detiene un segundo para tomar aliento, dejando por un instante la piedra, enhiesta en la cima…. la gran piedra vuelve a rodar hasta el abismo, de forma que Sísifo, condenado al infierno de la roca que rueda sin fin, tiene que volver a subirla una y otra vez, infinitas veces, sin remedio. Esto es el infierno, del que Jesús nos ha liberado al decir: Tetelestai, hemos llegado a la meta, lo hemos conseguido.
Así dice Jesús: Tetelestai, se ha cumplido el camino, hemos llegado a la meta podemos descansar… Él ha llegado, y desde la cruz nos invita a caminar con él, hasta la paz cumplida, de manera que podamos decir también nosotros “se ha cumplido”, ha llegado la hora del descanso, que es la plenitud en Dios.
Tetelestai he llegado hasta Dios, y en Dios estoy, y puedo descansar, como dice el evangelio de Lucas: Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu.
Aquí, en Salamanca, un cristiano angustiado y roto por los mil problemas de la vida, muerto al comienzo de una guerra que él no pudo evitar, quiso que pusieran en su tumba, que está en los nichos de la entrada, en el primer pasillo de la izquierda del Cementerio que todos conocéis, esta palabra que se parece a la de Jesús:
Acógeme, Padre Eterno, en tu seno,
misterioso hogar,
que aquí vengo cansado y deshecho
del duro bregar (M. de Unamuno)
Pues bien, Jesús habría que en su tumba pusieran sin más tetelestai… «He recorrido el camino, he terminado la tarea, he cumplido lo que tú me pediste, Dios mío, aquí estoy en tus manos». Pero Jesús no tiene tumba, sino que ha resucitado en nosotros.
Por eso nos quiere que seamos nosotros los que digamos “tetelestai”, que pongamos esta palabra en las muñecas y en la frente, en las jambas de la puerta y sobre todo en el corazón: He acabado Señor la tarea que me diste, quiero consumarla Señor y llegar a la meta que eres tú…Aquí estoy, recíbme en tus manos.
– EL LATÍN SE DICE CONSUMMATUM EST,
todo está consumado. El sentido de fondo sigue siendo el mismo que en hebreo-arameo (como lo dijo Jesús) o en griego, como lo tradujo la primera Iglesia, pero tiene unos matices distintos, que son muy importantes para nosotros, que algo podemos saber del hebreo y del griego, pero que hablamos una lengua latina. Dos son esos matices más significativos:
a. Consummatum est, “se ha consumado ya el misterio de la iniquidad”, como pensaba el autor del Apocalipsis cuando hablaba del mal de la historia y decía que había llegado hasta el límite final. Se ha consumado el pecado, podemos destruirnos sin remedio… Por eso, lógicamente el sol puede oscurecerse, quebrarse las peñas, fundirse en el fuego el universo. La muerte de Jesús nos sitúa ante el riesgo de la Gran Bomba: Quien mata a Jesús puede matar a todos los inocentes del mundo. El mal se ha consumado, Dios tendría que destruirlo todo.
Estamos viviendo en unos tiempos en que parece que el mal va a dominarlo todo, rodeados de amenazas de bomba, de miedos de invasiones y gentes extrañas, de bancarrotas sin remedio, de enfermedades mortales… Está creciendo el mal, y crece el miedo, y pensamos que la iniquidad va a consumirnos sin salida… Pues bien, en esa situación podemos decir y decimos con Jesús “consummatum este”: Parece consumarse y triunfar el mal, pero se ha consumado también el amor de Dios.
b. Pero allí donde el mal se consuma y el pecado crece hasta el límite, viene a revelarse la gracia más honda del perdón de Dios. Allí donde el mal se consuma viene a “consumarse” y triunfar la gracia más honda, el perdón pleno de Jesús, que ha vivido y ha muerto para reconciliar a todos.
Un poeta que fue estudiante de Salamanca escribió al final de su gran Cántico Espiritual, en la penúltima de todas las estrofas, allí donde la Cruz de Amor se alza como sentido y misterio de la vida, las más honda palabras de la literatura castellana, jugando con el sentido de consumirse como la llama y de consumarse en amog:
El aspirar el aire,
el canto de la dulce filomena,
el soto y su donaire
en la noche serena,
con llama que consume y no da pena (Juan de la Cruz).
Ésta es la cruz que se vuelve llama, en la noche de la vida, con el canto del ruiseñor (que es el ave del cielo), en el alto soto del buen aire, junto a la cumbre de Dios, a la vera del Calvario… con un Jesús que es llama que consume y que consuma, que destruye y recrea, en un dolor que se convierte en amoroso encuentro.
3. CONCLUSIÓN, HAY COSAS QUE DEBEN CUMPLIRSE TODAVÍA
Esta reflexión podía terminar con las palabras anteriores, pero puedo y quiero completarla con unas sencillas propuesta:
1. Ha culminado el Testamento de Dios
Jesús ha cumplido la Escritura, llevando hasta su meta las promesas de Dios, en un camino que sigue abierto… pues gran parte de los judíos no han aceptado todavía su camino, ni los fieles de otras religiones, ni los hombres y mujeres que no creen… A pesar de eso, él ofrece su camino, su culminación mesiánica para todos. Por eso ha podido decir “todo ha culminado”.
2. En una sociedad de consumo
Recordamos esta palabra de Jesús en el centro del gran torbellino de la sociedad de consumo que amenaza con destruirnos a todos. El consumo mercantil lo consume todo, matando a millones y millones de personas, en el “altar” del Dios Mamón, el contrario a Jesús, su único enemigo (cf. Mt 6, 24). Pues bien, en esta sociedad donde el consumo consume y destruye, Jesús ha venido a culminarlo todo en amor, para que podamos regalarnos la vida unos a otros, consumando así nuestro camino, en esperanza de Vida.
3. Oración por los que mueren sin consumar su camino
Pongamos ante Dios la vida de aquellos que parecen morir antes de tiempo, de los niños sin nacer, de los fallecidos a los pocos años, de los jóvenes… de cientos y miles y millones de personas que no podrían decir como Jesús “todo se ha cumplido”. Ellos no pudieron decirla, pero Jesús la dijo por ellos ¡todo está cumplido! Jesús la dijo por todos, diciéndole a Dios que él había cumplido por nosotros todo, pero añadiendo nos queda la inmensa tarea de hacer que en este mundo todos puedan tener la oportunidad y la salud y la formación para decir en su momento, en vejez jugosa, “todo está consumado”, he recorrido el buen camino, he realizado la buena tarea.
4. Oración por los consumidos, sin camino en la vida
Ponemos ante Dios la tarea de aquellos que piensan que no tienen tarea, que están traídos y llevados, arrastrados, angustiados, como pluma al viento, simplemente consumados por la sociedad de consumo, consumidos, sin sentidos… Ponemos ante Dios la vida de aquellos que parece baldía, sin tarea ni norte, sin faena… La vida de aquellos que parecen consumidos sin hacer nada, pensando que Dios o la suerte de la vida les ha arrojado al camino, dejándoles ahí abandonados… Son miles y millones los que hoy día se sienten consumidos, sin nada que hacer. Que puedan decir: He cumplido la tarea, he realizado el camino, he consumado mi vida.
Ponemos ante Dios la tarea de los consumidos por los demás, de los utilizados de los martirizados, de los derrotados por esta inmensa sociedad de consume, en la que a unos les mata por dentro el puro consumo, mientras otros no tienen nada que consumir y se mueren de hambre…
Jesús podría decir quizá que vivimos en una sociedad donde todo se consume y tira, donde millones de hombres y mujeres viven sin dignidad… Él ha podido decir que “todo está consumado”, pero son muchos los que viven consumidos casi sin remedio por una sociedad que sólo sabe consumir y destruir todo.
4. Dando gracias.
Y terminamos dando gracia a Dios porque Jesús ha podido culminar su camino, actuando así como culminador, perfeccionador de nuestra fe, como dice la carta a los Hebreos. Ha recorrido su camino. Ha recorrido hasta el final el camino de la fe, ha dado su vida plenamente, ha cumplido la voluntad de Dios (¡hágase tu voluntad…!) y de esa forma, al borde la muerte, ha podido decir a Dios:
--Nishlam, venga la paz
--Tetelestai, he acabado el camino para todos, en nombre de todos
--Consummatum Est, todo ha culminado.
oooooooooooo
EXCURSO. PROGRAMA DE LA LITURGIA DE LA SIETE PALABRAS DE SALAMANCA
La Hermandad del Cristo del Amor y de la Paz celebra mañana lunes, 2 de abril, a las 20.30 horas en la iglesia de San Juan de Sahagún la meditación colectiva sobre las últimas Siete Palabras de Cristo en la Cruz, un acto que organiza desde hace 33 años.
En esta ocasión, recordarán de forma especial (y a él estará dedicado) a Antonio Andrés Puchades, presbítero de la Iglesia Española Reformada Episcopal, que desde el inicio de la meditación de las Siete Palabras fue el autor de los textos litúrgicos que abrían y cerraban la meditación. Puchades fue el sucesor en Salamanca del pastor Atilano Coco, fusilado durante la Guerra Civil, con cuya sobrina nieta contrajo matrimonio, y vivió en nuestra ciudad hasta su regreso a Valencia en los años 90, donde se jubiló. El ecumenismo fue uno de sus grandes compromisos.
La liturgia del acto ha sido preparada con textos escritos por Antonio Andrés Puchades a lo largo de la historia de la meditación de las Siete Palabras, como homenaje a su gran trabajo en este acto desde y su origen. Destacar que será la última vez que se escuchen sus palabras.
‘SIETE PALABRAS DE CRISTO EN LA CRUZ’, en homenaje a Antonio Andrés Puchades
-1ª palabra: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Hará la reflexión Juan Carlos López Pinto, periodista, director en Salamanca de Radio Televisión Castilla y León.
-2ª palabra: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”. La comentará Alejandro M. Pérez de la Sota, abogado, Hermano Mayor de Jesús Nazareno y Santo Entierro.
-3ª palabra: “Ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre”. La comentará José Manuel Regalado García, poeta, catedrático de Literatura de Enseñanza Secundaria.
-4ª palabra: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado”. Reflexionará sobre ella Modesto Berciano VIllalibre, doctor en Teología y Filosofía y catedrático de Metafísica de la Universidad de Oviedo.
-5ª palabra: “Tengo sed”. Será comentada por Enrique Cabero Morán, profesor titular de Derecho del Trabajo de la Universidad de Salamanca, concejal del Ayuntamiento de Salamanca, donde lidera al grupo municipal del PSOE.
-6ª palabra: “Todo está consumado”. Hará la meditación Xabier Pikaza Ibarrondo, teólogo. Durante muchos años fue profesor en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca.
-7ª palabra: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Reflexionará sobre ella Cruz Zenaida Aguilar Rodríguez, primera presbítera de la Iglesia Española Reformada Episcopal en Salamanca y Zamora. Hondureña y madre de 4 hijos, ha ejercido su ministerio en Honduras y EE UU.
