El Papa celebra el Domingo de la Misericordia con decenas de miles de fieles Francisco pide "una paz justa y duradera" en Ucrania, Gaza e Israel, y reclama a sus líderes "la capacidad para negociar"
"Que no disminuya nuestra oración por la paz, una paz justa y duradera. En particular por la martirizada Ucrania, por Palestina y por Israel"
"Hay quien reduce la existencia a una carrera frenética para gozar y poseer muchas cosas: comer y beber, divertirse, acumular dinero y objetos, sentir emociones fuertes y nuevas, etc...."
"Basta con fijar la mirada en Jesús crucificado y resucitado, encontrarlo en los Sacramentos y en la oración, reconocerlo presente, creer en Él, dejarse tocar por su gracia y guiar por su ejemplo, experimentar la alegría de amar como Él. Cada encuentro vivo con Jesús nos permite tener más vida"
"Basta con fijar la mirada en Jesús crucificado y resucitado, encontrarlo en los Sacramentos y en la oración, reconocerlo presente, creer en Él, dejarse tocar por su gracia y guiar por su ejemplo, experimentar la alegría de amar como Él. Cada encuentro vivo con Jesús nos permite tener más vida"
"Que no disminuya nuestra oración por la paz, una paz justa y duradera. En particular por la martirizada Ucrania, por Palestina y por Israel". "Que el Espíritu del Señor resucitado ilumine y sostenga a los que trabajan para disminuir la tensión y favorecer los gestos hacen posibles las negociaciones. Que el Señor dé a los dirigentes la capacidad de detenerse un poco para tratar, para negociar".
Domingo de la Divina Misericordia. El Papa Francisco, desde el balcón de los apartamentos apostólicos, preside el rezo del Regina Coeli ante decenas de miles de fieles. "Yo les pregunto: ¿Ustedes tienen esperanza?", señaló el pontífice sin papeles. "Buscad a Jesús, dejaos encontrar por Jesús".
En su reflexión, el Papa abundó en el significado de la vida que nos ofrece el Evangelio. "Todos queremos tener vida, pero existen diversos puntos de vista sobre cómo lograrlo", explicó. Así, "hay quien reduce la existencia a una carrera frenética para gozar y poseer muchas cosas: comer y beber, divertirse, acumular dinero y objetos, sentir emociones fuertes y nuevas, etc....". "Este -apuntó el Papa- es un camino que a primera vista parece atractivo, pero que no sacia el corazón".
"No es así como se “tiene vida”, porque siguiendo los caminos del placer y del poder no se encuentra la felicidad. De hecho, quedan sin respuesta muchos aspectos de la existencia como, por ejemplo, el amor, las experiencias inevitables del dolor, las limitaciones y la muerte. Y, además, no se hace realidad el sueño que todos tenemos en común: la esperanza de vivir para siempre, de ser amados sin fin", adviritó Bergoglio.
¿Cómo acceder a la plenitud de vida en Jesús? Francisco puso el ejemplo de los discípulos, tras la muerte del Maestro, "encerrados en el Cenáculo, asustados y desanimados". "El Resucitado se presenta en medio de ellos, y, en primer lugar, les muestra sus llagas: son los signos del sufrimiento y del dolor, podrían suscitar sentimientos de culpa, y, sin embargo, con Jesús se convierten en los canales de la misericordia y del perdón".
"Así, los discípulos ven y tocan con la mano que con Jesús la vida vence, la muerte y el pecado son derrotados. Y reciben el don de su Espíritu, que les da una vida nueva, de hijos amados, hecha de alegría, amor y esperanza", prosiguió. Y es que, culminó, "basta con fijar la mirada en Jesús crucificado y resucitado, encontrarlo en los Sacramentos y en la oración, reconocerlo presente, creer en Él, dejarse tocar por su gracia y guiar por su ejemplo, experimentar la alegría de amar como Él. Cada encuentro vivo con Jesús nos permite tener más vida".
"¿Creo en el poder de la resurrección de Jesús, en su victoria sobre el pecado, el miedo y la muerte? ¿Me dejo implicar en la relación con Él? ¿Y dejo que Él me empuje a amar a los hermanos y las hermanas, y a tener esperanza todos los días?", se preguntó Francisco, pidiendo a la Virgen que "nos ayude a crecer cada vez más en la fe en Jesús resucitado, para que “tengamos vida” y difundamos la alegría de la Pascua".
"Quiero recordar a las personas que murieron en el bus en Sudáfrica algunos días atrás", recordó Francisco al final del rezo, subrayando también la jornada por el deporte, celebrada ayer. "Necesitamos dirigentes que no piensen solo en la victoria o la ganancia, sino un deporte que promueva la fraternidad", recalcó, saludando a todos los presentes.
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