"Alimentemos la alegría de Jesús, que es el motor de la vida" Francisco reivindica el protagonismo de las mujeres en la Resurrección de Jesús
"Compartir la alegría es una experiencia maravillosa, que aprendemos desde muy pequeños: pensemos en un niño que saca una buena nota en la escuela y no ve la hora de enseñársela a sus padres, o en un joven que logra su primer éxito deportivo, o en una familia en la que nace un niño"
"La resurrección de Jesús no es sólo una noticia maravillosa o el final feliz de una historia, sino algo que cambia nuestras vidas por completo y para siempre. Es la victoria de la vida sobre la muerte, de la esperanza sobre el desaliento"
"No olvidemos que la alegría de Jesús crece también de otra manera, como demuestran siempre las mujeres: anunciándola, dando testimonio de ella. Porque la alegría, cuando se comparte, aumenta"
"Me gustaría que este don de la paz llegase allí donde hay más necesidad, en las poblaciones devastadas por el hambre, la guerra, cualquier forma de opresión"
"No olvidemos que la alegría de Jesús crece también de otra manera, como demuestran siempre las mujeres: anunciándola, dando testimonio de ella. Porque la alegría, cuando se comparte, aumenta"
"Me gustaría que este don de la paz llegase allí donde hay más necesidad, en las poblaciones devastadas por el hambre, la guerra, cualquier forma de opresión"
"Si Jesús, vencedor del pecado, del miedo y de la muerte, nos dice que no temamos, no tengamos miedo, no nos hundamos en una vida sin esperanza, no renunciemos a la alegría de la Pascua. Al contrario, alimentemos la alegría de Jesús, que es el motor de la vida". El Papa Francisco presidió un ventoso Regina Coeli este Lunes de Pascua, el 'Lunes del Ángel', en el que reivindicó el papel protagonista de las mujeres a la hora de anunciar "con gran alegría" la Resurrección de Jesús para ser "testigos gozosos" de la misma.
Tras una semana cargada de actividad, Bergoglio defendió la "alegría, nacida del encuentro vivo con el Resucitado", y que implica "una emoción desbordante, que las impulsa a difundir y contar lo que han visto". Porque, añadió, "compartir la alegría es una experiencia maravillosa, que aprendemos desde muy pequeños: pensemos en un niño que saca una buena nota en la escuela y no ve la hora de enseñársela a sus padres, o en un joven que logra su primer éxito deportivo, o en una familia en la que nace un niño".
En este punto, el Papa pidió a los fieles que "intentemos recordar, cada uno de nosotros, un momento tan feliz que incluso nos costó expresarlo con palabras, ¡pero que quisimos contar enseguida a todos!". También las mujeres, en la mañana de Pascua, experimentan dicho sentimiento, "pero de una manera mucho mayor".
La victoria de la esperanza sobre el desaliento
¿Por qué? "Porque la resurrección de Jesús no es sólo una noticia maravillosa o el final feliz de una historia, sino algo que cambia nuestras vidas por completo y para siempre. Es la victoria de la vida sobre la muerte, de la esperanza sobre el desaliento. Jesús ha atravesado la oscuridad de la tumba y vive para siempre: su presencia puede llenarlo todo de luz. Con Él cada día se convierte en la etapa de un viaje eterno, cada "hoy" puede esperar un "mañana", cada final un nuevo comienzo, cada instante se proyecta más allá de los límites del tiempo, hacia la eternidad".
"Hermanos, hermanas, la alegría de la Resurrección no es algo lejano. Está muy cerca, es nuestra, porque nos fue dada el día de nuestro Bautismo", proclamó el Papa. "Desde entonces, también nosotros, como las mujeres, podemos encontrar al Resucitado y Él, como ellas, nos dice: "¡No temáis!". Y si Jesús, vencedor del pecado, del miedo y de la muerte, nos dice que no temamos, no tengamos miedo, no nos hundamos en una vida sin esperanza, no renunciemos a la alegría de la Pascua. Al contrario, alimentemos la alegría de Jesús, que es el motor de la vida".
Con Él cada día se convierte en la etapa de un viaje eterno, cada "hoy" puede esperar un "mañana", cada final un nuevo comienzo, cada instante se proyecta más allá de los límites del tiempo, hacia la eternidad
Pero, ¿cómo alimentar esta alegría? "Como hicieron las mujeres: encontrando al Resucitado, porque Él es la fuente de una alegría que nunca se agota", concluyó Francisco, quien pidió a los fieles: "Apresurémonos, pues, a buscarlo en la Eucaristía, en su perdón, en la oración y en la caridad vivida. Y no olvidemos que la alegría de Jesús crece también de otra manera, como demuestran siempre las mujeres: anunciándola, dando testimonio de ella. Porque la alegría, cuando se comparte, aumenta".
Tras el Regina Coeli, el Papa renovó "mis augurios pascuales", agradeciendo a los que le enviaron mensajes de cercanía y oración. "Me gustaría que este don de la paz llegase allí donde hay más necesidad, en las poblaciones devastadas por el hambre, la guerra, cualquier forma de opresión".
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