Francisco se confiesa "hijo espiritual" del fundador de Bose El Papa, a Enzo Bianchi: "Querido Enzo, estás en la cruz, como Jesús. Este es tu tiempo de lucha, de oscuridad, de soledad"
"Querido Enzo, esta es la esencia de tu vida hoy: estás en la cruz, como Jesús. Este es tu tiempo de lucha, de oscuridad, de soledad, de enfrentarte a la voluntad del Padre", culmina el Papa. "Enzo, no bajes de la cruz. Será el Señor quien sane la situación"
"Te veo así y quiero estar a tu lado. Rezo contigo (...). Estoy cerca de ti con el amor de un hermano, de un 'hijo espiritual' y de un padre en la fe. Querido hermano Enzo, no bajes de la cruz. Será el Señor quien sane la situación"
"Podrías haber explicado muchas cosas, aunque muchas no se puedan explicar, porque entran en el misterio de la historia de cada persona. Sé que ha habido malentendidos y heridas. Sé que has hecho y harás mucho bien a la Iglesia (también a mí personalmente). Sé que los Visitadores han buscado una solución a los problemas de incomprensión y división de la comunidad, que también sufre. Sé que mucha gente te quiere"
"Podrías haber explicado muchas cosas, aunque muchas no se puedan explicar, porque entran en el misterio de la historia de cada persona. Sé que ha habido malentendidos y heridas. Sé que has hecho y harás mucho bien a la Iglesia (también a mí personalmente). Sé que los Visitadores han buscado una solución a los problemas de incomprensión y división de la comunidad, que también sufre. Sé que mucha gente te quiere"
"Querido Enzo, esta es la esencia de tu vida hoy: estás en la cruz, como Jesús. Este es tu tiempo de lucha, de oscuridad, de soledad, de enfrentarte a la voluntad del Padre". El Papa Francisco escribió, el pasado 9 de febrero, una carta, de su puño y letra, al fundador de la comunidad de Bose, Enzo Bianchi, forzado por la Santa Sede -con el apoyo explícito del Papa- a abandonar el monasterio y la comunidad.
Es una carta emotiva, personal, que ha desvelado la web conservadora Silerenonpossum, pero que refleja lo difícil que debió ser para Francisco tomar la decisión de apartar a Bianchi de la que fue su casa durante décadas. "Te veo así y quiero estar a tu lado. Rezo contigo (...). Estoy cerca de ti con el amor de un hermano, de un 'hijo espiritual' y de un padre en la fe. Querido hermano Enzo, no bajes de la cruz. Será el Señor quien sane la situación".
La misiva de Bergoglio es una respuesta a la carta que Bianchi escribió al Papa el 20 de enero. "Leí y releí la carta, y me informé más sobre el asunto" confiesa Francisco, quien reconoce que "la situación planteada te hace sufrir, y, confieso, me hace sufrir también a mí".
"Podrías haber explicado muchas cosas, aunque muchas no se puedan explicar, porque entran en el misterio de la historia de cada persona. Sé que ha habido malentendidos y heridas. Sé que has hecho y harás mucho bien a la Iglesia (también a mí personalmente). Sé que los Visitadores han buscado una solución a los problemas de incomprensión y división de la comunidad, que también sufre. Sé que mucha gente te quiere", recalca el Papa.
Sólo queda la obediencia, como Jesús
"Pero lo más importante que sé, y que es lo más esencial, lo que como hermano debo decirte, es que estás en la cruz. Y cuando estás en la cruz no hay explicaciones, sólo oscuridad, la oración angustiosa "Padre, si es posible, aparta de mí este cáliz" y esas siete palabras que son el fundamento de la Iglesia", explica Francisco. "Cuando estamos en la cruz, los que no nos quieren se alegran, muchos amigos huyen y desaparecen, sólo quedan tres o cuatro amigos más fieles, que no pueden hacer nada para salvarnos, pero nos acompañan. Sólo queda la obediencia, como Jesús".
"Querido Enzo, esta es la esencia de tu vida hoy: estás en la cruz, como Jesús. Este es tu tiempo de lucha, de oscuridad, de soledad, de enfrentarte a la voluntad del Padre", culmina el Papa. "Enzo, no bajes de la cruz. Será el Señor quien sane la situación".
Por su interés, reproducimos, íntegra, la carta del papa a Enzo Bianchi:
Vaticano, 9 de febrero de 2021
Querido hermano,
He recibido su carta del pasado 20 de enero. Le agradezco mucho su confianza y la transparencia con la que me ha escrito.
Leí y releí la carta, y me informé más sobre el asunto.Pero pensé sobre todo en ti, compañera de la vejez, con los achaques propios de la edad, que, para ti, se suman a la situación planteada y que te hacen sufrir, y, confieso, me hacen sufrir a mí también.
Podrías haber explicado muchas cosas, aunque muchas no se puedan explicar, porque entran en el misterio de la historia de cada persona. Sé que ha habido malentendidos y heridas. Sé que has hecho y harás mucho bien a la Iglesia (también a mí personalmente). Sé que los Visitadores han buscado una solución a los problemas de incomprensión y división de la comunidad, que también sufre. Sé que mucha gente te quiere.
Pero lo más importante que sé, y que es lo más esencial, lo que como hermano debo decirte, es que estás en la cruz. Y cuando estás en la cruz no hay explicaciones, sólo oscuridad, la oración angustiosa "Padre, si es posible, aparta de mí este cáliz" y esas siete palabras que son el fundamento de la Iglesia. Cuando estamos en la cruz, los que no nos quieren se alegran, muchos amigos huyen y desaparecen, sólo quedan tres o cuatro amigos más fieles, que no pueden hacer nada para salvarnos, pero nos acompañan. Sólo queda la obediencia, como Jesús.
Querido Enzo, esta es la esencia de tu vida hoy: estás en la cruz, como Jesús. Este es tu tiempo de lucha, de oscuridad, de soledad, de enfrentarte a la voluntad del Padre.
Te veo así y quiero estar a tu lado. Rezo contigo. Y también me viene a la mente la figura del gran Eleazar: muchos jóvenes se fijan en ti.
Estoy cerca de ti con el amor de un hermano, de un "hijo espiritual" y de un padre en la fe. Querido hermano Enzo, no bajes de la cruz. Será el Señor quien sane la situación.
Con amor, tuyo
Francesco
Etiquetas